Los fascias italianos
Enviado por zyxma666 • 4 de Septiembre de 2013 • Ensayo • 1.669 Palabras (7 Páginas) • 353 Visitas
EL FASCISMO.- Nació de la necesidad de la acción, no es un partido, sino un anti partidario y un movimiento.
Los fascias italianos desarrollaron principios que más tarde se desarrollaran en una serie de posiciones doctrinales que hicieron del fascismo una doctrina política con ser propio.
Los adversarios de mala fe negaron al fascismo individualizado como régimen y doctrina respetando el porvenir y el desarrollo de la humanidad.
No cree en la utilización de la paz perpetua, rechaza el pacifismo.
Acepta y ama la vida, ignora el suicidio, comprende a la vida como un deber y ama a su prójimo.
Rechaza los abrazos universales, cree en la santidad y el heroísmo.
Rechaza el concepto de felicidad económica y convierte a los hombres en animales, reduciéndolos a una vida vegetativa.
Afirma que la desigualdad es irremediable pero fecunda y benéfica de los hombres no se puedan nivelar mediante un hecho mecánico y extrínseco como lo es el sufragio universal.
La democracia es un régimen sin ley como muchos reyes, tiranos y ruinosos.
El fascismo en 1922 adopta una actitud de tendencia republicana, supera la antítesis monárquica- republicana sobre la cual se entretuvo el democratísimo.
El fascismo rechaza en la democracia, la mentira convencional del igualitarismo político, la irresponsabilidad colectiva, el mito de la felicidad y del progreso indefinido.
En cuanto a las doctrinas liberales el fascismo se opone en el campo de la política y economía.
El fascismo niega al socialismo, la democracia y el liberalismo.
El fundamento de la doctrina fascista es la concepción del estado, siendo este un ente absoluto en el cual individuos y agrupaciones son relativos.
El estado fascista tiene una sola conciencia, una sola voluntad por ello recibe el nombre de Estado “ETICO”.
El estado es un hecho espiritual y moral porque condena la organización política, jurídica y económica de la nación.
El estado fascista es único y revolucionario porque anticipa las soluciones de determinados problemas universales como:
Político.- por el fraccionamiento de los partidos, prepotencia del parlamentario y por la irresponsabilidad de las asambleas.
Económico.- por las funciones sindicales y por los conflictos y por sus inteligencias.
Moral.- por la necesidad de orden de la disciplina y la obediencia de dictámenes morales de la patria.
El fascismo quiere un Estado fuerte, orgánico afianzando sobre una base popular.
La religión para el estado fascista es considerada como una manifestación profunda del espíritu, respeta al Dios de los acatas, santos, héroes y al Dios tal como lo ve y siente el pueblo ingenuo y primitivo que dirige sus plegarias.
El estado fascista es una voluntad de potencia y de imperio, en la doctrina fascista no es el imperio una expresión territorial, militar o mercantil, sino espiritual o moral.
Para el fascismo la tendencia del imperio es una manifestación de vitalidad.
El fascismo tiene en el mundo la universalidad de todas las doctrinas que representan un momento de la historia del espíritu humano.
El Estado al no cumplir la condición social puede ocasionar un golpe de estado, el mismo que justifica la necesidad de un Estado, más allá no existe otra cosa que lo reemplace es por eso que hasta ahora confiamos en ella.
En un principio los antiguos no conocieron la libertad individual;
La ciudad estaba fundada sobre una religión y constituida como una iglesia. Éste era el origen de su fuerza, de su omnipotencia y del imperio absoluto que ejercía sobre sus miembros. En una. Sociedad fundada y establecida bajo tales principios no podía existir la libertad individual. Porque el ciudadano estaba sometido a la ciudad en todo y sin reserva alguna, perteneciendo enteramente a ésta. La religión que había creado al Estado, y el Estado que mantenía la religión, se sostenían mutuamente, constituyendo un todo; y estas dos potencias, asociadas y confundidas, formaban un poder casi sobrehumano, al que se hallaban sometidos en cuerpo y alma: Nada había en el individuo que fuese independiente de este poder. Su cuerpo pertenecía al Estado, y estaba consagrado a su defensa, siendo obligatorio el servicio militar en Roma hasta los cincuenta años, en Atenas hasta los sesenta y en Esparta indefinidamente. Su fortuna estaba siempre a disposición del Estado, pudiendo la ciudad, cuando tenía necesidad de dinero, ordenar a las mujeres. Que le entregasen sus joyas; a los acreedores. Que le cedieran sus créditos; y a los que tenían olivares, que entregasen gratuitamente el aceite que tuviesen almacenado.
Ni la vida privada se eximía de la omnipotencia del Estado. La ley ateniense prohibía, en nombre de la religión, al individuo que permaneciese célibe. Esparta castigaba no sólo al que no se casaba, sino al que lo hacía tarde, El Estado podía prescribir en Atenas el trabajo, en Esparta la ociosidad, y ejercía su tiranía hasta en las cosas más pequeñas, como, por ejemplo: en Lacres prohibía la ley a los hombres que bebiesen vino puro, y en Roma, en Mileto y en Marsella se lo
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