EL INTERNET FRENTE AL PODER POLÍTICO: CONSOLIDACIÓN DE UN MEDIO EFECTIVO PARA EL EJERCICIO DE LA LIBERTAD DE INFORMACIÓN Y EXPRESIÓN

Percy A. Eslava

1. Introducción.

Comúnmente enfocar un ensayo sobre el significado que encierra el término “coyuntura política actual” gravita, naturalmente y por costumbre, sobre la descripción romántica de algún problema latente en la comunidad más que sobre alguna real posibilidad de plantear una solución para enfrentar dicho conflicto.

Convencido de que ese es un motivo suficiente para que a través de este corto ensayo no sólo se quiera describir -en sí mismo- un problema político-social-que durante estos últimos años estuvo menoscabando nuestra convivencia y, ocasionalmente sobrevivivencia nacional- también tenemos como objeto advertir la importancia que encierra una sola posibilidad para afrontar muchos de los conflictos que en la mayoría de casos han nacido en el seno del poder político, pero lamentablemente sus consecuencias, como vientos silenciosos, van ascendiendo desde la costa centralista para encaminarse a la sierra y selva, arrastrando por su camino una situación de exclusión, autoritarismo, corrupción y represión sin remedio aparente para la totalidad de la sociedad peruana.

Hoy queremos reflejar el problema del ejercicio de las libertades de expresión e información y los medios de comunicación tradicionales. Así, en la fiel creencia de que los medios tradicionales se encuentran inmersos en un proceso de desvanecimiento y envejecimiento en cuanto a la influencia social que siempre han ostentado, nos arriesgamos a demostrar que el fenómeno tecnológico del internet como medio informativo, ha generado un espacio de acceso igualitario entre la ciudadanía, los informantes y el poder político. Este fenómeno tecnológico denominado internet día a día viene proliferando su uso y ha otorgado a los propios ciudadanos, sin distinción de género, raza, situación económica, política o ideológica, un poder para ejercitar su derecho a informar y ser informado de manera directa, dejando atrás las brechas impuestas por el poder político y económico para establecer un espacio igualitario donde cualquier ciudadano puede informar y encontrar información diversa través de este medio.

En definitiva, para abordar el tema a plantearse aquí se deben tener en cuenta dos aspectos fundamentales. En primer lugar la importancia de los medios de comunicación como instrumentos para que el ciudadano pueda participar directamente en política -como medio democratizador- y, en segundo lugar, el especial fenómeno de la proliferación del uso de la internet como medio para unificar situaciones políticas, económicas, culturales y sociales del país y del mundo que permitirían lograr un equilibrio e inclusión entre las decisiones e intereses de los ciudadanos y gobernantes.

2. Los medios de comunicación tradicionales vs la revolución tecnológica.

Definitivamente el siglo XXI nos está mostrando que -en relación al respeto de las libertades de información y expresión- está a favor de los países catalogados del “tercer mundo” o en “vías de desarrollo”. Así, la amplia gama de brechas culturales, políticas, sociales, económicas, éticas e ideológicas, que en pasados contextos significaron un impedimento malicioso para que la ciudadanía sea participe directa de la administración del estado, hoy por hoy ya no tiene la misma implicancia. Esta nueva situación no se debe a que el poder político haya decidido, de buena fe, interesarse en que la ciudadanía pueda ejercer su derecho a informarse e informar o a expresar sus ideas sin más límite legítimo que el derecho de terceros, pues en verdad lo que ha permitido inmiscuirnos en temas de gobernabilidad y control ciudadano es el ser parte de una revolución tecnológica liderada el por el uso de la internet como medio de comunicación por excelencia.

Para trasladarnos al contexto “antiguo” o precedente a la revolución tecnológica actual, se debe tener en cuenta aquéllas nefastas experiencias que día a día hemos tenido que soportar por parte de los medios de comunicación tradicionales y masivos como el periódico, radio y televisión. Sin ir más allá, en los últimos años se pudo confirmar que en la década de los 90 existió una coalición entre el gobierno de Fujimori y los más grandes medios de comunicación del país como la cadena “Panamericana Televisión” a la cabeza de Ernesto Schütz Landázuri, “Canal 4 América Televisión” en cabeza de José Enrique Crousillat López Torres, “Cable Canal de Noticias (CCN)”, “Andina de Televisión (Canal 9)” en cabeza de Julio Vera Abad, “Frecuencia Latina” en cabeza de los hermanos Samuel y Mendel Winter, incluyendo que se destinó US$ 22 millones para el financiamiento de la “prensa chicha”, entre ellos los diarios: ‘El Mañanero’, ‘La Chuchi’, ‘Diario Más’, ‘El Chato’, ‘Conclusión’, ‘El Tío’ y ‘La Yuca”, a quienes pagaba entre 2 mil y 3 mil dólares diarios con el fin de que estén de “acuerdo” con la política del fujimorismo en todo aspecto que signifique una posibilidad de generar inestabilidad contra el gobierno.

Este acto de control, bien conocido hasta la actualidad, impidió que los ciudadanos tengan una herramienta necesaria para ejercer un control directo y ser parte de las decisiones gubernamentales que -a fin de cuentas- generan consecuencias que afectan de una manera positiva o negativa a la sociedad en general. Si la situación hubiese sido distinta y las personas que dirigen los medios de comunicación habrían respetado su dignidad y ética profesional, la ciudadanía habría tenido la información necesaria para enfrentar el autoritarismo del gobierno frente a los derechos humanos, la mala administración de los caudales dinerarios del estado, al abuso de poder y la corrupción de instituciones públicas y privadas. Esta situación, como ahora conocemos, sólo pudo detenerse al concientizarse de todos estos actos por medio de la emisión del primer “vladivideo” y los actos posteriores de divulgación de información. ¿En manos de quienes estaba la información y el deber de divulgarla?

2.1. La e-xperiencia en Egipto y libia

Bien entendemos que frente a la gama creciente de conflictos sociales que suceden en cada gobierno, es imprescindible que la sociedad pueda informarse e informar para identificar el problema y actuar en defensa de los intereses de la sociedad en su conjunto. Experiencias como la de Libia o Egipto respaldan esta tesis, pues Hosni Mubarak, ahora ex presidente de Egipto, tuvo que renunciar a su cargo dictatorial luego de que la misma sociedad se informó de los actos antidemocráticos y corruptos que estaba ejecutando desde su posición. Así, la sociedad, a inicios del presente año, en ejercicio de su libertad de expresión e información utilizó al internet, en un primer momento, y logró movilizar a todo

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