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Los Proverbios


Enviado por   •  3 de Noviembre de 2013  •  2.494 Palabras (10 Páginas)  •  298 Visitas

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Libro de Proverbios

Autor

El rey Salomón es el principal escritor de Proverbios. Su nombre aparece en 1:1, 10:1, y 25:1. También podemos suponer que Salomón coleccionó y editó proverbios aparte de los suyos propios, porque Eclesiastés 12:9 dice, “Y cuanto más sabio fue el Predicador, tanto más enseñó sabiduría al pueblo; e hizo escuchar, e hizo escudriñar, y compuso muchos proverbios.” Ciertamente, el título hebreo “Mishle Shelomoh” se traduce como “Los Proverbios de Salomón.”

Fecha de su Escritura

Los proverbios de Salomón fueron escritos alrededor del 900 a.C. Durante su reinado como rey de Israel, la nación alcanzó su clímax espiritual, político, cultural, y económicamente. Mientras aumentaba la reputación de Israel, también lo hacía la del rey Salomón. Dignatarios extranjeros de los confines del mundo conocido, viajaban grandes distancias para escuchar hablar al sabio monarca (1 Reyes 4:34).

Propósito de la Escritura

El conocimiento no es más que la acumulación de hechos en bruto, pero la sabiduría es la habilidad de ver a la gente, los eventos, y las situaciones como Dios las ve. En el Libro de Proverbios, Salomón revela la mente de Dios en asuntos altos y sublimes y también en situaciones comunes, ordinarias, y cotidianas. Parece que ningún tema escapó la atención del rey Salomón. Asuntos pertenecientes a la conducta personal, relaciones sexuales, negocios, riqueza, caridad, ambición, disciplina, deuda, crianza de los hijos, carácter, alcohol, política, venganza, y bondad están entre muchos otros tópicos tratados en esta rica colección de dichos sabios.

Versos Clave

Proverbios 1:5 “Oirá el sabio, y aumentará el saber, y el entendido adquirirá consejo.”

Proverbios 1:7 “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová. Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.”

Proverbios 4:5 “Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las razones de mi boca.”

Proverbios 8:13-14 “El temor de Jehová es aborrecer el mal; La soberbia y la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa, aborrezco. Conmigo está el consejo y el buen juicio; Yo soy la inteligencia; mío es el poder.”

Breve Resumen

Resumir el Libro de Proverbios es un poco difícil, porque a diferencia de muchos otros libros de la Escritura, en éste no hay una trama o un argumento que se encuentre en sus páginas; tampoco existen en el libro los personajes principales. Es la sabiduría lo que está en el escenario central – una grande y divina sabiduría, que trasciende el total de la historia, los pueblos y las culturas. Aún una lectura superficial de este magnífico tesoro revela las sustanciales palabras del sabio rey Salomón que son tan relevantes ahora como lo fueron hace unos tres mil años.

Referencias Proféticas:

El tema de la sabiduría y su necesidad en nuestras vidas, encuentra su cumplimiento en Cristo. En Proverbios somos continuamente exhortados a buscar la sabiduría, adquirir sabiduría y entender sabiduría. Proverbios también nos dice y lo repite que el temor del Señor es el principio de la sabiduría (1:7; 9:10). En Cristo, es “en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento” (Colosenses 2:3), en ÉL encontramos la respuesta a nuestra búsqueda de la sabiduría, el remedio para nuestro temor de Dios. La sabiduría que se encuentra solo en Cristo está en contraste con la necedad del mundo, la cual nos anima a ser sabios a nuestros propios ojos. Pero Proverbios también nos dice que los caminos del mundo no son los de Dios (Proverbios 3:7) y que solo conducen a la muerte (Proverbios 14:12; 16:25).

Aplicación Práctica

Ciertamente, Proverbios es el gran libro de “cómo hacerlo” que jamás se ha escrito. Aquellos que tienen el buen sentido de adoptar para sí las lecciones de Salomón, descubrirán rápidamente, que la piedad, la prosperidad, y la alegría son suyas con pedirlo.

Proverbios que hablan sobre

La realidad social, cultural y familiar

Proverbios, 6

1. Hijo mío, si has servido de aval a un compañero, si te has comprometido con un desconocido,

2. estás amarrado por tus propias palabras, eres prisionero de tus compromisos.

3. Pues bien, haz esto, hijo mío: ¡libérate lo más pronto! ¿No ves que estás a merced de otro? ¡Anda a verlo, ponte de rodillas, suplícale!

4. ¡No concedas sueño a tus ojos ni descanso a tus párpados;

5. Tienes que librarte, como el ciervo de la trampa, como el pájaro de la red!

6. Flojo, anda a ver a la hormiga, mira cómo se mueve y se hace sabia.

7. En su casa no hay jefe, ni supervisor, ni mayordomo;

8. pero junta en verano provisiones, amontona su alimento en tiempo de cosecha.

9. ¿Flojo, hasta cuándo vas a seguir echado? ¿Cuándo vas a levantarte de tu cama?

10. Duermes un poco, después sueñas un momento, luego estiras los brazos cruzados...

11. y de pronto te sorprende la pobreza como un vagabundo, la miseria cae sobre ti como un ladrón.

12. El pillo, el marrullero, anda con risitas; guiña un ojo, arrastra los pies, hace sonar los dedos.

14. Está siempre preparando alguna trampa, anda buscando peleas en todo momento.

15. Pero también, sin que lo advierta, caerá sobre él la desgracia, será derribado de un golpe y no se repondrá.

16. Hay seis cosas que detesta el Señor, y hasta siete que le causan horror:

17. la mirada despreciativa, la lengua mentirosa, las manos que derraman sangre inocente, el corazón que medita intenciones culpables, los pies que corren impacientes a hacer el mal,

19. el testigo falso que habla para mentir, y el hombre que provoca la discordia entre hermanos.

20. Hijo mío, observa los consejos de tu padre, no rechaces la enseñanza de tu madre.

21. Mantenlos bien amarrados en tu corazón, cuélgalos de tu cuello.

22. Ellos guiarán tus pasos; en tu sueño velarán por ti y te aconsejarán apenas despiertes.

23. El mandamiento es una lámpara, la Ley, una luz; las correcciones te enseñan el camino de la vida.

24. Te protegerán de la mala mujer, de las palabras zalameras de la mujer de otro.

25. No sueñes con su belleza, ni te dejes conquistar por sus miradas.

26. La prostituta no busca más que un trozo de pan, pero la mujer adúltera lo que quiere es una vida preciosa.

27. ¿Se pueden llevar brasas en los bolsillos sin que se queme la ropa?

28. ¿Se puede caminar por carbones encendidos sin que se quemen los pies?

29. Lo mismo

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