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Psicologia


Enviado por   •  24 de Marzo de 2012  •  1.423 Palabras (6 Páginas)  •  308 Visitas

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ENTREVISTA A GLORIA SUAREZ DE BARRAGAN

La señora Gloria Suarez de Barragán, tiene 67 años de edad, vive en la ciudad de Bogotá y trabaja desde muy joven, de muy niña vivió en un pueblo de Colombia azotado por la violencia donde perdió a sus padres y hermanos. Gloria cuenta que una señora conocida de su mamá se encargo de ella, y desde muy pequeña (6 años) y durante muchos años fue su empleada del servicio, no sabe leer ni escribir.

Con el tiempo la señora Belén, su protectora, se trasladó a Bogotá y se trajo a Gloria con ella, quien a los 30 años encontró el amor en un señor viudo de 60 años con el cual se caso por la iglesia y tuvo dos hijos.

Cuando Gloria tenía 6 años de edad, ya realizaba labores de mucha responsabilidad, como recoger leña, lavar ropa, planchar, recoger paja para el techo de la cocina, etc. Gloria comenta los cambios que ha vivido desde su niñez hasta la edad en la que se encuentra ahora: “ …si, de niña era la sirvienta de la señora Belén, yo tenía que cocinar, lavar los pisos, hacía los mandaos y no me pagaban, cuando no me levantaba, me echaban agua fría en la cara para que me despertara y empezara a trabajar en la cocina, luego otra señora me vio y me llevo con ella, me vine para Bogotá, ella si me pagaba, aunque también me pegaba cuando no hacía caso o no hacia las cosas bien, luego cuando crecí, conocí a Ambrosio y me casé, pero seguí trabajando, yo he trabajado toda la vida y sigo trabajando”. (Sonríe, orgullosa de sí misma).

Le pregunté a Gloria que sentía cuando recordaba su infancia, y con una sonrisa en su rostro respondió: “Tristeza, soledad, por todo lo que me paso, a uno no debieron maltratarlo, no debieron golpearlo tanto, pero la gente de esa época no tenía otra manera de hacer las cosas, a uno lo maltrataban con correa, el cable de la plancha, con lo encontraran a la mano, personas que no eran mi familia, porque no tenía quien me defendiera. Ahora no, ahora los niños son voluntariosos, los papás no saben corregirlos, ellos hacen lo que se les da la gana”.

Gloria que aunque nunca estudió, es una mujer que trabaja en casas de familia donde la respetan y apoyan, se expresa fluidamente y utiliza una buena composición gramatical en las oraciones. Hoy día es una mujer agradecida con la vida, vive en su propia casa (herencia de su esposo), con su hija y su nieta, sale todos los días a las siete de la mañana para su trabajo y regresa a las seis de la tarde, incluyendo los domingos, “…no me gusta quedarme sin hacer nada, y el oficio que hago en la casa no me lo pagan, entonces me voy donde me paguen.”, responde con una carcajada cuando le pregunto qué tiempo comparte con su familia.

Después de todo por lo que ha pasado desde su infancia Gloría ve su vida con agradecimiento, se siente a gusto con lo que hace y lo que hizo con su vida y por su familia. Aunque enviudo a los 58 años, sabía que por las edades (Ambrosio tenía 60 años cuando se casaron y ella 30), él podría morir primero, ella lo cuidó durante su enfermedad y a su muerte siguió adelante con su vida dedicándose completamente a su trabajo. “No siento resentimiento con nadie, me casé y gracias a Dios crié como pude a mis dos hijos, uno no quiso estudiar, pero Mireya sí y está terminando su carrera a pesar de ser madre soltera, ella estudia y trabaja y yo le colaboro dándole el techo y la comida, me gusta ayudar a la gente hasta donde puedo y como puedo”.

Gloria piensa un segundo para contestar cuando le pregunto por qué cree que paso por tantas dificultades en su vida, y me habla en voz baja: “Yo me siento

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