DEFECTOS EN LA CONSTRUCCION

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Desde el inicio de la construcción y edificación, el papel del arquitecto o constructor ha asumido una posición notablemente poderosa, sin embargo, este papel a menudo, conlleva responsabilidades más allá del diseño y edificación que resultan ser el foco de disputas y resentimiento, terminando en una labor más, intentar equilibrar las necesidades conflictivas de los constructores, los ingenieros y el "cliente", es decir, el propietario del edificio. El arquitecto es a menudo el último tomador de decisiones en un proyecto, la persona que se supone que debe coordinar las necesidades estéticas y prácticas del propietario con los criterios prácticos y de diseño del ingeniero, los constructores y las autoridades locales. Todo dentro del presupuesto y todo entregado a tiempo. Como cualquier mediador le dirá, estar en el medio es rara vez una posición en la que uno puede relajarse. Uno se encuentra a sí mismo la vara de aligeramiento para la frustración y el descontento y se añade a este papel es el papel "artístico" que la mayoría de los arquitectos, ya sea consciente o no, desea asumir.

Sin embargo, legalmente, el papel del arquitecto no sólo es más ese, sino que en realidad se limita a ser el agente del propietario, actuando para iniciar y facilitar el proyecto desde la planificación inicial hasta su finalización. Como agente del propietario, el arquitecto es normalmente responsable del diseño técnico, tal como se define en el contrato con el propietario. Los detalles de las responsabilidades del arquitecto deben expresarse claramente en el contrato mientras que la clave para una relación de negocios o de construcción exitosa es un contrato escrito bien redactado creado con el aporte profesional de abogados y contadores. De hecho, en algunas jurisdicciones está legalmente obligado a tener un contrato escrito entre el arquitecto y los propietarios.

Con esto, a su vez, se produce un defecto de construcción cuando la construcción terminada o parcialmente terminada no cumple los requisitos exigidos por los documentos contractuales aplicables o las normas aceptadas. Es el puente cuyos cables flexionan y se rompen, el concreto que está bajo resistencia o estructuralmente deficiente, el techo que gotea, los adhesivos que no se adhieren y la pintura que se pela, por nombrar sólo unos pocos ejemplos.

Los defectos de construcción pueden ser obvios o latentes. Defectos tales como vigas de tamaño inferior, hormigón de resistencia inferior o fallas de revestimiento suelen ser evidentes durante la construcción cuando la responsabilidad es clara y el costo de la corrección es relativamente mínimo. Con frecuencia, sin embargo, los defectos están latentes. Existe un defecto latente en el momento de la construcción, pero no se detecta hasta después (a veces años después) de la construcción y la estructura y sus sistemas están en uso. Un ejemplo sería una viga estructural que cumple con los requisitos especificados de tamaño, color y grado, pero es la resistencia inferior. Los defectos latentes también pueden ser progresivos – es decir, con el tiempo el defecto se vuelve gradualmente peor como la estructura o sus sistemas están sujetos a desgaste y fuerzas naturales. Entre los ejemplos figuran los concretos que se deterioran progresivamente, por nombrar algunos.

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