Vida Espiritaul

Efectivamente, Jesús es el camino, la verdad y la vida. Es el camino porque guía, como buen pedagogo, la ruta o el norte de la felicidad, de aquello que realmente llena al corazón del hombre. Jesús es la verdad, porque como buen maestro, es él mismo la verdad del Espíritu de Dios. No es la verdad a medias, ni la verdad superficial, sino que enseña al hombre cuál es la fuente y el destino de su vida. Y, finalmente, es vida porque Jesús, hijo de Dios, ha nacido entre los hombres y se ha quedado entre nosotros para decirle al hombre dónde está el destino final de la vida temporal.

Un ejemplo significativo es la vida misma de tantas parejas de esposos, de sacerdotes, de solteros o novios que al encontrar en su corazón la vida de Cristo, han encontrado en su vida una vida plena.

También hay otras formas de encuentro con Jesucristo

• Enseñar al que no sabe.

• Dar buen consejo al que lo necesita.

• Corregir al que yerra.

• Perdonar las injurias.

• Consolar al triste.

• Sufrir con paciencia los defectos del prójimo.

• Rogar a Dios por los vivos y difuntos.

• Visitar y cuidar a los enfermos.

• Dar de comer al hambriento.

• Dar de beber al sediento.

• Dar posada al peregrino.

• Vestir al desnudo.

• Redimir al cautivo.

• Enterrar a los muertos. Cada una de estas actividades nos lleva a un encuentro cercano con nuestro señor Jesús.

La visita al hospital es un aspecto importante del ministerio pastoral. El ejemplo de Jesús de cuidar a los enfermos fue seguido por la Iglesia y ha sido practicado hasta el presente. Dentro de la iglesia la importancia de suplir las necesidades físicas de los enfermos es evidente por la creencia y practica de la sanidad divina. Creo fervorosamente que la liberación de la enfermedad fue provista por medio de la expiación y es el privilegio de cada creyente

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