Educacion A Distancia

Maestría en Tecnología Educativa

Ensayo argumentativo sobre la la figura del docente en los modelos de Educación a Distancia

Curso: Teorías Pedagógicas y Práctica Educativa de la Educación a Distancia

Alumnos:

María de Lourdes Becerra Zavala. Matrícula A01318027 CVU 413418

Ricardo Vázquez Solis A01308830 CVU 593308

Katherine Luna Drith A01319536 CVU 59466

Monserrat Rodríguez Balderas A01317370

Profesor tutor:

Mtro. Alejandro Ruiz

Profesor titular:

Dr. Fernando Mortera

30 de Agosto del 2014

El encargo social hoy, época de cambios acelerados y globalización, pretende ahondar en caminos de reflexión, despertando el interés por el conocimiento y su mejor forma de adquisición a través de la educación, que en palabras de Platón debía cumplir tres funciones; la formación del ciudadano, la formación del hombre virtuoso y la preparación para una profesión (Michel , 2006). Aunque puedan parecer diferentes las distintas connotaciones y conceptos según el momento histórico en el cual nos situemos, los que siempre se han mantenido son sus actores, entendiéndose a los estudiantes y docentes y la forma de interacción comunicativa que debe prevalecer.

Sin embargo en los tiempos actuales donde ya no se hace necesaria la presencia del estudiante en el aula de clases para recibir la instrucción como única alternativa de educación, el tiempo ha permitido el desarrollo de mediadores como la tecnología, y el aumento de la importancia del docente, por lo tanto entendiéndose desde la educación virtual en este ensayo abordaremos la importancia de la figura del tutor en los modelos de Educación a Distancia (EaD), la cual se considera como un modalidad que permite que el espacio y tiempo, u ocupación de los participantes, condicionen el proceso de enseñanza aprendizaje (Martínez, 2008). Éste último se desarrolla con la mediación pedagógica dada por el docente, quien se encarga de localizar al alumno como el centro de la EaD.

Desarrollo

Las diversas figuras del docente/tutor determinan la construcción del curso, así como de las dinámicas de interacción con y entre los alumnos, para así involucrarlos en el modelo educativo.

Vizcaíno y Orozco (2008) distinguen cinco dimensiones en un modelo de educación a distancia: intencional (objetivos, propósitos definidos por la institución educativa y el programa educativo en particular); personal (la naturaleza de los sujetos que participan enfatizando al docente y al alumno); pedagógica (contenidos, teorías de aprendizaje, métodos); organizativa (diseño y distribución de materiales, procesos de comunicación, coordinación de la conducción del aprendizaje, evaluación) (García, 1999); y contextual (ambiente institucional, familiar y social del estudiante).

El docente es quien dará un “rostro” a la institución y programa educativo, es la persona de carne y hueso quien establecerá un diálogo con el alumno y proveerá de los recursos que propicien un aprendizaje flexible y autónomo, una de las marcas distintivas del modelo educativo a distancia en educación superior (García 2009) pues son las personas que demandan este tipo de educación son en su mayoría personas adultas, que ya cuentan con un trabajo u otras actividades que no les permiten ingresar a una universidad con horarios restringidos o tradicionales.

La puesta en operación del modelo educativo dependerá, en primera instancia, de las instituciones que ofrezcan los programas, en coordinación con las políticas educativas de sus respectivos países, así como las organizaciones internacionales que son referente en estos temas como la Oficina de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Banco Mundial (García, 2009).

Esta es otra circunstancia que apunta a la relevancia del docente en el modelo educativo a distancia. En tanto las figuras docentes implementan y orientan los estándares académicos planteados por las políticas educativas regionales, nacionales, y de tipo interinstitucional; se asegura la calidad educativa. La asesoría, el aprendizaje guiado, el diseño de materiales didácticos, son algunos de los elementos que el docente entrelaza para vincular el proyecto educativo con el alumno y lograr la calidad del modelo educativo (Vizcaíno y Orozco, 2008).

La diversidad de las figuras del docente/tutor en la EaD requiere de nuevas bases teóricas y epistemológicas. Dado que el diálogo es el elemento fundamental del proceso educativo, en el que los seres humanos se comunican entre sí para comprender el mundo, en la educación a distancia el diálogo será en tiempos y espacios diferentes y/o asincrónicos, y puede ser simulado o real (García, 1999). El primero es asincrónico y se establece mediante los materiales diseñados y producidos por la institución que ofrece el programa educativo. El segundo puede ser asincrónico y en el mismo espacio o sincrónico y en espacios diferentes; es el que se establece con el docente tutor quien propicia el aprendizaje guiado.

Se comprende que es el docente de educación a distancia en sus diversas facetas, ya sea como experto en contenidos, en producción de materiales didácticos, como tutor responsable de guiar el aprendizaje o como tutor consejero (García 1999), es quien dispone los medios y contenidos que habrán de detonar el diálogo del proceso educativo.

En el contexto de la Sociedad de la Información, el docente es el responsable de diseñar una indagación sistemática, de tal forma que el alumno pueda contextualizar la información, experiencias, valores, y codificar lo anterior para construir el conocimiento. Apoyado principalmente en las teorías constructivistas (Martínez, 2003), el docente es el responsable de fomentar el aprendizaje autodirigido en relación a las posibilidades que ofrece el programa educativo.

El papel del docente se ha transformado

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