La reencarnación y el karma

Giovanni Rosanía

Autoconocimiento

14 de octubre de 2017

La reencarnación y el karma

La reencarnación según varias religiones es la creencia por la cual, al morir una persona, su alma se separa del cuerpo y toma un cuerpo distinto para volver a nacer en esta tierra (Escalofrio, 2013). Se dice que una persona puede reencarnar como objetos, animales o personas; todo eso dependerá de los comportamientos de sus vidas pasadas. Mientras que el Karma es una ley donde se reflejan las acciones bajo la causa y efecto. Como dice la tercera ley de Newton, “toda acción tiene una reacción”. En el mundo de la metafísica se dice que hay dos tipos de karma, el bueno y el malo; lo que es igual a decir positivo y negativo (Zellargo, 2014). Tenemos un alma, que es realmente lo que somos; donde existe un plano físico, existe un cuerpo y un alma, pero cuando hablamos del plan espiritual, solo existe el alma. El alma en infinita, y va a continuar con las vidas hasta que consiga vibrar lo suficiente en la frecuencia del amor ya que para el alma estar aquí: es dolor, apego, sufrimiento, entre otros. Utilizando la ley del Karma, el alma viene a pagar sus deudas y cumplir su propósito de vida.

El propósito de vivir en el plano físico es, transmitir amor y que sea el amor lo que domina los actos humanos. Según el Bhagavad-gita existen tres tipos de karmas: el destino, la consecuencia de estar vivos, las acciones en reserva (Acharya, 2011). Cuando el cuerpo muere, el alma se desprende y entramos en un periodo kármico donde se juzgan las acciones de aquella vida, el alma entra a la rueda de la vida y reencarna para cumplir con el propósito de vida y tratar con los Karmas de las vidas pasadas. El alma va a pasar por todos estos estados hasta convertirse en un ser puro y lleno de luz donde ya no necesitara las reencarnaciones porque no tiene más Karmas por pagar.

        La reencarnación es un tema un poco tedioso de tratar ya que no es un hecho científico comprobable y existen religiones que lo niegan. Las religiones que si aceptan la reencarnación son: judaísmo, cristianismo (siglo IV), hinduismo y budismo.

Para el judaísmo la reencarnación es base fundamental de su religión, donde se dice que las personas que pierden familiares cercanos, tienen la posibilidad de mantenerse en contacto con ellos. La idea de la reencarnación es vivir, pagar tus karmas y volver a morir; esto se lleva a cabo con las mismas personas de tu entorno familiar y amistoso. Se piensa que una cantidad de almas pueden reencarnar en un mismo cuerpo para sanar el daño y dolor causado anterior mente. (Pinjas, 2015)

Para el cristianismo (IV) , la reencarnación era aceptada y respetada pero al convertirse en una creencia oficial, el emperador Constantino la borró del antiguo testamento por las reacciones que tenían las personas frente a sus comportamientos. Creyeron qué por reencarnar en una próxima vida sin consecuencias, podrían tomar malas decisiones y comportamientos erróneos. Constantino y la Iglesia convirtieron a la reencarnación como una herejía con el propósito de hacer que las personas tuvieran miedo a la muerte y las consecuencias que esta pueda tener; para formar en ellos mejores comportamientos. (Piñero, 2012)

 Según el hinduismo: En esta región aparece la rueda del samsara donde están todas las almas que no se liberan del peso de su karma. Tienen el concepto de reencarnación como aprendizaje y lecciones que te brinda la madre tierra. Por medio de la rueda, te ves afectado por tus acciones en las próximas reencarnaciones ya que dependiendo de tu karma (bueno o malo), vuelves como humanos, insectos o animales  (Front, 2012). Para que el alma proceda a la identificación divina, deberá estar renovada y perdonada. A través de eso, se difundirá una luz divina donde alcanzara el resplandor del Brahmán y es ahí cuando se da la fase final. (Ocampo, 2011).

El budismo es la trascendencia del hinduismo, donde se modificaron y actualizaron algunas reformas, creando así su propia religión. Ellos afirman que la reencarnación no existe y los mismos cambios de actitudes, mentalidades y personalidades se dan en la misma vida; por medio de la madurez interna de cada persona. (Ray, 2010)

Podemos observar que en las diferentes religiones existe una unión con el Karma, no necesariamente tienen las mismas reglas y costumbres; más bien, cada una interpreta la reencarnación de distintas formas mediante el Karma. Teniendo un enfoque holístico acerca de la reencarnación y el karma, las religiones siempre tienen el mismo concepto de la vida; vivir como buenos seres humanos, respetando la naturaleza, ayudando y respetando al prójimo y respetando la vida en general. Todas las religiones dicen los mismo cuando un ser muere: llegar al nirvana, cielo, llegar a la iluminación o el shamayim. Pero cada una tiene su propia interpretación del lugar de su muerte. Para los judíos, existe el shamayim que es el lugar a donde van las almas en reposo después de su muerte. Es ahí donde habita su Dios y los ángeles, cualquier ser celestial que ellos consideran. (Edelberg, 2015). Los cristianos afirman que su cielo es el lugar más puro del universo, donde solo las personas que comenten buenas acciones antes de su muerte, son merecedoras de ir. Es ahí donde habitan el Dios supremo, su reinado y sus santos. Las características que tiene el cielo cristiano con diferencia los cielos de otras religiones son: tiene un tiempo continuo donde no existe el pasado, al entrar al cielo el creyente es desprovisto de pecado entonces, no hay progreso en santidad, están presentes tres virtudes del catolicismo: fe, confianza y esperanza; entre otras (Reyes, 2016). Según los budistas existe el nirvana que es estar en el estado más alto del ser, un estado de existencia pura. Un estado donde los apegos físicos y materiales se desprenden por completo; dejando a lado toda conquista realizada. (centro budista , 2010). Finalmente, los hinduistas creen el nirvana, el cual es un estado transcendente libre de sufrimiento y de la existencia individual, es el momento donde se desprende el odio, la lujuria, codicia y la ignorancia de un ser. Para el hindú esto los convierte en Brahmán por generar una unión absoluta. En otras palabras, esta es la liberación del samsara. (anonimo, 2011)

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