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Alcance De La Ciencia

Thelugia20 de Noviembre de 2013

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Capítulo 7

Alcance de la ciencia

A propósito del conocimiento espontáneo, filosófico

y matemático, examinamos si dichos conocimientos

eran verdaderos o falsos, ciertos o dudosos

y completos o incompletos. Del mismo modo,

una vez que hemos visto en qué consiste la

ciencia, estamos en condiciones de averiguar estas

mismas cosas con respecto a ella.

7.1. Ciencia y verdad

Hemos visto que el resultado de la aplicación

del método científico a una realidad concreta es

un modelo sobre la estructura y el funcionamiento

de dicha realidad. También vimos que la verdad es

la correspondencia o adecuación entre lo que se

piensa (las ideas que tenemos en la inteligencia)

y la realidad.

Como la ciencia produce un modelo, lo que

conocemos al terminar el estudio científico es dicho

modelo. Ese modelo, como hemos visto, se

corresponde sólo con una parte de la realidad,

pues el estudio científico deja siempre fuera, por

cuestiones de método, multitud de aspectos de la

realidad, y no se corresponde con la realidad completa

en ningún caso.

Por tanto, la ciencia, propiamente hablando, no

proporciona verdades, por lo menos verdades del

tipo “mi madre me quiere” y otras parecidas, que

se refieren a la realidad completa, y que nos permiten

la vida cotidiana. La ciencia sólo proporciona

una aproximación a algunos aspectos de la

realidad, da un cierta idea de esos aspectos o facetas

de la realidad.

Aunque afirmar que la ciencia no proporciona

la verdad puede parecer una exageración, la cuestión

puede quedar más clara distinguiendo tres niveles

de conocimiento que podemos separar de

modo más o menos artificioso en la elaboración

de la ciencia: los datos, los modelos y las interpretaciones.

7.1.1. Datos

Los datos científicos son las observaciones de

partida a partir de las que se construyen las hipótesis

científicas, o las que permiten comprobar

dichas hipótesis una vez elaboradas, de modo que

pasen a ser leyes científicas.

Como dijimos anteriormente, la ciencia no parte

de sensaciones, sino de las ideas que tenemos

sobre aspectos concretos de la realidad. Lo

que estamos llamando “datos científicos” son esas

ideas sobre aspectos concretos de la realidad. Por

tanto, como son ideas que se refieren a la realidad

directamente, pueden ser verdaderas o falsas.

De hecho, una de las exigencias elementales de

honradez de todo científico es la veracidad en la

comunicación de sus observaciones.

De todos modos, la falta de honradez en este

aspecto de la ciencia, a pesar de ser muy corriente,

no tiene demasiadas repercusiones a largo plazo:

la realidad será siempre la que es, y si alguien

miente al referir observaciones, ya llegarán posteriormente

otros investigadores que descubran el

engaño; probablemente, sólo se retrasará el avance

del estudio científico de la realidad. Por decirlo

de alguna manera, la realidad se defiende sola.

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44 CAPÍTULO 7. ALCANCE DE LA CIENCIA

7.1.2. Modelos

Los modelos científicos, resultado de la labor

de la ciencia, tal como hemos visto, nos dan una

cierta idea sobre algunos aspectos de la realidad.

Pero los modelos no son la realidad. Nuestras afirmaciones

referidas a los modelos no se refieren a

la realidad, sino sólo al modelo. Por tanto, esas

afirmaciones no son verdades, propiamente hablando.

Por ilustrarlo con un ejemplo: después de hacer

un estudio de neurofisiología en el cerebro de los

pacientes con depresión, la ciencia puede afirmar

que “la depresión es la disminución de transmisión

serotoninérgica en ciertos lugares del cerebro”

(esto sería el modelo científico); aunque esa

afirmación pueda darnos una idea de lo que pasa

en el sistema nervioso de los pacientes deprimidos,

es obviamente falsa: puede que la causa

última de algunas depresiones sea ese problema

de neurotransmisores; pero la depresión es mucho

más que un problema de neurotransmisores; es todo

un problema psicológico y humano que el modelo

científico, proporcionado por el estudio de

los mecanismos neurofisiológicos, no puede ver

ni por asomo. Para poder conocer adecuadamente

la depresión, aparte de neurofisiología, hace falta

saber psicología, trato humano, capacidad de

captación de los problemas personales, etc., cuestiones

que se mueven en un terreno muy distinto

a lo que habitualmente llamamos ciencia.

En suma, las afirmaciones científicas proporcionan

un atisbo de algunos aspectos de la realidad,

pero no son verdad en el sentido fuerte de la

expresión. Podría admitirse que son verdad en un

sentido muy limitado: si explican los datos científicos,

serían verdaderos en el pequeño ámbito que

estudian.

Aunque el método científico haga progresar

los conocimientos por superación de hipótesis o

modelos anteriormente admitidos, esto no impide

que algunos modelos puedan considerarse inmutables,

siempre que se descarten razonablemente

observaciones que pudieran echarlos por tierra.

Por ejemplo: los cuerpos se atraen con una fuerza

proporcional a sus masas e inversamente proporcional

al cuadrado de sus distancias. Sin embargo,

esto no quita que se le puedan añadir precisiones,

que modificarían la ley inicial para ciertas

circunstancias; esta ley, sin embargo, seguiría

siendo básicamente verdadera (dentro de su estrecho

ámbito de explicación, como hemos dicho).

Con los modelos, es difícil el engaño o la mentira

(siempre dentro de ese estrechísimo ámbito

en que se puede hablar de verdad de un modelo):

como tienen que casar con los datos y observaciones,

no hay escapatoria para quien quiera plantear

un modelo absurdo o incoherente; la tozudez

de los datos, que choca con el modelo, hará que

tarde o temprano se abandone un modelo que no

explica bien la realidad estudiada. Los modelos

también se defienden solos.

7.1.3. Interpretaciones

Las interpretaciones son afirmaciones que, tomando

pie en los modelos científicos, se refieren

demodo global a la realidad. Propiamente hablando,

no son afirmaciones científicas (eso serían los

modelos), sino afirmaciones de sentido común,

que un científico hace, pero no en cuanto científico,

sino como ser inteligente que es, a partir de

lo que conoce de la realidad (que, en este caso,

incluye observaciones corrientes y observaciones

y modelos científicos). Las interpretaciones del

científico son, por tanto, verdaderas o falsas en el

sentido fuerte de la expresión.

Ya mencionábamos algo de esto en el apartado

3.3 cuando decíamos que el estudio científico

puede enriquecer el conocimiento ordinario. La

interpretación que el científico hace de su ciencia

viene a ser la apreciación del conocimiento

ordinario, enriquecida con los conocimientos que

aportan los datos y modelos científicos.

Mencionamos anteriormente (apartado 6.1)

que la ciencia deja fuera lo que no sea morfología,

estructura o funcionalidad materiales. Concretamente,

dijimos que deja de lado lo que las

cosas son, sus tendencias o finalidades naturales y

su actividad intrínseca. Pero el conocimiento ordinario

normalmente trabaja con estos aspectos que

la ciencia desecha por cuestión de método. Para

conocer algo, nos interesa saber qué es, o qué pretende

o intenta alguien (tendencia o finalidad) y

7.3. INCOMPLETITUD DE LA CIENCIA 45

cosas por el estilo. Por tanto, la ilustración científica

del conocimiento espontáneo no puede aportar

absolutamente nada a una visión global del

universo. Las interpretaciones que hace el científico,

aunque habitualmente se las considera ciencia,

no lo son, pues se refieren a aspectos que la

ciencia deja fuera.

El científico, por el hecho de serlo, no está en

condiciones de hacer interpretaciones de la realidad

más o menos correctas que cualquier otra

persona. Sus interpretaciones serán verdaderas o

falsas dependiendo exclusivamente de si es intelectualmente

honrado, no de si es buen omal científico.

Mientras que los datos y los modelos, por así

decir, se defienden solos, las interpretaciones son

extraordinariamente frágiles, pues dependen en

exclusiva de la honradez intelectual del científico.

Por medio de las interpretaciones (que se apellidan

incorrectamente de científicas) se introducen

en la ciencia las cuestiones ideológicas, que abundan

en las publicaciones científicas mucho más de

lo que sería deseable. Como las comprobaciones

de la ciencia no pueden aportar nada al respecto,

las discusiones entre las distintas

...

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