Maestras Visitantes
Enviado por jbarcenas • 29 de Mayo de 2015 • 464 Palabras (2 Páginas) • 218 Visitas
Maestras visitantes: ¿Qué significa ministrar a la manera del Salvador?
Para una mujer Santo de los Últimos Días, Sociedad de Socorro debería ser sinónimo de caridad, “el amor puro de Cristo” (Moroni 7:47). El privilegio de ministrar por medio de las visitas de maestras visitantes es una oportunidad de llegar a ser como el Salvador. A medida que las maestras visitantes ministran a la manera del Salvador, se preparan a ellas mismas y a otras personas para la bendición de la vida eterna.
Las visitas de maestras visitantes constituyen un modelo para ayudar a las hermanas a seguir el ejemplo del Salvador de ministrar a los demás.
Cuando José Smith organizó la Sociedad de Socorro, dijo: “Ahora se hallan en una posición de poder actuar de acuerdo con esa compasión que Dios ha puesto en... ustedes”. Él “enseñó principios que ayudaron a las hermanas de la Sociedad de Socorro a ‘socorrer al pobre’ y a ‘salvar almas’” (en Hijas en Mi reino: La historia y la obra de la Sociedad de Socorro, 2011, págs. 18, 20).
Cuando ministramos con caridad, el amor puro de Jesucristo, reconocemos las necesidades y respondemos de manera amorosa.
Lucy Mack Smith dijo: “Debemos atesorarnos unas a otras, velar unas por otras, consolarnos unas a otras y adquirir conocimiento a fin de que todas nos sentemos juntas en el cielo” (en Hijas en Mi Reino, pág. 29).
Nosotras demostramos nuestro amor por el Señor cuando guardamos nuestros convenios y ayudamos a otras personas a hacer lo mismo.
El élder M. Russell Ballard, del Quórum de los Doce Apóstoles, dijo: “Toda hermana de esta Iglesia que haya hecho convenios con el Señor tiene el mandato divino de ayudar a salvar almas, de guiar a las mujeres del mundo, de fortalecer los hogares de Sión y de edificar el reino de Dios” (en Hijas en Mi reino, pág. 28).
Si usted es un maestro orientador o maestra visitante, entonces es un maestro del Evangelio. Además de atender al bienestar de las familias que se le hayan asignado a usted y a su compañero, debe ofrecerles un mensaje del Evangelio por lo menos una vez al mes. Las Escrituras enseñan que los maestros orientadores “deben… amonestar, exponer, exhortar, enseñar e invitar a todos a venir a Cristo”(D. y C. 20:59).
A fin de enseñar a las familias que le hayan sido asignadas, usted debe prepararse espiritualmente y aprender a poner en práctica los principios para la enseñanza del Evangelio.
En su asignación como maestro orientador, usted tiene una necesidad especial de prepararse y de mejorarse continuamente.
Recuerde que diferentes personas necesitan distintos enfoques para aprender.
Aprendan los nombres de todos los miembros de la familia; recuerden las fechas de cumpleaños, bendiciones, bautismos y matrimonios.
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