Suma de Teología (selección), Tomás de Aquino
Enviado por Martina Johns • 18 de Junio de 2022 • Ensayo • 1.840 Palabras (8 Páginas) • 102 Visitas
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TRABAJO N°1
Suma de Teología (selección), Tomás de Aquino
Profesor: A. Stark
Subir trabajo a la CARPETA TURNITIN (Webcursos)
Fecha límite de entrega: JUEVES 07 DE ABRIL (hasta las 16:00 HRS.)
Para santo Tomás una buena explicación de la vida moral del ser humano requiere hablar de cuatro cosas:
- El fin de la vida humana,
- Las acciones humanas por las que se alcanza el fin,
- Las virtudes por las que se perfeccionan las acciones humanas,
- La ley que dirige las acciones humanas.
Toda la concepción moral de santo Tomás está impregnada de la idea de que el bien humano es un bien de la razón o según la razón. ¿Cómo se refleja está idea en los textos relativos a la virtud y en los que se refieren a la ley?
Fundamenta tu respuesta con apoyo en el texto.
Aspectos formales:
- Extensión total -aprox.- del trabajo: 3-4 planas más portada.
- 3 citas mínimo; 6 citas máximo. NOTA: POR CITA ME REFIERO TANTO A CITAS TEXTUALES COMO A PARÁFRASIS.
- Extensión máxima de cada cita: 5 líneas
- Interlineado: espacio y medio. No separar los párrafos con espacios adicionales, pero sí usar sangría al inicio de un párrafo nuevo.
- Letra: Times New Roman, tamaño 12.
- Márgenes: establecidos automáticamente por formato Word (3 cm. izquierda y derecha; 2,5 cm. superior e inferior).
* ¡Importante! NO se pide resumir la obra ni agregar información sobre el contexto histórico o la biografía del autor.
Toda la concepción moral de santo Tomás está impregnada de la idea de que el bien humano es un bien de la razón o según la razón. ¿Cómo se refleja está idea en los textos relativos a la virtud y en los que se refieren a la ley?
Santo Tomás de Aquino, fraile, teólogo y filósofo, nos presenta una cuestión fundamental para el correcto desarrollo humano, una forma de ver la vida en base a la búsqueda de un fin último; la bienaventuranza. Esta se da en una vida eterna junto a Dios, no obstante, se consigue durante la estadía en la Tierra, mediante los actos libres, pero necesariamente basados en la virtud, del ser humano. En otras palabras, el individuo tiene un accionar libre bajo sus propios criterios y decisiones, sin embargo, si este quiere alcanzar el fin último, debe apoyarse en esta especie de guía virtuosa dada por Santo Tomás, con el fin de no desviarse de su verdadero propósito. Para esto, Dios, nos instruye en base a la ley eterna, es decir, una inteligencia divina donde están los actos que el sujeto realiza de manera consciente y libre. De esta, nacen todas las leyes humanas, las cuales, en vez de basarse en lo divino, se basan lo racional y buscan que se conserve el orden natural de las cosas mediante la razón; a esto le llamamos ley natural, es decir, la participación de la ley eterna en la creatura racional (Texto de apoyo, p. 1-2).
Siguiendo con esto, no solamente se busca en el hombre “una razón de ser”, sino que se busca una “racionalidad activa”, es decir, el ser humano percibe de manera espontánea y natural, como debe seguir este proyecto divino, inclinándose hacia los bienes fundamentales de este fin (Texto de apoyo, p.2). “La inteligencia humana capta por evidencia objetiva este orden de modo que un acto humano no es formalmente moral […] sino en la medida en que la bondad o maldad objetiva es captada por la inteligencia, porque sólo en esa medida es libremente querido y entonces es acto humano. Pero como es el intelecto de la persona humana el que capta o descubre la norma objetiva, existe también una norma subjetiva de la inteligencia que es la conciencia moral que juzga en función de la norma objetiva moral o de lo que la inteligencia le presente como verdadero y bueno” (Reflexiones metafísicas sobre la ley moral en Santo Tomás de Aquino, sin páginas). No obstante, hacer cumplir la ley en una sociedad no es algo fácil, ya que el Estado busca el bien común, pero si las personas no están en concordancia y no tienen los mismos objetivos que los gobernantes debido a sus inclinaciones personales, hacer que una sociedad prospere en base a la unidad y no solo al obedecer, será muy complejo. Lo anterior se ve reflejado en el siguiente pasaje “De aquí que, al ser todo hombre parte de un Estado, es imposible que sea bueno si no vive en consonancia con el bien común, y, a la vez, el todo no puede subsistir si no consta de partes bien proporcionadas. En consecuencia, es imposible alcanzar el bien común del Estado si los ciudadanos no son virtuosos, al menos los gobernantes; porque en cuanto a los otros basta para lograr el bien común que sean virtuosos en lo tocante a obedecer a quien gobierna” (Aquino, p. 719). Por tanto, a pesar de la existencia de la ley y de la búsqueda del bien, cada uno tiene su libertad de actuar, lo que genera que una acción que tiene por fin algo bueno, sea mala debido a su objeto y circunstancias. Por ejemplo, si una persona roba un supermercado comida para alguien en situación de calle, a pesar de tener buenas intenciones, según Tomas de Aquino estas no se justifican y está cometiendo una mala acción, ya que, si el objeto es malo, que en este caso es quitarle un bien a otro, ya toda la acción se vuelve mala. Acá es donde el Estado juega un rol fundamental porque debe instruir al pueblo y enseñar que las acciones a pesar de tener buenas intenciones no se justifican si no van en la línea de la virtud y de la bienaventuranza; lo malo es siempre malo, no hay lugar para excepciones, no se puede hacer un mal para lograr un bien debido a que este se opone a la ley moral y por tanto se opone a Dios (Bondad o Maldad de los Actos Humanos, p. 1). Esto sucede porque al ser nosotros seres imperfectos, limitados y, por tanto, inferiores a Dios, estamos expuestos a la desviación del camino de la ley, sin embargo, a nuestro parecer esto no es algo tan malo porque nos sirve a modo de enseñanza.
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