Re Avivamiento Y Reforma
Enviado por estebanlopez1994 • 21 de Octubre de 2013 • 5.619 Palabras (23 Páginas) • 328 Visitas
Un Urgente Problema
Yo abrí el sobre, asombrado en el momento, de lo que el contenido podría ser. La carta llegó por el correo esa mañana. La estampilla me decía que la carta procedía del interior de mi propio país, el sello postal indicaba la ciudad, pero el manuscrito no declaraba de inmediato al escritor. Yo abrí el sobre y comencé a leer. "Estoy tan completamente perpleja acerca de mi experiencia cristiana que no sé cuál camino tomar, y necesito desesperadamente ayuda. Pienso algunas veces que sería más fácil renunciar, pero no puedo ha- cer esto, porque hay algo que parece detenerme. Pienso en aquellos días antes de que el mensaje de libertad viniera a mí, y recuerdo la triste experiencia de lucha y fracaso. Luego vino la luz sobre cómo eliminar la vieja vida y reemplazarla por una nueva vida. Me alegré cuando ex- perimenté salvación de mis pecados y positivamente pude testificar que los problemas que me perturbaban por años desaparecieron para siempre. "Pero, mientras algunos pecados desaparecieron, otros han perma- necido para hostigarme. Yo no puedo entender esto. ¿Por qué Dios quitó algunas cosas y con todo dejó otras? Yo pongo en duda mi expe- riencia y después de todo llego a creer que no fui verdaderamente naci- da de nuevo. Pero cuando trato de repetir la experiencia del nuevo naci- miento para que todos estos otros problemas terminen y sea dejado libre totalmente de pecado, no lo puedo lograr. Todo lo que me pareció tan claro y simple algunos meses atrás, ahora se deshace en un revoltijo de confusión. ¿Qué haré? Después de todo, ¿he de estar perdido?" Aun cuando la escritora pensaba así, nada había de singular acerca de la situación que ella estaba pasando. Esta es una escena típica en el desarrollo espiritual, aunque el trauma de eso es completamente in- necesario. Si la persona que ha sido introducida al mensaje de libera- ción del pecado es cuidadosamente instruida en lo que se espera du- (7)
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rante las semanas subsecuentes, entonces no sufrirá ninguna perpleji- dad cuando la situación predicha se desarrolle. Ella sabrá cómo hacer frente a esto. No obstante, suficientemente curioso, aun cuando algunos son fielmente instruidos con relación a esto, cuando ésta viene, son to- davía perturbados y confundidos. La razón de esta dificultad es que muchos tienen el concepto equivo- cado de que el nuevo nacimiento es la solución entera al problema del pecado, mientras que en hecho, no lo es. Es una completa solución a un problema de pecado, pero no la es para todos ellos. Por lo tanto, no es únicamente el trabajo de gracia para ser llevado a cabo antes de ser lograda la idoneidad para el cielo. La persona que sale a dejar atrás la condición pecadora de su vida y entra en una obra sólida de preparación para el reino de los cielos, pronto descubre que está confrontado con una tarea que no puede ser terminada en un día. Ella aprende nuevamente la verdad de que es completamente fácil destruir, pero lento y difícil de reconstruir. Ella aprende también que los que se lancen con tenacidad e inteligente per- severancia hacia la lucha, en el fin recibirán la corona de vida y un lugar en las glorias de un día sin fin. La falta de claridad de compresión en la mente de la mayoría en cuanto a lo que es exactamente la obra y cómo ha de ser hecha, está impidiendo y complicando su progreso. Por consiguiente, existe incerti- dumbre, errores innecesarios, gasto de valioso tiempo y esfuerzo en la posición y forma equivocadas, y otras complicaciones de infortunio. Es- to es desanimador, y ha de ser lamentado y evitado si es posible. Sin duda este sería el deseo de todo individuo que busca ser con sinceridad un verdadero y ferviente hijo de Dios. Mucha de la dificultad experimentada por el cristiano verdaderamen- te nacido de nuevo, no es debido a que le falta el deseo de servir a Dios, o el nuevo corazón, sino porque no entiende exactamente lo que es la obra que sigue a la conversión inicial. Hasta que él comprenda, tendrá angustias y problemas, y habrá fricción entre él y los demás en la familia de Dios, justamente como fue entre los hombres que estu- vieron más cerca y fueron los más apreciados por Cristo. Además, el diablo sacará ventaja de esta situación para traer desánimo y perpleji- dad a los hijos de Dios. Semejante situación no necesita existir para ninguno de nosotros. Hay amplia instrucción en las Escrituras para librarnos de estos proble- mas si sólo pueden ser entendidos. Es el propósito de este estudio hacer claras estas distinciones, a fin de que todo creyente conozca con certi- dumbre a dónde dirigir sus esfuerzos en la obra de santificación, y cómo afrontar mejor las tentaciones y acusaciones del enemigo.
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Distinciones
El nuevo nacimiento, maravillosa y efectiva como esta experiencia es, no provee la plena respuesta al problema del pecado porque hay tres o más obras de gracia separadas y distintas, necesarias para completar la obra en nosotros y para nosotros las cuales son requeridas para hacer apto al creyente para el reino. Las primeras tres en su orden de función son, reavivamiento, reforma y expiación final. Después de esto está todavía la obra de dotar a los salvos de carne y sangre inmor- tal. Este estudio estará solamente dedicado a las dos primeras obras, de- jando la consideración del resto a otros libros. Por ahora, es básicamen- te importante que eso sea entendido, porque si estas obras no lo son, entonces no tiene ningún sentido la inquietud acerca de la expiación final o la esperanza de inmortalidad. Reavivamiento y reforma son dos obras separadas y distintas. Ellas son diferentes la una de la otra y no funcionan simultáneamente. Cada una está destinada a cumplir una misión específica, y la una no hará la obra de la otra. Por lo tanto, el pecador necesitado debe entender cuál es el problema que el reavivamiento está destinado a resolver, y lo que la reforma se propone rectificar para que puedan hacer su obra efectivamente. Es un asunto de distinciones entendido y aplicado ade- cuadamente. Para confirmar los puntos hechos en el párrafo anterior, se cita el extracto siguiente. "Deben realizarse un reavivamiento y una reforma bajo la ministra- ción del Espíritu Santo. Reavivamiento y reforma son dos cosas diferen- tes. Reavivamiento significa una renovación de la vida espiritual, una vivificación de las facultades de la mente y del corazón, una resurrec- ción de la muerte espiritual. Reforma significa una reorganización, un cambio en las ideas y teorías, hábitos y prácticas. La reforma no produ- cirá los buenos frutos de justicia a menos que esté relacionada con el (9)
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reavivamiento del Espíritu. El reavivamiento y la reforma han de efec- tuar su obra asignada y deben entremezclarse al hacer esta
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