Pluralidad Religiosa

En los últimos años el cine, la televisión y la literatura ha despertado un interés en la Biblia, ya sea para atacarla, criticarla o simplemente para hacer grandes producciones cinematográficas. Esto ha puesto en evidencia que la Sagrada Escritura hay que estudiarla analizarla y sobretodo vivirla.

Su estudio debe ser más que solo científico, debe ser histórico, saber cuándo fue escrito, que estaba viviendo el pueblo de Israel cuando se escribía el libro; debe ser literario, saber que género es (poesía, relato, apocalíptico) para ir entendiendo cual es la intención del autor, el significado de sus figuras literarias. Además se deber conocer cuál es la tradición del pueblo para entender su comportamiento, desde lo que comen hasta la forma de vestir, su lenguaje, sus jerarquías.

Todo esto hay que relacionarlo para poder llevar la Palabra de Dios hasta nuestra realidad, la Iglesia. De ella salen personas dedicadas a cada punto de la gran tarea de la interpretación, con la misión de enseñar, catequizar y predicar siempre guiados por el Espíritu Santo y la Doctrina de la Iglesia.

Desde la catequista que enseña los mandamientos a los niños hasta los grandes teólogos, así de simple y compleja es la Palabra de Dios. Ellos deben cuidarse de no cambiar el sentido, de acomodarla a su beneficio. Para ello la Iglesia ha dado pautas, métodos y guías para leer la Biblia por medio de grupos eclesiales, a través de la Lectio Divina que nos hace meditar en un ambiente de oración ya sea individual o grupalmente sobre algún pasaje en específico.

No hay que olvidar los documentos de la Iglesia (cartas apostólicas, encíclicas) que son una explicación extensa y detallada de uno o varios pasajes de la Biblia puestos en nuestra realidad diaria.

Esta gran riqueza no vine sola, la acompaña el compromiso de expandirla, no solo pensemos en llevar la Palabra a campos de misión, sino más bien en testimoniarla en nuestro entorno (trabajo, estudio y familia) con nuestro testimonio más que con nuestra voz sin discriminar a los que no comparten esta forma de pensar porque ese es el gran mensaje de Dios en su Palabra, el Amor.

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