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Nacer De Nuevo


Enviado por   •  2 de Mayo de 2013  •  2.128 Palabras (9 Páginas)  •  593 Visitas

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¿NACER DE NUEVO? PERO SI ESO YA ES HISTORIA

Comentario: basado en predicaciones de Dante Gebel, Héctor Hermosillo, comentarios bíblicos que me permitieran entender.

Te has preguntado por qué no estás dando frutos, por qué aunque hace tanto que aceptaste al Señor como tu salvador las cosas no parecen ser diferentes, vas de desierto en desierto, te esfuerzas por luchar y vencer la tentación pero no pasa nada… caes de nuevo y ya te sientes avergonzado, te sientes hipócrita por no aplicar lo que predicas… ¿te ha pasado? A mi sí. Por eso hoy vamos a compartir Romanos 12: 7-25

12. Podemos decir, entonces, que la ley viene de Dios, y que cada uno de sus mandatos es bueno y justo. Se refiere a la ley de Moisés, es decir, a los mandamientos.

13. Con esto no estoy diciendo que la ley, que es buena, me llevó a la muerte. ¡De ninguna manera! El que hizo esto fue el pecado, que usó un mandato bueno. Así, por medio de un mandato bueno todos podemos saber lo realmente malo y terrible que es el pecado. Fue por la ley que conocimos el pecado, pero ¿cómo así que el mandamiento me llevó a la muerte? Porque mi naturaleza humana pecaminosa toma lo bueno y me hace pecar. Por ejemplo, quiero amar a Dios pero en mi carne lo que hago es amar a otras cosas.

14. Nosotros sabemos que la ley viene de Dios; pero yo no soy más que un simple hombre, y no puedo controlar mis malos deseos. Soy un esclavo del pecado. La ley es espiritual pero yo soy carnal, vendido al pecado, esa es mi herencia y prácticamente estoy condenado a obedecer. Pero… ¿esto es antes o después de Cristo? Vamos a ver

15. La verdad es que no entiendo nada de lo que hago, pues en vez de hacer lo bueno que quiero hacer, hago lo malo que no quiero hacer, 16. Pero aunque hago lo que no quiero hacer, reconozco que la ley es buena. La ley es como un maestro porque me enseña, me instruye sobre lo que agrada y no agrada a Dios. Así mismo es como un entrenador porque produce en mí un deseo, me motiva a cumplir y a esforzarme en ser fiel a Dios, produce una determinación en mí.

17. Así que no soy yo quien hace lo malo, sino el pecado que está dentro de mí. La ley es también como un médico porque me da un diagnóstico: definitivamente el mal habita en mí, es mi naturaleza pecaminosa. Entonces ¿cómo resuelvo esto? ¿Quién me puede librar?

18. Yo sé que mis deseos egoístas no me permiten hacer lo bueno, pues aunque quiero hacerlo, no puedo hacerlo. En lo más profundo de mi corazón amo la ley de Dios. En mi naturaleza no está hacer lo bueno, antes vivíamos según los deseos de la carne y hoy que somos lavados con la sangre de Cristo, entendemos que no está bien y deseamos hacer lo bueno, el problema es que queremos pero no podemos.

19. En vez de lo bueno que quiero hacer, hago lo malo que no quiero hacer. Pablo entiende, quiere, reconoce su naturaleza pecaminosa pero sigue haciendo el mal que no quiere.

20. Pero si hago lo que no quiero hacer, en realidad no soy yo quien lo hace, sino el pecado que está dentro de mí. Actuar así nos decepciona y entonces Pablo dice no soy yo quien lo hace, entonces ¿Quién lo hace? Vemos que hay una lucha entre dos naturalezas: la carne que se deleita en el pecado y el espíritu que se deleita en la palabra. Pero notemos algo: Romanos 6:6 Una cosa es clara: antes éramos pecadores, pero cuando Cristo murió en la cruz, nosotros morimos con él. Así que el pecado ya no nos gobierna. El viejo hombre ya está muerto, el pecado no puede gobernarnos, es inoperante, entonces ¿Por qué nos empeñamos en revivirlo? ¿Por qué no creemos que ese viejo hombre verdaderamente fue crucificado? Tengo que declarar que no vivo más en pecado porque cuando peco estoy atentando contra mi nueva naturaleza y me tengo que cuidar de esto. Para esto voy a darles una clave:

Efesios 4: 22 – 24. Por eso, ya no vivan ni se conduzcan como antes, cuando los malos deseos dirigían su manera de vivir. Ustedes deben cambiar completamente su manera de pensar, y ser honestos y santos de verdad, como corresponde a personas que Dios ha vuelto a crear, para ser como él. DESPÓJATE Y RENUÉVATE, VÍSTETE DEL NUEVO HOMBRE, HÁZLO. ¿NO HAZ NACIDO DE NUEVO? PUES HOY ES EL MOMENTO Y DIOS PUEDE CREARTE DE NUEVO, NO LO DUDES. (veremos más adelante qué cosas nos impiden este nuevo nacimiento).

Tenemos la costumbre de administrar todo: el tiempo, el dinero, los recursos, pero no aprendemos a administrar la mente. Allí es donde nos ataca el enemigo, es aquí donde no nos hemos renovado y por eso caemos fácilmente, por eso no damos fruto.

2 Corintios 10, 3 – 5. Es verdad que vivimos en este mundo, pero no actuamos como todo el mundo, ni luchamos con las armas de este mundo. Al contrario, usamos el poder de Dios para destruir las fuerzas del mal, las acusaciones y el orgullo de quienes quieren impedir que todos conozcan a Dios. Con ese poder hacemos que los pecadores cambien su manera de pensar y obedezcan a Cristo.

Proverbios 4:23. Ante todo, cuida tus pensamientos porque ellos controlan tu vida. (Palabra de Dios para todos).

Es cierto que nuestros pensamientos nos controlan, pensamos que tenemos el control de todo, coqueteamos con el pecado y pensamos que lo podemos detener cuando queramos, creemos que en cualquier momento oramos y se arregla todo; sin embargo, el pecado va echando raíces y luego trae muerte.

Santiago 1:13. Cuando alguien tenga una tentación, no diga que es tentado por Dios, pues a Dios no lo tienta la maldad ni tampoco él tienta a nadie. Uno es tentado cuando se deja llevar por un mal deseo que lo atrae y lo seduce. Luego, el deseo malo da a luz el pecado, y el pecado, una vez que ha crecido, conduce a la muerte (Palabra de Dios para todos).

Dante Gebel nos llama la atención sobre algo: EL DIABLO NO VIOLA A NADIE. Él es un gran seductor y nos convence de que hay cosas que no son malas, que somos muy exagerados, incluso nos saca la Biblia. Es así como nos dejamos conquistar, nos dedicamos al pecado y ponemos en espera a Dios, porque la verdad estamos muy entretenidos y en ocasiones, tan avergonzados que queremos esconder

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