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Reencarnación


Enviado por   •  3 de Mayo de 2013  •  6.980 Palabras (28 Páginas)  •  446 Visitas

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1) Introducción.-

La reencarnación es una creencia que consiste en que el espíritu, una energía individual de las personas, adopte un cuerpo varias veces, es decir, un espíritu que viaja por diversos cuerpos con el fin de aprender diferentes lecciones en cada vida.

Proceso por el cual a través de la inserción de el alma en un cuerpo, mientras este esté vivo lo deje el mismo a la muerte

El alma inmortal, la esencia de nuestro ser que perdura.

Así, cada vida, una prueba que a través de la reencarnación te permita ascender, llegar a un estado de conciencia mas alto.

Al vivir de nuevo muchas veces, vamos mejorando en muchos aspectos cosas que corregimos y nos van llevando a la perfección espiritual. Naturalmente como vemos consiste en la evolución de la raza humana.

La creencia de volver a nacer es tan antigua como la humanidad. Más de la mitad de la humanidad considera como una cosa totalmente natural la ley de causa y efecto así como el pensamiento de que uno se pueda encarnar varias veces. Esto se encuentra en todos los círculos culturales, en ningún caso únicamente en Oriente como muchos creen.

Jesús conocía perfectamente bien la reencarnación. Hay alusiones indirectas diseminadas en todos los Evangelios. Jesús: “Yo soy antes de que Abraham hubiese sido". Y Jesús dice, « Regresaré». Y hay mil y una referencia indirecta sobre la reencarnación. El sabía de ella perfectamente bien, pero existe alguna otra razón por la que no la predicó.

Jesús estuvo en la India y vio lo que sucedió a causa de la teoría de la reencarnación. En la India, durante casi cinco mil años antes de Jesús, se enseñó la teoría. Y es una verdad, no es sólo una teoría; la teoría está basada en la verdad. El hombre tiene millones de vidas. Fue enseñada por Mahavira, Buda, Krishna, Rama; todas las religiones de la India están de acuerdo con ella. Te sorprenderá saber que no coinciden en nada más que en esta teoría.

2) Motivos y Datos que hacen posible pensar en la reencarnación.-

El pensamiento de la reencarnación fue parte de la filosofía griega, en Pitágoras, en Platón; existía en Egipto y hubo y hay una y otra vez grandes espíritus, poetas y filósofos que con toda naturalidad parten del pensamiento de que podemos vivir a menudo en la Tierra para purificarnos. En los tiempos de Jesús, el pensamiento de la reencarnación se encontraba también en la creencia popular judía. El judío Shalom Ben Chorin, un científico de la religión, escribió: «El pensamiento de la reencarnación es en el judaísmo de los tiempos de Jesús una evidente creencia popular… Por eso la gente consideró a Jesús como uno de los antiguos profetas que volvió a venir (Lucas 9, 8 y 19)

También en la época del cristianismo de los primeros tiempos pasaron muchos escritos de mano en mano, en los que con toda naturalidad se partía del pensamiento de la reencarnación. Así, por ejemplo, en la Pistis Sofía, uno de los evangelios apócrifos (=ocultos), según el cual Jesús, en relación con el regreso de un alma desde el Más allá en un cuerpo humano, dice que el alma bebe “un vaso con la bebida del olvido” Sin embargo, como muchos otros, estos escritos no fueron incorporados al canon de la Biblia eclesiástica. La poderosa Iglesia en formación, que Jesús de Nazaret no fundó, alrededor de finales del siglo I empezó por primera vez a seleccionar determinados textos dejando a otros de lado. Sólo a finales del siglo IV se concluyó este proceso selectivo (canonización).

Jerónimo (345-420), el escritor de la Biblia, recibió en el año 383 el encargo del Papa Dámaso I de redactar en latín un texto bíblico unificado. Así surgió la llamada Vulgata, la Biblia latina que hasta hoy se le «vende» al pueblo de buena fe como la verdadera palabra de Dios. Pero Jerónimo tenía a su disposición cualquier cosa menos una base textual unitaria. Actualmente se conocen cerca de 4.860 manuscritos griegos del Nuevo Testamento, de los cuales no hay dos que concuerden en el texto. Algunos teólogos cuentan hoy cerca de 100.000 diferentes variantes. Jerónimo, que durante su trabajo alteró más o menos 3.500 párrafos en los evangelios, escribió en su tiempo al Papa: «¿No habrá por lo menos uno, que a mí (…) no me califique a gritos de falsificador y sacrílego religioso, porque tuve la osadía de agregar, modificar o corregir algunas cosas en los viejos libros, los evangelios?». Pero ¿qué eliminó y qué agregó él? ¿Y qué es lo que cambió?

Se trata especialmente del conocimiento sobre la reencarnación y de la preexistencia del alma. Jerónimo sabía muy bien que la reencarnación formaba parte de la enseñanza cristiana de los primeros tiempos. En una carta él escribió sobre Orígenes (185-254), el maestro de la sabiduría del cristianismo antiguo, diciendo que según su enseñanza el alma del ser humano «cambia su cuerpo». (Epístola 16) Y en otra carta se encuentra la declaración: «La enseñanza del regresar, desde los primeros tiempos se predicó como una fe transmitida por la tradición».

A pesar de las muchas manipulaciones de los textos bíblicos, han quedado aún algunas cosas que se pueden leer entre líneas, que al lector atento le pueden dar una cierta idea del hecho de la reencarnación y de la preexistencia del alma. En el Libro de la Sabiduría (Sabiduría 8, 19) se encuentra también una clara alusión a la preexistencia del alma. Salomón, el autor de esta parte de la Biblia, dice de sí mismo: «Yo era un niño talentoso y había recibido un alma buena, o mejor dicho: bueno, como yo era, llegué a un cuerpo puro».

También en el Nuevo Testamento hay referencias sobre la reencarnación. Así dice Jesús sobre Juan el Bautista: «Él es Elías, el que iba a venir» (Mt 11, 14); y después: «Pero Yo os digo: Elías vino ya, pero no le reconocieron sino que hicieron con él cuanto quisieron». (Mt 17, 12) En otra parte Jesús pregunta a Sus discípulos: ¿Quién dicen los hombres que es Jesús de Nazaret, el Hijo del Hombre?». Y Sus discípulos respondieron: «Unos que Juan el Bautista, otros que Elías; otros que Jeremías o uno de los profetas». (Mt.16, 13s)

Por tanto, como judíos, los contemporáneos de Jesús partían de la idea de que una persona se puede encarnar varias veces. Cuán viva estaba la enseñanza de la reencarnación en el cristianismo de los orígenes, antes de ser víctima del complot de la casta sacerdotal, se demuestra de manera ejemplar en el ya mencionado gran maestro del cristianismo de los primeros tiempos, Orígenes (185-254). Él fue sin duda el erudito más conocido y significativo del cristianismo antiguo. Su sabiduría y su vida esclarecieron espiritualmente por más de tres siglos toda la región mediterránea. No obstante, Orígenes vivió

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