Líderes Idóneos Para Nuestros Jóvenes
Enviado por John156408 • 21 de Julio de 2013 • 3.568 Palabras (15 Páginas) • 341 Visitas
Los líderes pueden hacer o deshacer un ministerio. Un ministerio juvenil sin un liderazgo adecuado nunca puede ser saludable, pero uno con una abundancia de líderes de calidad siempre tendrá el potencial para serlo (véase Pr 11:14 )
Los ministerios para jóvenes carentes de líderes a menudo están sobrecargados, tensos y demasiado cansados para una nueva visión, se contentan con mantener las cosas como están y se estancan. Por eso es tan importante que los obreros de jóvenes comiencen sus ministerios bien, buscando líderes y aprendiendo a ser líder de líderes y formador de formadores.
Si usted está en una iglesia que no le brinda poder a la congregación para hacer el trabajo del ministerio, el desarrollo del liderazgo será particularmente difícil. Incluso los ministerios de iglesias que desafían constantemente a la gente para involucrarse luchan para encontrar suficientes líderes.
La cantidad de trabajo que conlleva el desarrollo de un liderazgo de calidad nunca tiene fin. Es un ciclo continuo de buscar líderes, prepararlos, cultivar su crecimiento espiritual, y darles el poder para hacer el ministerio, y motivarlos a continuar. Cuantos más líderes de calidad tenga, más madurarán sus jóvenes espiritualmente. Cuando sus jóvenes crezcan espiritualmente, su ministerio crecerá numéricamente, y este crecimiento requerirá líderes adicionales.
Desarrollar a los líderes es la mejor combinación de bendición y carga que conozco en la iglesia: es una bendición ver a los adultos ministrar a los jóvenes, y es una carga encontrar adultos, prepararlos y motivarlos a trabajar con los jóvenes.
¡No puedes hacerlo solo!
Vemos una gran cantidad de personas que entran y salen del ministerio para jóvenes porque muchos de ellos tratan de hacerlo todo solos. Algunos obreros de la juventud me dicen que no tienen suficiente tiempo para buscar líderes; no tienen tiempo suficiente porque están demasiado ocupados haciéndolo todo.
Este no es un problema nuevo. El famoso pasaje del liderazgo, en Éxodo 18, revela que Moisés trató de dirigir al pueblo de Israel por sí solo, hasta que su suegro Jetro habló con él (vr. 17–23). Jetro le dijo a Moisés que esa gente se iría a su casa satisfecha, porque se sabrían cuidados y sus necesidades estarían satisfechas. Este consejo se dio hace miles de años, pero todavía se aplica al liderazgo en el día de hoy.
Cuando me preguntan cuál es la mejor proporción de jóvenes por líder, a menudo señalo el ejemplo de Jesús. Él era Dios y, sin embargo, tenía una proporción de doce a uno.
Debido a su relación con Pedro, Santiago y Juan, hasta podría sugerir que su proporción se acercaba más a tres personas por cada líder. En nuestra iglesia tratamos de establecer nuestra meta en una proporción de cinco a uno para los grupos pequeños, y aun así, a la mayoría de nuestros líderes se les hace difícil invertir el tiempo y los cuidados que requieren cinco jóvenes.
Tanto las palabras de Jetro como el ejemplo de Jesús nos muestran nuestra necesidad de ayuda. Con este imperativo viene la obligación más grande: confiar en Dios que proveerá líderes. Él tiene a los líderes para nuestro ministerio; sólo tenemos que encontrarlos.
¡Lo puedes hacer!
Un proceso de cinco pasos para encontrar líderes
A nosotros nos toca ser fieles haciendo lo posible, y tener fe en que Dios hará lo imposible. Los siguientes pasos lo ayudarán a hacer lo posible en su búsqueda de líderes buenos. Estos pasos implican un proceso continuo.
Paso 1:
Piensa en tu actitud de liderazgo
Tu actitud acerca de los líderes tendrá un impacto en los métodos para encontrarlos. Prefiero usar la palabra líder en vez de voluntario. Me gusta líder porque connota acción y afirma el valor del líder. Voluntario da la idea de alguien que tiene que llenar un hueco que nadie más quiere ocupar; no es una palabra tan positiva como líder. Su habilidad de encontrar líderes voluntarios comienza por cómo usted los considera.
La actitud: «necesitamos voluntarios para sobrevivir».
Un pastor con esta actitud comunica: «Necesito a alguien para llenar este hueco, asumir esta responsabilidad o enseñar esta clase.» Por lo general, esta actitud viene como resultado de que el pastor esta agobiado con las demandas del ministerio. Este tipo de pastor con ojos desesperados y una voz implorante, encuentra voluntarios en potencia y recibe a cualquier persona en lugar de buscar el candidato idóneo para el trabajo.
Cada pastor de jóvenes que conozco tiene cuentos horripilantes de voluntarios que resultaron ser un problema, los cuales fueron reclutados con la actitud «aceptaré a cualquiera».
La actitud: «necesitamos líderes para prosperar».
Los ministros de jóvenes que tienen esta actitud, están menos agobiados por las tareas y más interesados en cultivar a sus jóvenes. Miran a los líderes potenciales como ministros y consideran la forma particular en que Dios los ha formado para ministrar. Estos ministros de jóvenes están dispuestos, pero no desesperados por llenar huecos. Creen que la persona correcta prosperará como líder y que los jóvenes prosperarán a causa de su ministerio.
Su actitud hacia los líderes potenciales afectará su estilo para encontrarlos y prepararlos para el ministerio. Una actitud de prosperidad les da autorización a los líderes para hacer el ministerio porque usted realmente cree que Dios puede trabajar a través de ellos y cree que lo hará.
Paso 2:
Rompe los estereotipos existentes
Hacemos más difícil el trabajo de encontrar líderes cuando perpetuamos los estereotipos existentes de un perfil de obrero de jóvenes. Durante años le he estado preguntando a la gente de la iglesia cómo describirían a un buen obrero para jóvenes. He aquí algunas respuestas:
• joven
• chistoso
• atlético
• hábil frente a las multitudes
• maestro de mucha autoridad
• conoce la Biblia
• personalidad extrovertida
• tiene carisma
• entiende la cultura joven
Al ver esta lista, es fácil entender por qué la mayoría de la gente en nuestras iglesias es reacia en ofrecerse: ¡No calzan con la descripción! Estas cualidades representan una minúscula parte del cuerpo de Cristo y sólo un tipo de obrero para la juventud: uno que escasea.
Si quieres encontrar líderes, muéstrale a tu congregación una nueva imagen de cómo debe ser un obrero para los jóvenes. A la gente de nuestra iglesia les digo que buscamos dos cualidades: amor a Dios
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