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Me Quiero Casar


Enviado por   •  10 de Diciembre de 2013  •  3.239 Palabras (13 Páginas)  •  376 Visitas

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ME QUIERO CASAR

Por Maria Luisa de Rodríguez

Primer Escena

Lectura Bíblica: Proverbios 1: 7-9

Himnos: Himnario Adventista #24 y #260

Propósito del programa:

Hoy, la sociedad de jóvenes presenta un programa titulado “Me quiero Casar”. Quiera el Señor que el mismo pueda ayudar a nuestra juventud a comprender lo que en realidad significa y puedan hacer planes verdaderamente sabios para un futuro matrimonio feliz.

(Comienza el piano a tocar la marcha nupcial, mas tarde Lucy entra y se sienta pensativa, el piano sigue tocando cada vez más suave hasta que entra la mama y la música se va apagando poco a poco).

Introducción:

Desde los días de la creación nos llegan dos instituciones divinas, debidamente creadas y ordenadas por Dios. Una es el sábado, séptimo día de la semana, reposado, bendecido y santificado por Dios al final de la creación de este mundo. La otra institución es el matrimonio. Al unir en lazo nupcial la primera pareja formada por un hombre y una mujer, Adán y Eva.

En cuanto al sábado, podemos decir que permanece incólume hasta el día de hoy; y hasta la eternidad conservará la bendición y santificación otorgada por nuestro Amante Salvador al crearla. Si bien es cierto que santos hombres de Dios han honrado y mantenido en alto el matrimonio, con tristeza y dolor en nuestras almas tenemos que decir, que el matrimonio en sentido general no se ha mantenido a la altura del propósito con que fue creado.

Mama: Lucy, hija mía, hace varios días que te observo pensativa y eso me tiene preocupada. Además de ser madre tuya, siempre me he sentido tu amiga. ¿Por qué no me cuentas lo que te sucede?

Lucy: Si mama, ¿sabes?, Gilberto y yo hemos decidido casarnos, pero nos tiene preocupados el hecho de que papa y tú se oponen y pueden interrumpir nuestros planes matrimoniales.

Mama: Mira hija, Gilberto es muy buen muchacho, su conducta es intachable, pero tanto tu como él están muy jóvenes todavía para enfrentarse a las responsabilidades del matrimonio. A tu edad, querida, cuando se dice: Me quiero casar, se piensa por lo general en el hermoso traje de novia que llevaras, en las flores, en los regales, en las felicitaciones, en el brindis de despedida, en las tarjetas de invitaciones y agasajos familiares; todo eso es muy hermoso y bonito. Luego la luna de miel y los dulces primeros días de casados, pero todo no termina ahí; ahí es precisamente donde empieza la vida matrimonial. Y dime Lucy, ¿Qué vas hacer con los estudios?

Lucy: Muy sencillo mami, seguiré estudiando después de casada.

Mama: Que sencillo piensas que puede ser querida, pero no será lo mismo. Una ama de casa tiene muchas responsabilidades y aunque te esfuerces y estudies, nunca será como una muchacha soltera, pues no tendrá tiempo disponible, ni la mente tan despejada para ello. Además, psicológicamente no estas preparada para el matrimonio. Todavía a tu edad no se sabe exactamente lo que se quiere. Tal vez después te veas casada y desearas con la misma ansiedad que hoy te quieres casar, estar nuevamente soltera y entonces vendrán los problemas. Un matrimonio cristiano es para siempre y si se edifica sobre una base insegura, construido por pasiones juveniles, un día se verá destruido desgraciadamente y hasta se corre el riesgo de perderse uno de los dos cónyuges, si no los dos.

Lucy: Yo estoy segura que con nosotros no va a suceder así, ni nada de esto mama, pues aunque tengo poca edad, me siento responsable, además Gilberto y yo nos queremos tanto que nunca fracasaremos.

Mama: Hija, lo más importante de este asunto es que Dios tampoco aprueba un matrimonio prematuro.

Lucy: (Tocan a la puerta y llega Gilberto, conversan en la puerta) ¿Qué tal Gilberto?

Gilberto: Buenas noches, yo estoy bien encanto y tu?

Lucy: Estoy bien, pasa por favor, te estaba esperando.

Gilberto: Buenas noches Rosa, ¿como esta usted?

Rosa: Muy bien Gilberto, siéntate por favor. Me estaba diciendo Lucy que deseaban casarse pronto.

Gilberto: Si, así es.

Mama: Gilberto, antes que tu llegaras, estábamos hablando Lucy y yo. Le decía que estaban ustedes muy jovenes para pensar en casarse. Dios no aprueba un matrimonio prematuro, por lo tanto, ni su padre ni yo podemos aprobar tales decisiones.

Gilberto: Pero Rosa, es que nosotros no somos los únicos, ha habido muchas parejas bien jovencitas, que se han casado y han sido felices y lo son aun.

Mama: No dudo que muchos jovencitos se han casado y por consiguiente han establecido matrimonies muy prematuros. Ahora, de lo que si estoy segura es que no son tan felices como ustedes dicen. Miren, les voy a leer en el libro Mensajes para los Jóvenes de Elena de White, en la pagina 453: “Dos personas llegan a conocerse, se enamoran ciegamente y cada una absorbe la atención de la otra. Se oscurece la razón y se depone el criterio. No quieren someterse a ningún consejo ni gobierno, sino que insisten en hacer su voluntad, indiferentes a las consecuencias”.

Lucy: Bueno mami, eso dice Elena White, pero mi prima Isabelita, se caso siendo muy joven, solo tenia 16 años y ella y su esposo se ven muy felices.

Mama: Recuerda Lucy, que tanto tu prima como el joven con quien ella se caso no son adventistas, y tu sabes que tu padre y yo nunca estuvimos de acuerdo con ese matrimonio tan precipitado. Cada vez que íbamos a su casa teniendo ella relaciones con quien hoy es su esposo, en mas de una ocasión la aconsejamos que no debía casarse tan pronto. Por otro lado, desde que tu prima se caso, nosotros no hemos tenido noticias de ellos, así que no podemos saber como les ha ido en su matrimonio y si son felices como tú dices.

Gilberto: Rosa, es cierto lo que usted dice, pero uno se imagina que deben ser felices, pues ellos estaban tan enamorados como lo estamos Lucy y yo.

Lucy: Mami, como dice Gilberto, es fácil imaginárselo, además, si no hemos recibido cartas de ellos es con toda seguridad porque ella tiene todo su tiempo ocupado en Guillermo y el en ella. Bueno mami, ¿no podríamos dejar esta conversación para otro día? Recuerda que Rosita y Elena nos están esperando y tú me prometiste que cuando llegara Gilberto me ibas a llevar.

Mama: Si querida, lo recuerdo. En cuanto a esta conversación, la podemos dejar para otra ocasión, pero antes de marcharnos, quiero leerles a ambos algo mas de este precioso libro en la pagina 452, donde

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