Computacion
Enviado por JOS_CARLOS14 • 21 de Marzo de 2014 • 903 Palabras (4 Páginas) • 212 Visitas
Como intentamos demostrar en la primera parte de este capítulo, el análisis atento de la situación del aula puede beneficiar a los profesores por partida doble. En primer lugar, este análisis puede evitar que la atención recaiga de forma exclusiva sobre el profesor considerado individualmente, al que, de no ser así, se vería erróneamente como la única influencia que esa clase recibe-, con esto, lo que se consigue es un antídoto para las explicaciones hiperpersonafizadas e hipergeneralizadas de lo que ocurre en la clase (incluyendo aquí los muy diversos e inadecuados calificativos que reciben los profesores). En segundo lugar, trabajando desde una perspectiva de análisis de la situación del aula, los profesores pueden disponer de nuevos mecanismos para alcanzar sus objetivos docentes. En otras palabras, podemos adoptar una visión positiva sobre la influencia de la situación y hacer que trabaje al servicio de nuestros objetivos educativos. Una tercera ventaja, a más largo plazo, podría ser que sí los propios profesores consiguen comunicar la complejidad del aula a un público mayor, evitaremos esa creencia tan extendida de que cualquiera puede hacer lo que hace un profesor.
Empezaremos a exponer nuestra perspectiva sobre las aulas intentando captar su compleja y dinámica naturaleza, características éstas que las convierten en unos lugares tan agotadores y a veces angustiosos.
De igual manera, cuando intentamos comprender la conducta de los alumnos, es necesario comprender el contexto. Esta perspectiva se desarrollará en el capítulo siguiente, donde nos centraremos en el alumno como individuo. En ambos capítulos nos serviremos del hecho de que los alumnos de los centros de enseñanza media pasan a lo largo del día por una serie de situaciones (es decir, por diferentes clases), y por tanto realizando una serie de encuestas en distintas clases podemos determinar en qué medida su conducta está ligada al contexto. De esta forma evitaremos la tendencia a situar las causas de la conducta «dentro» de las personas, así como otra tendencia relacionada con ésta según la cual los profesores se sienten incapaces de hacer que cambie la situación a menos que el alumno cambie de una forma u otra.
Estos puntos se refieren a la conducta del aula en general y a la conducta conflictiva en particular. Aquí también vale nuestra propuesta de centrarse en la situación. Por ejemplo, si vamos a discutir eso que se suele llamar control de la clase, la pregunta «¿Quién controla la clase?» no se puede responder refiriéndose sólo al profesor. No bastará con añadir que los alumnos también controlan la clase en cierta medida. Lo importante es que la situación del aula es una característica controladora de la conducta, y de ello se sigue que la forma que un profesor tenga de dirigir el contexto del aula puede ser un elemento que actúe de forma determinante sobre la conducta
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