Reflexiones Biblicas

1. “Amaos los unos a los otros como yo os he amado”

Juan 15:9-17

Este es uno de los mandamientos que Jesús nos dejó y que nos exhorta al amor generoso y constructivo por el bien de nuestro mundo; teniendo presente que éste parte de Dios que es “Amor”.

Pero no es sólo decir que amamos, es vivenciarlo en el día a día; conmigo mismo, con Dios, con la naturaleza y con todo los que nos rodea.

Qué más grande muestra de amor que la que Dios nos dio al enviar a su amado Hijo para que se hiciera hombre y nos enseñara las características de una vivencia basada en el amor. Jesús nació, creció, murió y resucitó siempre en el amor de Dios y por nosotros.

El que ama entrega todo su ser por el otro, dice la verdad, actúa en coherencia con su fe y respeta a todos sin importar sus condiciones particulares.

El mundo de hoy, se ha dejado bombardear por avances tecnológicos, el afán por el poder, la injusticia, el egoísmo, la individualidad, entre otras, y se ha olvidado de la verdadera esencia y motivación para vivir. Actúa para bienestar de sí mismo en un egocentrismo que no le deja ver más allá de su realidad personal; se ha olvidado poco a poco del otro y sólo se interesa por subsistir en el mundo.

Dios nos invita a amarnos como hermanos y esto brota de la convicción de Fe en Él y debe ser el sello distintivo de las personas y las comunidades.

Si vivimos en el amor, se fortalecerán todos los valores humanos y cristianos porque al ambiente favorecerá tales fines y se logrará avanzar por el mundo en una interacción pacífica que permita el logro de las metas y fines propuestos en la vida.

“Sin amor, yo nada soy”. Amarse favorece la autoestima de las personas y no deja que se haga nada indebido. Si se vive amando este mundo será cada vez mejor.

2. “Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré peligro alguno, porque tú, Señor, estás conmigo; tu vara y tu cayado me inspiran confianza”

Salmo 23:4

Todos estamos llamados a poner en Dios toda la confianza y dejar bajo su cuidado la vida, porque Él actuará con sabiduría y fidelidad sobre nosotros.

La confianza es relativa al amor. Es decir, podemos confiar en alguien en la medida en que conocemos su amor e interés hacia nosotros. Dios nos ha amado con un amor sin límite, por lo tanto tiene derecho a una total confianza de nuestra parte: “Confiar con todo tu corazón”.

¡Confiar en Dios es un deber!

La vida de hoy no es nada fácil; son innumerables las dificultades, los problemas que se nos presentan, tenemos muchos momentos alegres, pero muchos más de tristeza y dificultad; esto hace que se sienta desilusión y desasosiego. Sin embargo, Jesús nos invita a confiar plenamente en Él a pesar de lo que pase. Nada sucede sin la voluntad del

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