La ciencia y arte que estudia integralmente las armas de fuego, el alcance y dirección de los proyectiles que disparan y los efectos que producen en el objetivo.”
Enviado por eduardoortega.7 • 14 de Marzo de 2018 • Documentos de Investigación • 6.417 Palabras (26 Páginas) • 594 Visitas
Balística Forense
“La ciencia y arte que estudia integralmente las armas de fuego, el alcance y dirección de los proyectiles que disparan y los efectos que producen en el objetivo.” Dr. Moreno González
La balística para su estudio se divide, en tres grandes grupos:
1. Balística interior, que estudia los fenómenos ocurridos dentro del arma de fuego hasta que el proyectil sale por el cañón.
2. Balística exterior, que estudia los movimientos del proyectil en el aire y las fuerzas que intervienen en dicho trayecto desde que abandona el cañón hasta que toca cualquier objeto.
3. Balística de efectos o terminal, que estudia los fenómenos producidos por el proyectil sobre el objetivo. Dentro de esta rama encontramos la balística de las lesiones o balística forense que explica los mecanismos de producción de las heridas por efecto de los proyectiles de armas de fuego sobre los tejidos del cuerpo humano.
En la doctrina militar se maneja esta balística de efectos como Balística de Penetración, que es el estudio del movimiento de los proyectiles y sus efectos, desde que toca o penetra en un cuerpo cualquiera hasta que se detiene.
Cartucho
es un conjunto formado por un recipiente metálico, de papel o plástico llamado vaina o casquillo, la bala, la pólvora y el fulminante. Esto último en cuanto a los cartuchos metálicos. Los cartuchos semimetálicos (de escopeta), cuando cargan perdigones o postas, alojan un taco entre la pólvora y las municiones.
El origen del cartucho se sitúa en torno al siglo XVI; consistía en un envoltorio de papel que contenía la pólvora y la bala. En la obra de Bernardino de Mendoza Teoría y práctica de la guerra, escribía que "... los artilleros hacen cachuchos (sic) o sacos para cargar más fácilmente y apresurar las rociadas...".
En un principio el cartucho era de papel, conteniendo el proyectil y la pólvora, el soldado debía de romper, generalmente con la boca, uno de los extremos del cartucho, verter la pólvora en la cazoleta y en el interior del cañón y a continuación introducir el proyectil envuelto en el papel y atacarlo con la baqueta.
En el año 1800, Edward Charles Howard descubre las pólvoras fulminantes y en el año 1807 el sacerdote escocés Alexander John Forsyth inventa la llave de percusión dándole un uso a las pólvoras fulminantes en forma de cápsula fulminante.
[pic 1]
En el año 1836 Johann Nikolaus Dreyse inventa un nuevo cartucho y fusil, el fusil Dreyse. Este fusil monotiro y de cerrojo usaba un cartucho de papel que se quemaba en el disparo y que contenía todos los elementos necesarios para el disparo, pero con la peculiaridad de que la cápsula fulminante iba colocado detrás del proyectil ya continuación la pólvora. El fusil Dreyse fue usado por Prusia.
[pic 2]
En el año 1836 Casimir Lefaucheux inventa el cartucho Lefaucheux. El cartucho tenía el fulminante en el interior, teniendo una espiga vertical en donde golpeaba el martillo del arma. En un principio los cartuchos fueron de cartón. Al no ser un cartucho combustible permitía un mejor sellado de la recámara y aprovechamiento de los gases, a partir de 1848 se fabricó totalmente metálico.
En el año 1845, aparecen los cartuchos Flobert, desarrollados por Nicolas Flobert, con vaina totalmente metálica y de potencia escasa. Se alargó una cápsula fulminante y se le colocó un proyectil de pequeño calibre, siendo la base de los cartuchos de fuego anular. El proyectil era esférico.
[pic 3]
A partir de 1848 comienza el desarrollo de la bala bala Minié, de avancarga, hueca en su base y que permitía una perfecta adaptación al ánima del cañón: la presión de los gases, al quemarse la pólvora, hace que la base se expanda contra las estrías del cañón. Permitía un fácil atacado, al ser más pequeña que el calibre del arma.
[pic 4]
Izq.: Cartucho Flobert, Centro: .22 corto, Der.: .22 lr
En el año 1857, la compañía Smith and Wesson desarrolla el cartucho .22 Short, .22 Corto, para su Revólver número 1. Básicamente el .22 Corto era un cartucho Flobert al que habían añadido pólvora y colocado un proyectil cilíndrico ojival.
[pic 5]
Izq.: cartucho Dreyse 15'43 mm, Centro: cartucho Chassepot 11 mm, Der.: cartucho .56-56 Spencer
En el año 1866 Francia adopta el fusil fusil Chassepot, de cerrojo y monotiro, con cartucho de papel, pero con la cápsula fulminante en el culote del cartucho.
Conforme aumentaba la potencia de los cartuchos de fuego anular se aumentaba el grosor de la vaina, por lo que en un momento dado, la aguja percutora no tenía suficiente potencia para conseguir la ignición del fulminante. En Estados Unidos el Coronel Hiram Berdan y en Gran Bretaña el Coronel Edward Mounier Boxer, casi simultáneamente, desarrollan una cápsula fulminante que se colocaba en un orificio prácticado en el centro del culote de la vaina.
Paul Marie Eugène Vieille en el año 1884 inventa la pólvora sin humo, diseñando en el año 1886 Nicolas Lebel el 8 mm Lebel, primer cartucho en utilizar la pólvora sin humo.
Componentes
En el cartucho metálico su vaina está elaborada completamente de metal y es de utilización generalizada en las armas de ánima estriada.
Algunos cartuchos tienen vaina plástica con una cápsula fulminante metálica, o tienen un culote metálico.
El cartucho para arma de defensa consiste en un tubo hueco (vaina o casquillo), generalmente de metal, con una carga de proyección en su interior; en su parte abierta se introduce a presión un proyectil u ojiva (bala), y en su base (culote) se encuentra el elemento de iniciación (pistón o fulminante).
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