Oración y escucha de la Palabra de Dios

1º ENCUENTRO: NOS AMAMOS

Objetivo:

Confrontar con varias definiciones del término “amor” para distinguir, entre otras, la perspectiva cristiana de la relación de pareja. Esta relación surgida del amor de Dios, está amenazada si está marcada por errores y pecados, pide ser “cultivada”

Oración y escucha de la Palabra de Dios

Génesis 2,18-25

Oración de los novios

Para orientar la reflexión

¿Qué se piensa hoy en día del amor?

¿Qué es para ustedes el amor?

¿Qué ilusiones amenazan al amor?

Líneas para la reflexión:

El término “amor”

“Amor” es uno de las palabras mas usadas en el lenguaje religioso y profano en todos los pueblos: expresa las experiencias religiosas más altas, las entregas más generosas, las vivencias más sorprendentes. Todos creen conocer el sentido y de indicar la misma realidad mientras los significados son tan diversos. No existe un único tipo de amor: existe el amor amistad, cordialidad, solidaridad, todos distintos del que se tienen entre un hombre y una mujer.

Amor y sexualidad

El amor en su fase inicial lleva consigo la frescura y la fascinación de las cosas apenas nacidas: los enamorados se idealizan mutuamente. Tiene el misterio de ser único e indiviso ya que parece completar lo que falta en uno. Estamos hechos para el encuentro, para el diálogo. De este encuentro es parte importante la sexualidad que dice que existimos en un cuerpo, en la condición de hombre o mujer, pero la sexualidad no consuma el amor. Nuestra cultura tiende ir a los extremos: por una parte exalta la sexualidad por si misma cargándola de excesivos méritos y por otra la relativiza hasta banalizarla.

Significados del amor

Cuando crece el amor en la pareja nace espontáneamente el deseo de hacer feliz al otro. Pero siempre estará el egoísmo que no permite que se deje pensar en sí mismo. El verdadero amor se distingue del falso cuando se es feliz mientras el otro lo sea, cuando llegue a dar la vida por el otro antes que tomar su vida. Otro paso en el crecimiento es que se proyecte en la ayuda mutua, con atención, con afecto, con fuerza y dedicación total, en el camino de la realización plena de la vida de cada uno.

El amor entre un hombre y una mujer es apertura a la trascendencia. La vida de toda creatura tiende a Dios y toda experiencia debe ser vivida como proveniente de Dios pensada como una preparación al encuentro con Él. Dios vence la soledad del hombre porque sopla su Espíritu en su corazón, dándole su misma capacidad de amar. Por ello ni él, ni ella pueden decir absolutamente a su cónyuge: “tu eres mi vida” “yo soy tu vida”, porque son uno para el otro pero al mismo tiempo ambos pertenecen a Dios. Cada hombre, en efecto lleva dentro de sí, un deseo de infinito que ninguna criatura humana podrá nunca saciar. La experiencia del matrimonio

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