Levantar Las Manos

Levantar nuestras manos es un impulso natural que tenemos cuando estamos en su presencia pero es mucho más valioso cuando lo hacemos teniendo en cuenta el significado del porqué lo hacemos. Levantar las manos es algo que nuestro cuerpo siempre “busca” hacer en su presencia y es una acción que casi nunca usamos en nuestra vida diaria con el significado que lo hacemos para nuestro Dios (agradecimiento); es una actitud guardada para alabar y adorar a Dios por medio de nuestro agradecimiento.

Estar agradecido es la mayor característica que un cristiano debería de poseer ya que eso nos impulsa a hacer locuras por agradecimiento a Dios y levantar las manos demuestra eso.

Salmo 100:4

“Entren por sus *puertas con acción de gracias;

vengan a sus atrios con himnos de alabanza;

denle gracias, alaben su *nombre.”

YADAH: Levantar las manos en acción de gracias y adoración.

TODAH: Acción de gracias anticipadas.

Ambas palabras nos muestran la esencia de esta actitud y su importancia ya que dar gracias es adoración a Dios: Lo alabamos cuando agradecemos por todo lo que nos ha dado y ha hecho por nosotros y también estamos reconociendo las diferentes características que encontramos en Dios (adoramos quien Él es).

Por ejemplo si doy gracias a Dios por darme provisión económica estoy reconociendo que Él que mi proveedor y al mismo tiempo estoy adorando a Dios por ser proveedor; es decir, estoy adorándolo por quien Él es.

Así que cuando levanto mis manos en agradecimiento entiendo que no sólo lo alabo por lo que ha hecho sino también lo adoro por la forma en que se reveló a mi vida.

Salmo 134:2

“Eleven sus manos hacia el santuario y bendigan al Señor.”

He entendido que levantar las manos no es cualquier cosa cuando lo hacemos para Dios, ya que tiene un sentido muy hermoso y nos ayuda a expresar con nuestro cuerpo nuestro amor por Dios y además que es algo que nuestro espíritu y cuerpo nos lo pide cuando estamos en su presencia.

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