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Teologia Del Cuerpo Humano


Enviado por   •  25 de Junio de 2015  •  8.437 Palabras (34 Páginas)  •  329 Visitas

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I. EL CUERPO DE ELLA

Pestaña

¿Alguna vez has pensado por qué fuiste creado de la manera en que eres? ¿Qué significa realmente ser un hombre o una mujer? ¿Qué es eso que te hace único? ¿Qué te hace… tú? Sabemos de la Biblia que Dios creó hombres y mujeres a su “imagen y semejanza”. Y sabemos que “Dios es amor”. Luego entonces, hombres y mujeres estamos hechos en la imagen y semejanza del amor. Pero ¿qué, quién, dónde, cuándo, y cómo vamos a amar? Bueno, para empezar con ello, podemos mirar el diseño de los cuerpos femenino y masculino – están hechos el uno para el otro. De hecho, ninguno tendría sentido sin el otro. El cuerpo de la mujer está hecho para el hombre – hecho para recibir el don de la vida y el amor – y, al mismo tiempo, revela su misterio y feminidad. El cuerpo del hombre está hecho para la mujer – hecho para ser un dador de vida, don de amor – y, al mismo tiempo, revela su fuerza y misión.

El cuerpo de ella revela su llamado al amor. El cuerpo de él revela su llamado a iniciar el amor. Pero, trágicamente, nuestro llamado a amarnos uno al otro ha sido deformado por el pecado y la cultura en la que vivimos. Hemos olvidado quienes somos y qué estamos destinados a ser uno para el otro. En lugar de dar amor, los hombres recurren a menudo a tomar y reducir a las mujeres a meros objetos de lujuria. En lugar de recibir el amor de un hombre, muchas mujeres lo niegan, a menudo por el miedo o la creencia de que ellas no merecen ser amadas.

La Iglesia, y específicamente el Papa JPII, nos recuerda “nuestro llamado a la grandeza”, invitándonos a regresar a ella partiendo de que nuestros cuerpos son buenos y santos porque revelan el gran misterio de Dios. Esto significa que ¡el sexo es algo santo! Incluso significa que nuestros cuerpos no son sólo biológicos son incluso teológicos, porque nos ofrecen a nosotros mismos y al mundo un profundo “estudio de Dios” – una Teología del cuerpo.

Antes de que JPII nos diera este “nuevo lenguaje”, el misterio del cuerpo humano era en gran parte desconocido por muchos. Pero, en las páginas de Teología del cuerpo descubrirás que eres bueno – de hecho, magnífico – y Dios quiere que lo sepas, lo vivas, y proclames esta verdad ¡con y a través de tu cuerpo!

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Prefacio (Por Christopher West)

Tal vez te estarás preguntando por qué un chico ha escrito un libro para mujeres llamado Teología de su cuerpo. Y aquí está otro chico escribiendo el prefacio. Obviamente, Jason Evert y yo no podemos hablar con la autoridad que tiene una mujer. Pero nosotros hablamos como hombres que han dedicado sus vidas a entender, sostener y defender la dignidad de la mujer. Esta es la misión de todo hombre, que trágicamente hemos defraudado, individual y colectivamente.

Me parece que muy a menudo a las mujeres se les dificulta asumir el don de su feminidad debido a las heridas causadas por los hombres que han fracasado en honrarlas. Un mundo que retrata a las mujeres como objetos para el placer masculino es un mundo que pone a la defensiva a las mujeres. Antes de ir más lejos, permítanme, como una representación del lado masculino de la raza humana, decir cuánto lamento profundamente la falla de los hombres para amarlas, para honrarlas, para sostener y defender su dignidad como mujer. Estas heridas son muy profundas en el corazón de una mujer. Por favor perdónenos.

Pero ¿qué si las mujeres y los hombres pudieran entrar más a fondo para entender el divino tesoro revelado a través del misterio de la mujer? Teología de su cuerpo de Jason Evert ciertamente provee un excelente lugar para empezar. En una serie de 129 catequesis, el Papa Juan Pablo II se dispuso a demostrar la belleza del plan de Dios para el amor sexual y la alegría de vivirlo. Él llamó a esta nueva visión del sexo, amor, y la persona humana: “Teología del cuerpo”. Decir Teología del cuerpo es simplemente otra manera de decir hecho a imagen de Dios. Esto significa que nuestros cuerpos no son sólo biológicos. Ellos son incluso, y mucho más aún, teológicos. Nuestros cuerpos nos ofrecen, si tenemos ojos para verlo, un profundo estudio de Dios. Así como una obra de arte parte del corazón del artista, así también el cuerpo humano parte del corazón del Dios que nos hizo.

Las catequesis, por ellas mismas, son académicas. Necesitan ser desmenuzadas si la mayoría de los lectores pueden beneficiarse de ellas. Pero más allá de trasladar la teología del cuerpo a un lenguaje que la mayoría de los lectores pueda entender, los temas varios de las catequesis de JPII necesitan ser aplicados a aspectos reales de nuestras vidas. Eso es lo que sostienes en tus manos ahora mismo. En Teología de su cuerpo (de ella) y (en el lado inverso) teología de su cuerpo (de él), Jason Evert reflexiona con gran ingenio y sabiduría sobre ciertos aspectos de la Teología del Cuerpo de Juan Pablo II y cómo se aplican a las vidas de jóvenes hombres y mujeres. A través de una aplicación creativa de algunos principios fundamentales encontrados en la Teología del Cuerpo de Juan Pablo II, Jason.

El mundo da un mensaje sobre el significado de la feminidad muy diferente al que vas a encontrar en este libro. Escucha a tu corazón y pregúntate a ti mismo cuál mensaje corresponde más a lo que realmente anhelas. Hay muchas falsificaciones del amor en el mercado. Tú estás consciente del valor del verdadero pacto. No te conformes con menos.

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Introducción

Estaba listo para enviar el manuscrito de este libro al editor cuando Ashley me envió un correo. Ella acababa de terminar con su novio (el padre de su hijo de 4 años) y estaba buscando esperanza. Recuerdos de abusos, violación e infidelidad habían empañado su concepto de relaciones, pero debajo de las cicatrices estaba un corazón que todavía anhelaba un amor auténtico. Ella decidió darle un giro a su vida, pero preguntó en su correo, “¿estoy demasiado lejos de ser casta y pura para mi futuro esposo? Le ofrecí mi ánimo y le envié el texto que ahora estas sosteniendo. Ella sería la primera en leerlo.

Me envió un correo pronto, escribiendo, me llevó años de vivir en el pecado para destruir mi vida, me tomó cinco minutos querer regresar todo atrás. Nunca me había sentido facultada como una mujer hasta que leí esto. El valor de una mujer nunca había sido tan claro para mí como ahora. Yo quise ser mejor y vivir mejor, y tú me abriste los ojos a lo que es realmente importante y a

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