Nuestro modelo a seguir en la vida deJesús
Enviado por jajajajaxD • 2 de Febrero de 2012 • Informe • 1.308 Palabras (6 Páginas) • 562 Visitas
Nuestro modelo a seguir en la vida es Jesús, su forma de actuar nos enseña a tener un corazón misericordioso, ser justo, ser una persona de bien, nos enseña a no envidiar las cosas de nadie, a vivir feliz con lo que tenemos. Pero una cosa es seguirlo a Él en su forma de actuar, en su manera de tratar y convivir con los demás, y otra cosa es que lo imitemos, que implicaría vestirnos como Él o incluso ser igual físicamente.
La persona es un ser libre, a la cual Dios creó a su imagen y semejanza y le dio voluntad e inteligencia. Ser persona implica partir del diálogo junto a las demás personas y así tener las bases para crear una comunidad que esté dispuesta a la comunicación y el crecimiento mutuo. Para esto cada persona debe reconocerse ante los demás, debe conocer a los otros, saber que es distinto a los demás y saber relacionarse con todos los integrantes de la comunidad.
Jesús quiso unificar a todos aquellos que creen que en Él está La Salvación, para esto dio sus mandatos, para que su comunidad lograra vivir en armonía, pero primero tuvo que pasar varios sucesos, primero Jesús comenzó su vida pública y así empezó a conformarse una especie de comunidad, luego fue Pentecostés en donde actuó el Espíritu Santo, iluminando e invistiendo de poder y autoridad a los apóstoles para que no tuvieran miedo y salieran a predicar su Palabra a todas las partes del mundo. A través de la iluminación del Espíritu Santo, los apóstoles dieron testimonio también de la Resurrección de Jesús y de todos sus actos en la Tierra, además ellos mismos realizaron muchas obras extraordinarias debido al poder otorgado por las lenguas de fuego que descendieron sobre ellos. Con la Resurrección del Señor se cumplieron las profecías anunciadas por muchas personas que hablaron en su nombre y que vivieron mucho antes de Jesús. Nosotros para ser un testigo de Jesús debemos tener una actitud de vida que se base en el respeto, el servicio, la responsabilidad y la justicia.
Cada persona tiene una vocación en particular, esta es el llamado que hace Dios a todo ser humano a encontrarle sentido a su existencia por medio del servicio a los demás. La vocación puede estar vinculada al matrimonio, que implica mantener el amor y la fidelidad a la pareja. También existe la vida consagrada, en donde se debe tener confianza en Dios; capacidad de servicio, para ayudar a los demás sobre todo a los más necesitados; también se necesita compromiso con la labor que se está haciendo; hay que descubrir a Dios en los demás por medio del diálogo y la sana convivencia; pero lo más importante: cumplir los votos de castidad para no caer en las pasiones de la carne, la obediencia, para cumplir lo que mande Dios sin rechazar su mandato, al igual que lo hizo Él en la Cruz con su Padre, y pobreza, pues hay que desprenderse de las cosas materiales y vivir lo más noble y humildemente posible. La otra vocación es la soltería, en donde se debe aceptar la soledad, se debe tener un compromiso con Dios, se debe hacer mucha oración para tener paciencia y no decaer cuando no se tiene la compañía de los demás; además hay que ser responsables para actuar de manera correcta y no ceder ante ninguna tentación que se presente.
Dios nos llama para cumplir diversas tareas, así como llamó a los patriarcas para caminar en busca de la Tierra Prometida, a personas que dirigieran su pueblo, a los profetas para que anunciaran la llegada de Dios a la Tierra y hablaran en su nombre, a María para ser la madre de Jesús, a los apóstoles para que siguieran su misión en la Tierra y hoy nos llama a nosotros para que le ayudemos en la construcción de su Reino. Él primero nos llama por nuestro nombre y nos invita a caminar, luego nos hace una promesa y mientras cumplimos nuestra tarea el permanece al lado de nosotros y nos acompaña siempre.
Dios
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