Lexical acquisition and pragmatics, de TIM WHARTON. UCL Working Papers in Linguistics 16, 323-341
Enviado por Palomalr • 5 de Enero de 2016 • Resumen • 6.221 Palabras (25 Páginas) • 242 Visitas
MÁSTER EN CIENCIA DEL LENGUAJE Y LINGÜÍSTICA HISPÁNICA
PRAGMÁTICA Y COMUNICACIÓN LINGÜÍSTICA
Alumna: Paloma Losada Romero
TRABAJO FINAL: Recensión del artículo
Lexical acquisition and pragmatics, de TIM WHARTON. UCL Working Papers in Linguistics 16, 323-341
Introducción
Tal y como plantean tanto el título como el resumen inicial, este artículo de Tim Wharton se plantea como objetivo proponer una explicación pragmática de la adquisición del léxico por parte de los niños, desde la perspectiva cognitiva que esta disciplina ha desarrollado en los últimos años, especialmente en el marco de la teoría de la relevancia. Sin embargo, el trabajo desborda las perspectivas iniciales, al relacionar esa adquisición con el manejo de mecanismos comunicativos previos al lenguaje (fundamentalmente, aquellos que suelen considerarse “naturales”) que lleva a Wharton a una reflexión sobre el papel que estos juegan en la comprensión de enunciados lingüísticos. Este último punto, que retoma las conclusiones del mismo autor en otros trabajos, acaba por convertirse en la aportación más interesante del artículo: más allá de una propuesta limitada al proceso de adquisición del léxico (que queda simplemente esbozada) lo sitúa en un marco más amplio, abriendo perspectivas que van más allá del aspecto inicialmente planteado al insertar esa adquisición en una explicación coherente de los mecanismos comunicativos humanos en general.
Esta expansión de los principios de la Pragmática, que hasta ahora se había centrado principalmente en el lenguaje verbal, a otros códigos comunicativos, supone una evolución consecuente con el marco teórico en el que el autor se posiciona explícitamente, la teoría de la relevancia, cuya aportación más significativa ha sido precisamente el estudio del lenguaje en relación a principios generales de la cognición y la comunicación humanas. La propuesta de Tim Wharton representa, en este sentido, un camino de ida y vuelta: si Sperber & Wilson partían de una reflexión sobre la cognición humana en general, aplicándola, primero, a la comunicación ostensivo-inferencial, y después al análisis del lenguaje verbal, cabe esperar que los principios explicativos que tantos resultados han dado en el análisis lingüístico, al responder al funcionamiento natural de la mente, puedan ser aplicados con el mismo éxito a otro tipo de conductas comunicativas humanas.
Por otra parte, la relación entre el lenguaje y otros códigos naturales resulta importante en varios aspectos, todos ellos presentes de alguna manera en el artículo: la arquitectura de la mente (¿Utilizamos los mismos mecanismos para procesar la información, independientemente del código utilizado? ¿Existe un módulo común, o módulos especializados para cada uno de los diferentes de ellos? ¿Cómo se integra ese proceso con otras habilidades de relación social?); la integración de códigos en la comunicación ordinaria (¿cómo interactúa el lenguaje con otros códigos? ¿Qué papel juegan en la comunicación verbal los elementos “paralingüísticos”? ¿Qué tipo de contenidos aporta cada uno?); y, por supuesto, la aparición del lenguaje, tanto a nivel ontogenético (el tema original del artículo) como filogenético: es previsible que el funcionamiento de los códigos naturales esté involucrado de alguna manera en la aparición del lenguaje verbal, que en el marco de la relevancia es un producto desarrollado de habilidades comunicativas previas a él.
- LA ADQUISICIÓN DEL LÉXICO EN LA PERSPECTIVA PRAGMÁTICA
- El modelo inferencial y la adquisición del léxico
El modelo inferencial del lenguaje en el que se inserta este trabajo tiene su origen en la propuesta de Paul Grice. Según este filósofo del lenguaje, las palabras no tienen un significado por sí mismas, sino que son un medio para expresar el significado del hablante, que puede o no coincidir con su uso habitual: en la interpretación de los enunciados lingüísticos el oyente no tiene en cuenta solamente lo que se dice (lo “explícito”), sino que combina esa información con el contexto y con una serie de reglas de interacción (las que constituyen el Principio de Cooperación), para, aplicando un proceso de deducción lógica, extraer las inferencias necesarias (lo “implícito”, las “implicaturas”) y reconstruir la intención comunicativa de su interlocutor.
La principal aportación de este modelo es que traslada el foco de atención de las palabras en sí, o de su relación con conceptos o realidades del mundo, a lo que el hablante pretende hacer con ellas al usarlas. Este aspecto, fundamental en el desarrollo de la pragmática, constituye el punto de partida que Wharton expone al comienzo de su artículo. En el ámbito de la adquisición del léxico por parte de los niños, el modelo inferencial implicaría que estos no aprenden directamente el significado de las palabras en relación a su referente, sino a lo que los hablantes quieren transmitir al usarlas, aspecto que queda ampliamente demostrado en la sección dos, cuando el autor retoma la propuesta al respecto de Paul Bloom contra la teoría asociacionista.
Según la teoría asociacionista, que tiene su origen en los filósofos empiristas y cuyos presupuestos aún se pueden rastrear en el modelo conductista de Skinner, los niños aprenden las palabras al establecer relaciones estadísticas entre estas y la realidad observada. Bloom, por el contrario, defiende que los niños, utilizando determinadas pistas, relacionan las palabras no con las cosas en sí, sino con las intenciones referenciales de los hablantes, con lo que las personas quieren decir al usarlas. Esto implica utilizar una capacidad humana más general que se conoce como “teoría de la mente” o “lectura del pensamiento” (la capacidad para reconocer las representaciones propias y ajenas), que, según las pruebas experimentales habituales, no se desarrolla por completo hasta los tres o cuatro años.
Argumenta su tesis en el hecho de que los niños aprenden palabras incluso cuando no están en contacto directo con el referente, y en experimentos como el siguiente: un experimentador y un niño sostienen cada uno un objeto, y el primero, mirando al objeto que ve él, dice una palabra. Los niños menores de 18 meses asocian esa palabra al objeto que sostienen ellos, pero a partir de esa edad la asocian al que el experimentador está mirando, mientras que los autistas siguen asociándola a la que sostienen ellos.
De hecho, otras observaciones y estadísticas citadas por Wharton muestran que los factores pragmáticos naturales tienen gran importancia en el desarrollo del niño: desde edades muy tempranas los niños prestan atención a los ojos y a la mirada de los adultos (al principio, sin atribuirles un estado mental, pero pronto también como una forma de señalamiento), y a esa misma edad comienzan a prestar atención también a gestos de señalamiento (los autistas, por su parte, tienen dificultades para reconocer cualquiera de estos gestos). Más adelante, los niños tienen en cuenta también la expresión facial, el tono de voz o las interjecciones para aprender palabras: por ejemplo, el investigador repite una palabra mientras finge buscar algo: los niños reconocen cuándo lo ha encontrado por su expresión facial, y asocian la palabra a ese objeto. En otros casos, el investigador pronuncia un verbo inventado y realiza dos acciones, usando interjecciones diferentes que asocian la acción a algo accidental o intencional, provocando que el niño asocie la palabra a la acción que, en base a la interjección utilizada, percibe como intencional.
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