Pensar
Enviado por pedro12355 • 9 de Enero de 2014 • Síntesis • 2.336 Palabras (10 Páginas) • 349 Visitas
En la actualidad, al pensar en arquitectura, creo que se ha dejado de lado, el pensar en la esencia, en la magia del sentimiento, en el símbolo, en la identidad, creo que la mayoría se a encaminado solo a cumplir con la funcionalidad de cada edificio a ser técnico de lo que ya existe y no sucumbir mas allá de lo que podemos lograr con la arquitectura. En esta lectura Peter Zumthor narra sus experiencias analíticas, arquitectónicamente hablando, de edificios y la ciudad, como se integran el contexto con la obra misma, y en la obra misma como es o debería ser el lenguaje del edificio. Dividiendo así en 8 subtítulos las diferentes maneras y caretas que se encuentra en la arquitectura como manera de expresión y lenguaje.
Una intuición de las cosas:
Peter Zumthor menciona que la identidad de nuestra arquitectura, tiene que ver con nuestras experiencias de vida, y lo resume en imágenes, imágenes que tienen que ver desde su infancia, la época en que vivía la arquitectura sin reflexionar, el niño que jugaba con pedazos de metal, madera, con el picaporte, el que estaba tan cerca de olores y texturas, que las podía vivir sin juicio alguno y que lo único que dejaban en él eran recuerdos, que formaron experiencias bases a su camino de el ser arquitecto; imágenes de su formación como tal, del su saber y el conocimiento que fue adquiriendo. Sentimientos, escenas, nuestra vida en nuestra casa de la niñez, lo que psicológicamente significo una cocina, o la sala de nuestra casa, el concepto que se convierte en búsqueda, no solo funcional sino envolvente de un ambiente y transportador de recuerdos.
Menciona la impresión que le causa el empleo preciso y sensorial de los materiales de las obras de Joseph Beuys; la impresionante estructura invisible en la arquitectura de la música de Bach, como es posible seguir uno a uno los elementos y las armonías por separado, sin perder la percepción de la composición como un todo; en cambio en la arquitectura que se basa en desarmonías y en fragmentaciones como ritmos rotos, se disipa la comprensión del enunciado y solo queda la cuestión sobre la utilidad del edificio para la vida practica. Así que la arquitectura tiene su propio ámbito existencial.
Además menciona que arquitectura es lo ya construido, lo que tiene cabida en el mundo concreto y que habla por si misma, a comparación de las representaciones arquitectónicas cuyo contenido aun no esta construido, como el dibujo que no debe ser mera copia de una idea sino parte integral del propio trabajo de la creación, y en la obra el cuidado a los detalles de construcción, que forma su identidad y lenguaje partiendo de un carácter funcional, y que en el concepto de un todo son las que determinan el ritmo formal y la finura de la medida del edificio, y expresan la idea fundamental que exige el proyecto, cuando los detalles salen bien, no son adornos.
En la actualidad la economía y la política se mezclan con todo y parece que nadie lo puede entender y mucho menos controlar, invadiendo ideales y pensamientos, quizá así podemos describir la vida posmoderna: como todo aquello que va más allá de nuestros datos biográficos como sociedad pareciendo vagos, borrosos e irreales.
La intuición de las cosas es respectivamente referido a la identidad de nuestros edificios, que al mismo tiempo llevan nuestra propia identidad, los que debemos buscar muy dentro de nosotros mismos, con las experiencias de nuestra vida, los espacios, colores, olores texturas, materiales, y un sinfín de imágenes y formas que hemos conocido a lo largo de la vida, pudiendo despertar es pasión por proyectar edificios que con el paso del tiempo, queden soldados de manera natural con la forma y la historia del lugar donde se ubiquen.
La dura pepita de la belleza:
Sustancia concentrada, permanecer junto a la cosa que se debe crear para poder conocer su propia esencia y confiar que el edificio esta pensado con la suficiente precisión para su lugar y su función y despliegue su propia fuerza y no necesite ninguna añadidura artificial. Citando a Calvino quien dice que ¨El poeta de lo vago solo puede ser el poeta de lo preciso¨. Es decir, que cuando se entiende la precisión y se deja que se ejerza el derecho del edificio, el significado emerge de forma natural de la tarea constructiva, desarrollando así una arquitectura que brota de las cosas y vuelve a las cosas.
Por lo tanto la buena arquitectura debería acoger al hombre, dejarle que viva y habite allí, y no abrumarle con su charla, de manera concreta, convertido en forma, masa y espacio, no hay ninguna idea fuera de las cosas.
De las pasiones a las cosas:
Las pasiones de su juventud, o de la juventud en general, surgen por buscar ese algo que nos haga madurar y alcanzar el complemento como personas parte de una sociedad y un cambio. Siendo arquitectos de una nueva época donde no formamos parte de una ideología o definición limitada donde solo tengamos que expresar un pensamiento concreto sin salir de contexto, nos da la oportunidad de tomar esas pasiones, regresar de vez en cuando a ellas tratar de entenderlas y refinarlas con el conocimiento que se vaya adquiriendo, y recapacitar si esas pasiones han dejado nuevas imágenes en mi base como identidad, pensando que de antemano ya tengo un conocimiento de siempre de mi núcleo emocional de mis descubrimientos.
Las pasiones son el punto de partida para poder encontrar y entender las cosas prácticas y sencillas, las que podemos descubrir y refinar respectivamente con el conocimiento que se vaya adquiriendo en la formación como arquitectos.
Aprender a encontrar el equilibrio entre las pasiones, los detalles, la precisión, lo practico, las formas, los detalles constructivos, las atmosferas, el juicio y la diferencia entre lo concreto y las pasiones, tratándola de llevar lo mas lejos posible hasta donde la realidad nos lo permita.
El cuerpo de la arquitectura:
El cuerpo de la arquitectura responde con un lenguaje físico, que se convierte en simbólico, como el empleo bien estructurado y filosófico de los materiales y texturas, lo importante no solo es el contraste de estos, sino el ambiente y el juego poético que definan el concepto que se busca, es decir, que tenga alma; pueden existir muchos proyectos con calidad estructural, o funcionales, pero cuando carece de alma, de significado y objetividad, y deja de lado la esencia, se convierte en burdo, bruto y con el tiempo insuficiente, si bien, la buena arquitectura no solo debe cubrir una necesidad fisiológica y funcional, sino formar parte de la identidad, del contexto y trasmitir la propia alma de la esencia, teniendo coherencia y unidad en su forma de pensar.
Enseñar arquitectura, aprender arquitectura:
Peter menciona que los jóvenes
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