Guia Gestion De Calidad
Enviado por EXZABEL • 14 de Noviembre de 2013 • 1.869 Palabras (8 Páginas) • 412 Visitas
INTRODUCCIÓN
La calidad de vida es un constructo de amplio uso en la actualidad. Ha sido estudiada por diferentes profesionales, de ahí la existencia de múltiples definiciones del término.1-3
El estudio de la calidad de vida es un tema recurrente en la investigación gerontológica. Sin embargo, este adolece de los mismos problemas planteados en su estudio en otros grupos etáreos y en diferentes entidades.2Tales razones motivan la realización de este trabajo que incluye la presentación de las principales dificultades de la investigación de la calidad de vida; una revisión general del desarrollo de instrumentos para la evaluación de la calidad de vida en general y una propuesta cubana para la evaluación de la calidad de vida percibida en la tercera edad.
Principales dificultades para la investigación de la calidad de vida
El envejecimiento poblacional ha impuesto un nuevo reto para los sistemas de salud de los distintos países: hoy en día, lo más importante no es continuar aumentando la longevidad de las poblaciones, sino mejorar cualitativamente la salud y el bienestar de estas. Con tal fin, se ha desarrollado en las últimas décadas el término calidad de vida, que ha sido utilizado por especialistas de las más diversas disciplinas, como filósofos, economistas, sociólogos, psicólogos y médicos. Cada quien ha enfocado el término de manera diferente, en consonancia con su profesión.2,3
La mayoría de los autores coinciden en afirmar que el término calidad de vida aparece a mediados de la década del 70 del recién concluido siglo xx, con una importante expansión hacia los años 80. Aunque su existencia, encubierta en conceptos como bienestar, salud y felicidad, data de las civilizaciones griega, romana, egipcia y hebrea.2-6
La evolución temporal del concepto se ha caracterizado por su continua ampliación, transitando desde la variante condiciones de vida hasta la experienciación (percepción, valoración) de estas condiciones, es decir, el término se ha movido tras un continuo objetivo _ subjetivo, que ha traído como consecuencia su elevada complejidad.4
A los estudios sobre el constructo calidad de vida se les han señalado de manera genérica tres tipos de problemas: conceptuales, metodológicos e instrumentales. En relación con el primero, Moreno y Ximénez (1996), y Grau (1997, 1998) han señalado su "indistinción conceptual", atribuida a la naturaleza compleja del término; en torno a esta problemática se plantea que el mismo suele confundirse con otras acepciones como bienestar, nivel de vida, satisfacción y felicidad. "De ahí que resulte una entidad vaga y etérea, algo de lo que todo el mundo habla, pero que nadie sabe exactamente de qué se trata."4-6
El segundo problema, de carácter metodológico, se asocia por una parte con la naturaleza bipolar (objetivo _ subjetiva) de la calidad de vida. El componente objetivo se refiere a las condiciones materiales de vida, al nivel de vida, e incluye factores que determinan o influyen sobre la percepción que tiene el sujeto (presencia o no de síntomas, funcionamiento físico), en tanto que el subjetivo se corresponde con definiciones globales basadas en el bienestar y en sus dos marcadores básicos: la satisfacción y la felicidad.3-6
La cuestión de la objetividad se refiere también a quién es el evaluador: un observador externo o el propio sujeto. Esto es particularmente importante en la evaluación de la calidad de vida en relación con la salud.
En los últimos años las evaluaciones han privilegiado el componente subjetivo, de naturaleza psicológica, evaluada por el propio individuo; dado que muchos han considerado este componente como el más importante. Así, se ha planteado que las condiciones objetivas se refractan a través de las aspiraciones, de las expectativas, de referencias vividas y conocidas, de las necesidades y valores de las personas, de sus actitudes y emociones, y es a través de este proceso que se convierte en bienestar subjetivo. No basta con que aumenten los indicadores socioeconómicos para generar satisfacción, bienestar y felicidad.3,4
Otro problema metodológico de actualidad es si la calidad de vida debe definirse como una medida global que se evalúa en su totalidad, o si se define en función de determinadas dimensiones relevantes en un contexto determinado.
El tercer tipo de problema se relaciona con los instrumentos para la evaluación de la calidad de vida, dado por la naturaleza bipolar, ya señalada, y su multidimensionalidad, compleja e indeterminada, que le otorgan a esta diversos matices en función de la alternativa a ejecutar. Los problemas conceptuales ya referidos originan problemas instrumentales, pues cabe esperar una medición imprecisa, de un concepto borroso y ambiguo. De ahí que, a pesar del desarrollo alcanzado en la producción de instrumentos, globales y específicos, para la evaluación de la calidad de vida, la mayoría de estos adolecen de falta de la fiabilidad y la validez necesarias para ser utilizados.3-7
El desarrollo de instrumentos para la evaluación de la calidad de vida
Los problemas instrumentales, que han sido señalados, han traído consigo el desarrollo de un importante número de instrumentos para evaluar la calidad de vida de los pacientes, acorde con la operacionalización del concepto adoptada para cada caso particular.1,4,8
La literatura exhibe disímiles instrumentos, clasificados de acuerdo a diferentes ejes taxonómicos. Grau Abaloplantea que los instrumentos empleados para evaluar calidad de vida pueden agruparse en:
• Escalas o índices de problemas específicos: actividad, validismo u otros. En este grupo aparecen entre los más conocidos los Índices de Karnofsky y las escalas o índices de Katz y Lawton.
• Pruebas o escalas de evaluación psicológica: el Inventario de Personalidad de Eysenck, el Cuestionario General de Salud, la Escala de Ajuste Psicológico a la Enfermedad y el Inventario Breve de Síntomas.
• Instrumentos especialmente diseñados para evaluar calidad de vida: el Índice de Spitzer y el Índice Funcional de Vida en Cáncer.
Estos últimos, según Lara-Muñoz,
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