Resumen de " La Rama Quebrada"
Enviado por Rocío Spagna • 15 de Septiembre de 2016 • Resumen • 8.935 Palabras (36 Páginas) • 12.721 Visitas
CAPITULO 1:
TRUENOS Y RELÁMPAGOS
De pie con la frente en alto, recio, el líder observaba, detrás de él, escondidos sobre una roca alta, había cuarenta o cincuenta guerreros suyos. Cada uno tenía un garrote y lanzas de cinco metros de largo hechas de palmera negra con unas filosísimas puntas envenenadas. ¡Cómo se atrevían esos intrusos a violar su playa sagrada! Ningún extraño se atrevía a pisar este lugar especial, declarado santo por los dioses que gobernaban esta Isla de Bellona; y si se atrevían, nadie vivía para contarlo. Con lealtad intensa él defendería el dominio de sus dioses héroes: espíritus controlados por el diablo. Entonces, sin poder contener su ira por más tiempo, el líder dejó escapar un potente grito. Este resonó contra los acantilados volcánicos como un estruendo. A este explorador del Mar del Sur le pareció que se abalanzaban sobre él de una forma tan rápida y mortal como el destello de un rayo. Los asustados hombres dieron media vuelta y huyeron de la arremetida mortal. Llegaron hasta el bote un poco antes que la horda, lo empujaron hasta el oleaje y remaron con furia hasta su barco.
Tres días después el explorador entró en la Bahía Kopiu del lado del mar abierto de la gran isla de Guadalcanal. A medida que su barco se acercaba, vio que había isleños que parecían estar trabajando con un hombre y una mujer blancos. Dos niñitos blancos jugaban con varios niños negros. Ancló el barco y tomó un bote hasta la costa. El joven de cabello oscuro y rizado se adelantó y le extendió la mano al explorador y dijo bienvenido a la isla Kopiu.
Norman también se presentó diciendo que era misionero de Guadalcanal y ella es mi esposa y su esposa Ruby y mis hijos, sonrió explicando lo diferente que era aquel recibimiento, comparado con lo que le había sucedido día atrás, donde casi lo matan. Norman le dijo que había escuchado hablar de esos polinesios altos, fuertes y corpulentos, que no permitían que nadie llegue a la costa. De hecho, se dice que mantienen relación directa con el diablo y que hasta los hacía levitar. También se dice que muchas de las bahías que rodea Bellona están dedicadas a sus dioses, y pescaren ellas o acercarse a las cuevas y las casas, donde se supone viven sus dioses demonios, supone una muerte segura.
El visitante agregó- Esa isla siempre estará fuera de los límites para mí. Yo no soy rival de ese tipo enorme a quien llamo “Truenos y relámpagos”.
Norman pensaba mucho en los guerreros endemoniados de Bellona, sentía mucha simpatía y compasión por aquel hombre a quien el explorador llamaba Truenos y Relámpagos, por sus guerreros y la gente que vivía allí bajo la influencia del diablo, sin embargo odiaba como el diablo manipulaba la mente de esa pobre gente haciéndoles matar a todo aquel que se acercara a la isla.
Durante varios días y noches Norman pensaba como podría cumplir el mandato de Mateo 28:19. Id haced discípulos, quería hacerlo en la Isla de Bellona y Rendil, pero nada lo favorecía, ni las leyes locales que prohibía el acceso de ninguna influencia externa, dado que debía preservarse como sitio de estudio antropológico, ni el hecho de pensar si Dios querría que ponga su vida en riesgo, que lo mataran y dejara sufrir a su esposa y a su hijo. Después de mucha lucha y oración Dios le habló a través de 2 Timoteo 1: 7 “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio” Esa promesa le dio paz y valentía, supo que no debía temer, sino confiar en el poder del amor de Dios.
Después de eso conversó con su esposa, quien al principio no podía entender como un hombre como Tiekika y sus guerreros asesinos, al aceptar la gracia de Dios, algún día puedan sentarse con Jesús en los tronos celestiales. Norman le señaló la biblia y con ella le demostró que Dios quiere la salvación para todos y ese “todo” también los incluía a ellos. Oraron juntos y leyeron la biblia. Entonces ella comprendió y le dijo que no iría solo que Dios iría delante de él, que estaría ahí que nunca lo abandonaría. No debes temer le dijo .
Durante los meses siguientes, Norman hizo contactos favorables con el jefe Tapongui de la Isla Rennell, le permitió que se llevara con él a 6 de la isla para aprender a leer y escribir. Entre ellos estaba su hijo Moa, quien rápidamente aprendió el idioma inglés, a cantar y a traducir himnos al rennellés. Norman sintió como el Espíritu Santo le decía que era hora de ira Bellona. Llegaron a Bellona y los aldeans sorprendidos miraban como anclaban su flota en la bahía sagrada, también tiekika observaba cada movimiento con mucha ira, pensaba esta vez no se me escapan, escuchaba un canto que no alcanzaba a comprender, ya que nunca había oído cantar, solo entendía “Cristo me ama” pero no entendía el significado. Solo pensaba que eran malos espíritus que querían hacer daño a su Dios maligno. Su furia crecía a cada instante. Mientras Norman estudiaba la forma de acercarse a los aldeanos y buscar comunicarse para conseguir mas información, oró con la tripulación y caminó por la playa con la intención de hablarles a un anciano y un niño que parecían amigables y estaban juntando almejas a la orilla del mal, mientras se acercaba a ellos escuchó un grito aterrador, era Tiekika, quien se acercaba corriendo a toda velocidad seguido de sus guerreros, todos ellos fuerte y musculosos. Norman solo atinó a elevar una legaría, no tuvo tiempo de reaccionar y si corría encontraría la muerte segura, solo esperó a que Dios actuara, sintió los grandes brazos lo sujetaron de brazo y rasgó su espalda, era un espíritu demoníaco, que estrujó sus músculos hasta el dolor, sin embargo constantemente elevaba una oración, suplicando mucho coraje y fe. En ese momento Tiekika sintió que un brazo más fuerte se apoderó de su brazo y, con una torsión de muñeca, sintió poder, como un tiro de karate, el guerrero perdió equilibrio, fue arrojado a la arena y quedó postrado.
Dios había enviado a un ángel, y Norman sabía, que cuando sucedía eso el poder divino vence a Satanás, al darse cuenta que allí había estado en presencia de un ser celestial, sintió escalofríos en la espalda y comenzó a transpirar en todo el cuerpo. Dios había ganado el primer round en la batalla, ¡la victoria llegaría a Bellona!
Norman regresó al barco con la promesa: VOLVEREMOS.
CAPÍTULO 2
COMIENZOS, GOZOS Y PRUEBAS
Norman Ferris y sus hermanos crecieron oyendo de sus padres misioneros historias bíblicas, como la de Daniel en la fosa de los leones o David y Goliat, historias que los emocionaban e influyó en las decisiones de sus vidas. Desde muy pequeño Norman había entregado su vida a Jesús, al recordar las palabras de su padre. “Dios tuvo un solo hijo, y este fue misionero”, a los 19 años comenzó su capacitación como misionero en un colegio en las Islas Salomón. Hubo muchos desafíos, a pesar de todo, su pasión por las misiones crecía día a día. Captaba cada vez más el milagro de la salvación por la gracia de Dios. Comprendía que Dios daría su poder transformador incluso hasta al isleño más salvaje. Visualizaba que la promesa de Efesios 2:6 “asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús”, incluía a todos sus hijos preciosos. Anhelaba ayudarlos a entender el plan de Dios. Para norman, el plan eterno de Dios le ofrecía a todos una relación con Dios aún más estrecha que la tienen los ángeles con él. En ese curso conoció a Ruby, quien compartía por su amor por Dios y las misiones, siempre que podían comentaban su sueño de ver que muchos isleños de la Isla Salomón aceptaban la buena nueva de salvación. Norman fue designado Director de unas carpas de evangelización y ella trabajó en un sanatorio de Sidney. Al ver la Asociación la dedicación de Norman le pide que forme parte del personal permanente, se casaron y gracias al esfuerzo y dedicación de ambos con la gracia de Dios levantaron una Iglesia de tamaño considerable donde Norman era el pastor. Un año después los invitaron a ir como misioneros a las Islas Salomón. Mientras esperaban sus certificados de salud durante varios meses y ansiosos por comenzar, estudiaron como tratar las enfermedades tropicales, y se dieron cuenta que Dios había dispuesto ese tiempo extra para a aprender esas valiosas habilidades médicas, de ese modo también abrió una puerta paraqué pudieran utilizar los métodos de Jesús de ofrecer salud física y espiritual.
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