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Desempleo Tecnológico - Una Realidad


Enviado por   •  24 de Julio de 2017  •  Ensayo  •  1.149 Palabras (5 Páginas)  •  191 Visitas

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Desempleo Tecnológico: ¿Realidad?

Christian Benjamín Chang

Las revoluciones industriales han transformado las civilizaciones optimizando el trabajo, la primera reemplazó la producción manual por la mecanizada mediante el motor a vapor, la segunda masificó la manufactura empleando la electricidad como fuente de energía y la tercera incorporó la electrónica, tecnología de la información y telecomunicaciones ¿Es que acaso la nueva revolución industrial de la automatización terminará por reemplazar al hombre como fuerza laboral? El presente ensayo planteará que los avances tecnológicos generan desempleo. Para abordar este tema, primero se definirá el concepto de desempleo, seguidamente se revisará las migraciones de los puestos de trabajo, luego se analizará la integración de la tecnología en el trabajo y finalmente se planteará la relación entre productividad y desempleo.

Para iniciar, es necesario definir qué es el desempleo. Según la Organización Internacional del Trabajo (2013) definió a la persona desempleada como aquella que en edad de trabajar no cuentan con un empleo remunerado o autoempleo, que se encuentra en busca de un puesto de laboral y con disponibilidad inmediata para ocupar una posición laboral. Diversos economistas también han definido el desempleo. En la actualidad ha surgido un nuevo término el desempleo tecnológico asociado al reemplazo de la mano de obra por los avances científicos en áreas de producción y servicio (Aguilera & Ramos, 2016; “Desempleo Tecnológico,” 2016; McAfee, 2012; Othekhile & Zeleny, 2016).

A lo largo de la historia de la humanidad, las nuevas tecnologías han modificado los perfiles de la mano de obra, las máquinas están comenzando a desplazar al hombre de los trabajos, obligándolo a generar mayores innovaciones y migrar hacia nuevas oportunidades laborales y sectores productivos (Rotman, 2013; Urquidi, 2017). Las revoluciones industriales beneficiaron a la sociedad con un incremento de productividad, mejor calidad de vida, crecimiento laboral pero cambiando el espectro macroeconómico (Urquidi, 2017). La sociedad experimenta la cuarta revolución industrial correspondiente a la sinergia entre avances tecnológicos y procesos, a un ritmo frenético, reemplazando a trabajadores con labores manuales y monótonas por robots o mediante el uso de self services technologies, originando una migración hacia labores que requieran capacidades cognitivas, habilidades de intelecto y relaciones interpersonales para lo cual el entrenamiento y la capacitación será fundamental (“El efecto robotización”, 2016; Othekhile & Zeleny, 2016; Perasso, 2016). Se puede inferir que la dinámica de los sectores económicos fomenta la innovación de forma exponencial antes no vista, para complementar la idea se analizará la integración de los sprints tecnológicos en el trabajo.

La decisión de incorporar o desincorporar el progreso tecnológico en los puestos de trabajo por parte de las empresas será clave en la generación de empleo. Los avances tecnológicos incorporados al trabajo generan mayor obsolescencia del puesto, en otras palabras destruyen posiciones laborales a un ritmo mayor del que los crean y por consiguiente aumenta el desempleo, efecto de creación destructiva de Schumpeter (McAfee, 2012; Lesmes, 2014). Por el contrario, si la tecnología es desincorporada, incrementa productividad y rentabilidad de las empresas promoviendo la creación de nuevos puestos laborales gracias al trabajo en equipo hombre-máquina, efecto de capitalización (Brynjolfsson, 2013; Lesmes, 2014). Ambos efectos se presentan en simultáneo, dependerá de cuál tenga mayor dominancia y de la toma de decisiones de las empresas para cambiar los índices de desempleo (Mortensen & Pissarides, 1998). De esta manera, se refuerza la idea de que el futuro de la sociedad recae en las manos de las empresas, para continuar detallándolo es preciso analizar la relación entre productividad y el empleo.

Los índices de productividad están aumentando aceleradamente debido en gran medida a las revoluciones industriales, apoyadas en los avances tecnológicos, por el contrario, los índices de empleo disminuyen. El divorcio de estos índices significan el estancamiento de los ingresos medios y profundizan la desigualdad social, siendo el principal damnificado la mano de obra no calificada (Brynjolfsson, 2013; McAfee, 2013). La vulnerabilidad del trabajado no calificado no significa que los empleados altamente calificados estén exentos de ser reemplazados, cada vez que la inteligencia artificial siga progresando (Aguilera & Ramos, 2016, Othekhile & Zeleny, 2016). La innovación tecnológica no es el único culpable, las políticas económica, crisis financiera, comercio global y el aumento en la esperanza de vida son coparticipes del desempleo (Rotman, 2013). La idea se refuerza con estudios que demuestran el aumento de índice de desempleo en países desarrollados donde existe mayor inversión de tecnología y productividad (Aeppel, 2015). Otros estudios, por el contrario indican que la inversión tecnológica aumenta productividad y empleabilidad en países en desarrollo, pero esto puede deberse a que estos países no han alcanzado la madurez tecnológica (Aguilera & Ramos, 2016).

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