Contenido y responsabilidad de contenidos de TV

CONTENIDO Y  RESPONSABILIDAD DE LOS CANALES DE TELEVISIÓN FRENTE A SU PÚBLICO

Generalmente, llegamos cansados de nuestras labores, y sólo tenemos tiempo y energía para sentarnos, encender el televisor y ver lo que sea. Incluso, probablemente, en algunas ocasiones no somos conscientes de lo que estamos viendo porque aún tenemos en la cabeza la cantidad de problemas y situaciones a las cuales nos hemos enfrentado durante el día. En este escenario, somos espectadores pasivos frente a los que vemos en televisión, su contenido, su forma y su manera de ser presentado.

En este ensayo, trataremos de discutir  una problemática aún vigente acerca de los contenidos en televisión, a pesar de los en boga programas de responsabilidad social, impulsados por algunos canales de televisión. En este propósito, presentaremos por qué estos no han sido eficaces o al menos deberían hacer mayores esfuerzos, dadas las actuales condiciones y el hecho de que estos canales deben seguir revisando sustancialmente su malla en pro de una información más verás y mayor compromiso con su público.

Cuando pensamos en nuestro conocimiento, generalmente el primer aspecto que tenemos en cuenta es nuestros sentidos. Esto más allá de llevarnos a una reflexión profunda de corte filosófico, nos remite a una idea de sentido común. Si se pregunta a cualquier persona en la calle, ¿y usted cómo conocer? La respuesta más evidente será “con los ojos, con los oídos, tocando las cosas, etc.” Sin embargo, cuando preguntamos “¿si te faltara uno de estos sentidos, cuál sería el que no quisieras perder?”, la respuesta es difícil.  

No obstante, nuestra propia experiencia puede decirnos que le damos mayor valor a algunos tipos de experiencia que a otros. Sin pensamos en la música, las respuestas podrían variar. Esto se da, ya que intuitivamente podríamos pensar en el oído, aunque si nos ofrecen la opción de poder escuchar la canción y a la vez ver un video de la orquesta en vivo tocando esa canción, evidentemente dudaríamos al respecto.

Esto, devela, tal vez, una cierta primacía de lo visual sobre otras cosas.  Lejos de ser una mera intuición que se instala en el corazón de nuestro sentido común, esto se ha visto comprobado por algunos estudios psicológicos que enfatizan sobre “[…] la primacía visual que tienen los estímulos […] sobre todo en los primeros grados de educación.” (Varela et al., 2004, p.68)

Estos estudios han mostrado como también parece ser que  no siempre ha sido así y que existen casos históricos en los cuales no ha resultado de esta manera, según la siguiente cita del estudio mencionado:

Nuestros resultados parecen apuntar a la existencia de una primacía de respuestas lingüísticas visuales sobre aquellas que ocurren en el modo auditivo […] Lowe (1982/1986) documentó cómo, ante la invención de la imprenta, la gente prestaba más atención y daba mayor crédito a lo que escuchaba que a lo que veía. Los resultados sugieren un cambio que, muy posiblemente, se ha influenciado por el avance de los medios audiovisuales. (Ibid. p. 88)

Según esto se evidencia de qué manera los sujetos han dado un privilegio a sus apuntes visuales con el avance de los medios audiovisuales. Una encuesta de 2008 revela que en Colombia, a la pregunta sobre la frecuencia del consumo de TV, por ejemplo, en la zona rural, un 19% de las personas contestó ocasionalmente o nunca. Y cuando se preguntó por la frecuencia del consumo de la radio un 42% de la población contestó, ocasionalmente o nunca. Y que en la zona urbana un 59% de los encuestados considera muy importante la televisión su vida cotidiana (La Gran Encuesta de la Televisión en Colombia, 2008, Comisión nacional de televisión)

Esto nos lleva directamente a revisar el carácter de la televisión. Inicialmente, se concibe que la televisión tiene tres fines: informar, orientar, educar. No obstante, algunos, como Giancarlo Luna Muñoz, se preguntan por su labor como periodista o miembros de un medio de comunicación y se preocupan por la pérdida del norte frente a este fin. Esto se debe a la gran avalancha de programas de entretenimiento y al eclipse que estos han causado frente a otros. Esto se ha dado ya que “parece ser que la responsabilidad fundamental de la televisión en Colombia por parte de directores, realizadores y productores audiovisuales se ha limitado al mero entretenimiento, aduciendo a ello los fenómenos de gran audiencia de las «narco-novelas» y «realities»”  (Luna Muñoz, 2010)

Esto es preocupante, ya que la fuerza de aquello que experimentamos  se refleja en nuestro comportamiento y en nuestro diario vivir. Y según este orden de ideas, el mayor foco de influencia es la televisión, y más específicamente, los programas de entretenimiento, ya que nos vemos apabullados por ellos constantemente. Esto último se manifiesta también cuando vemos que hay un alto porcentaje según el cual las personas acuden a  la televisión con fines informativos y de entretenimiento. Lo que la mencionada encuesta revela es que un 50% de las personas que contestaron a la encuesta consideran que acuden a la televisión por entretenimiento, y sólo un 14% por funciones educativas. (La Gran Encuesta de la Televisión en Colombia, 2008, Comisión nacional de televisión)

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