SODOMA Y GOMORRA
Enviado por wichomartinez • 4 de Mayo de 2015 • 4.602 Palabras (19 Páginas) • 841 Visitas
SODOMA Y GOMORRA
Se asume generalmente que Sodoma fue juzgada y destruida por Dios debido al pecado
de homosexualidad que prevalecía en la ciudad. El mismo término “sodomía” se refiere a la
perversión sexual perpetrada por los hombres de Sodoma. Sin embargo, aunque este
terrible pecado era en verdad practicado por la gente de Sodoma y es condenado en la
Escritura como una abominación (Lev. 18:22), un acto de caos sexual, la verdad es que la
Biblia en ninguna parte le da a este pecado la preeminencia como la razón para la
destrucción de Sodoma y Gomorra. En Gén. 18:20-21 se nos dice nada más que “Jehová le
dijo: — Por cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra aumenta más y más y su pecado se
ha agravado en extremo, descenderé ahora y veré si han consumado su obra según el clamor
que ha llegado hasta mí.” Y en Gén. 21:13 se nos dice que Dios destruiría el lugar porque
“el clamor contra la gente de esta ciudad ha subido de punto delante de Jehová.” El hecho
de que los ángeles que Dios envió para evaluar la condición de Sodoma se encuentran
inmediatamente con la insaciable lujuria homosexual de los hombres de la ciudad se toma
como la razón para la destrucción de Sodoma. Esta es quizás una lectura entendible del
texto tomado en sí mismo. Pero como todos los textos de la Escritura, no debiese ser
tomado en sí mismo. Debemos interpretar la Escritura con la Escritura, y es cuando
hacemos esto que toda la historia lastimosa de Sodoma asume un nuevo significado.
En Romanos capítulo uno Pablo expone claramente el curso de la apostasía humana y
su inevitable conclusión. Nos dice allí que toda la realidad creada da testimonio de la gloria
de Dios. Pero los hombres se rehúsan a aceptar esto. Ellos niegan al Dios de la creación y
buscan encontrar el significado y el propósito de la vida en algún otro lugar. Pero el único
lugar al cual los hombres pueden volverse para encontrar tal significado además de Dios es
al mismo orden creado. Por tanto, elevan algún aspecto de este orden creado al nivel de
principio último de explicación. En otras palabras, colocan algún aspecto del orden creado
en el lugar de Dios y buscar explicar el significado y el propósito de la vida en términos de
aquello que toma el lugar de Dios. Esto es lo que la idolatría es. Importa poco si tal
idolatría es del tipo de superstición grosera, o de la clase más seudo intelectual como la
evolución, el principio básico es el mismo, a saber, la creencia de que la causa, el
significado y el propósito de todo el cosmos se ha de encontrar en el mismo orden creado.
Esto es así para todas las formas de paganismo lo mismo que para la filosofía y la ciencia
moderna, las cuales son apóstatas, puesto que los dioses de la antigüedad y de los mundos
paganos eran ellos mismos aspectos del cosmos mismo, el cual era considerado eterno. Por
cierto, los dioses que los paganos creían que habían dado forma al mundo se hallaban
bastante arriba en la cadena del ser, pero eran esencialmente todavía parte de la misma
sustancia, la misma realidad de la humanidad y de todas las otras cosas. Este mundo es todo
lo que hay. No hay un ser totalmente trascendente quien haya creado al cosmos de la nada.
Por lo tanto, el significado del cosmos ha de encontrarse en sí mismo.
Como resultado de esta idolatría, esta búsqueda de significado en el mismo orden
creado, en lugar de buscarlo en aquel que lo creó de la nada, los hombres se volvieron
necios y cambiaron la verdad de Dios por la mentira (Rom. 1:25). Por tanto, Dios entregó a
los hombres a su propio pecado, a sus propias pasiones degradadas, i.e. la lujuria por las
relaciones homosexuales (Rom. 1:26ss.).
Por tanto, el predominio del pecado homosexual en la sociedad no es la causa del juicio
de Dios sobre los hombres por su pecado. Más bien, es el juicio de Dios sobre los hombres
por su pecado. El mismo hecho de que la sociedad es afligida con este pecado de caos
sexual señala hacia el juicio de Dios sobre la sociedad por su idolatría y su apostasía. Las
prácticas homosexuales eran comunes en el mundo del paganismo de la antigüedad, y
parece que este patrón se repite dondequiera que la sociedad abraza la idolatría y la
apostasía. La ruina de la homosexualidad sobre la sociedad es el juicio de Dios contra los
hombres por su idolatría, una expresión de su ira, no lo que inicialmente provoca esa ira. La
cultura homosexualizada es el producto final de una sociedad que ha abandonado al Dios
de la Escritura y se ha vuelto a la idolatría con el propósito de encontrar el significado y el
propósito de la existencia, y es por tanto la consecuencia de que los hombres hayan sido
entregados a su pecado, a su propio deseo de ser libres de Dios y de Su voluntad para sus
vidas.
Si como Cristianos queremos ver a nuestra sociedad libre de la ruina del
homosexualismo, por lo tanto, debemos buscar entender las causas del juicio de Dios sobre
la nación. Nada más protestar por los males del homosexualismo no va a lograr nada
(aunque esto no significa que no debamos desaprobar, y declarar nuestra desaprobación, de
tal pecado.) Debemos buscar entender qué condujo a tal juicio a que visitara nuestra
sociedad. La causa va a encontrarse en la apostasía espiritual de la nación hacia Dios, no en
los bares de gays del inframundo homosexual. Y el remedio se encontrará en el
arrepentimiento de la nación por esa apostasía espiritual, no en la promulgación de leyes
que prohíban la actividad homosexual. Por supuesto esto no significa que no debamos tener
leyes que proscriban la actividad homosexual. Los actos homosexuales son crímenes en la
Biblia y nuestra propia legislación debiese reflejar este hecho. Pero simplemente renombrar
como crímenes los actos homosexuales sin buscar remediar la apostasía nacional que
condujo a Dios a que visitara con este terrible juicio nuestra sociedad no resolverá, por sí
solo, el problema. Debemos tomar seriamente el argumento de Pablo en el primer capítulo
de Romanos. El cerrar nuestros ojos a la verdad que allí expone no va a ayudarnos.
¿Qué luz puede arrojar la historia de Sodoma y Gomorra sobre nuestra situación?
Mucha, en realidad. Las Escrituras nos son dadas para que podamos aprender y entender la
voluntad de Dios para nuestras
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