ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Habilidad Del Pensamiento


Enviado por   •  26 de Enero de 2015  •  2.596 Palabras (11 Páginas)  •  208 Visitas

Página 1 de 11

INTRODUCCION

En este libro encontraras diferentes historias recopiladas de diferente autores, que te ayudaran a pensar o analizar muchas cosas de tu vida diaria y sé que con algunas historias te podas identificar, espero y te sirva de mucho cada una de estas historias y puedas aplicarla en tu vida para bien.

Historia No. 1

Matilda Cabtree

Fue una sucesión de errores trágicos. Matilda Crabtree, de catorce años, quiso hacerle una broma a su padre: salió de un armario dando un salto y gritando “¡Buuu!” mientras sus padres entraban en casa a la una de la mañana, después de visitar a unos amigos.

Para Bobby Crabtree y su esposa pensaron que Matilde quedaba esa noche en casa de unos amigos. Al oír ruidos mientras entraba en su casa, Crabtree buscó una pistola calibre 357 y entró en el dormitorio de Matilda para investigar. Cuando Matilda salió de un salto del armario, Crabtree le disparó al cuello. Matilda Crabtree murió doce horas más tarde.

Historia No. 2

Mañana no me traigas Manzanas

Mañana fría de 1942. En un campo de concentración, un joven mira a través de la cerca de alambre con púas y ve a una muchacha, linda como la luz del sol. La chica también lo ve, y su corazón salta como un cabrito perseguido por un enjambre de avispas. Ella quiere expresar sus sentimientos y le arroja una manzana roja a través de la cerca. La manzana le trae vida, esperanza y amor. El muchacho la recoge y un rayo de luz ilumina su mundo de oscuridad. El joven no duerme aquella noche. El rostro angelical y la sonrisa tímida de la joven vienen a su recuerdo.

Al día siguiente tiene unas ganas locas de volverla a ver. Se aproxima otra vez a la cerca y para sorpresa suya, ve de nuevo a la joven. Ella aguarda la llegada misteriosa del joven que tocó su corazón. Allí está, con otra manzana roja en la mano. Hace mucho frío, el viento helado sopla produciendo un lamento triste. A pesar de eso, dos corazones son calentados por el amor mientras la manzana atraviesa la cerca. El incidente se repite por varios días. Dos jóvenes en lados opuestos de la cerca, se buscan uno al otro. Sólo por un momento. Apenas para intercambiar miradas tiernas.

El encuentro es llama que flamea. El sentimiento inexplicable de ambos es el combustible.

Cierto día, al fin de esos momentos dulces, el joven le dice con expresión triste: Mañana no me traigas la manzana. No estaré más aquí; me están enviando a otro campo de concentración. Aquella tarde el muchacho se va triste con el corazón quebrado. Tal vez nunca más vulva a verla.

Desde ese día la imagen linda de la joven dulce aparece en su mente en momentos de tristeza. Sus ojos, las pocas palabras, la manzana roja. Para él todo es alegría en la tristeza. Su familia muere en la guerra. Su vida es casi destruida, pero en los momentos más difíciles la imagen de la chica de sonrisa tímida le trae alegría, aliento y esperanza.

Los años pasan, los años pasan. Un día, en Estados Unidos, dos adultos se conocen por casualidad en un restaurante. Conversan de la vida. Hablan de sus encuentros y desencuentros.- Bueno, ¿dónde estuviste durante la guerra? Pregunta la mujer.

Estuve en un campo de concentración en Alemania, responde el hombre.

Yo recuerdo que le arrojaba manzana a través de la cerca a un joven que también estaba en un campo de concentración recuerda ella.

Con el corazón casi saliéndole por la boca, el hombre balbucea:

¿Y ese muchacho te dijo un día: “mañana no me traigas la manzana porque me están llevando a otro campo de concentración?

Sí responde ella, presintiendo algo maravilloso, pero ¿Cómo puedes tú saber eso?

Él, la mira a los ojos, como se mira a una estrella, y le dice:

Yo era ese muchacho.

Silencio. Tantos recuerdos, tanta nostalgia, tanta esperanza, de volverla a ver. Las palabras casi no le salen, pero continúa.

Me separaron de ti aquel día, pero nunca perdí la esperanza de volver a verte. ¿Quieres casarte conmigo?

Se abrazan bien fuerte, mientras ella susurra a sus oídos: Sí claro que sí, mil veces sí.

Historia No. 3

Un huésped de dios

En una ocasión tuve una relación sentimental de lo más hermosa, o al menos así lo creía yo. Pero un día se acabó. He oído historias de personas que de repente han abandonado a su familia y no han vuelto nunca más. Nadie se levanta un día y se dice “se ha acabo” . Y decide terminar su relación sentimental; o al menos así lo creía hasta que me ocurrió a mí.

Yo soy una de esas personas que necesita hablar… o al menos analizar una situación, comprender, perdonar y ser perdonada.

Pero hay quien no puede soportar esa clase de charlas.

O quizá no quiere quedar demasiado expuesto al mantenerlas. Sea por la razón que sea, esta clase de personas parecen preferir extirpar quirúrgicamente a su pareja de su vida quemar el puente que los une, lanzar una bomba en el hermoso jardín que podría haber sido una amistad que durara toda la vida.

Aquél hombre sin embargo, me hizo un regalo. Con el tuve la experiencia de un amor que no entraba en conflicto con mi mayor sensación de tener una misión que realizar en la vida. Por primera vez parecía no haber una competición, una escisión, entre mi vida sentimental y mi carrera profesional. Podía decidir ser un rehén de mi ego o un huésped de dios. Sé que no es posible dejar ir a una persona – La clase de desprendimiento que la libera no solo a ella sino también a ti – Sin desearle lo mejor de todo corazón. No bastaba con decir: “Te dejo ir”, sino que también tenía que poder decirle: “Te dejo ir y le ruego a dios que los ángeles te acompañen. Te dejo ir y espero que tus sueños se hagan realidad. Te dejo ir y espero que seas feliz”.

Historia No. 4

El éxito está en ti

Tengo una amiga que es una fantástica cantante que lleva años entusiasmando al público con su voz. También es una mujer guapísima. Todo el mundo le ha dicho siempre que estaba destinada a ser una estrella. Pero ¿alcanzó ella su gran oportunidad a los veinte, a los treinta o incluso a los cuarenta?, No, porque como nos ocurre a muchos, sus demonios se lo impidieron durante años. Era capaz de perderse una reunión importante porque tenía una resaca o decía lo incorrecto a un ejecutivo de una discográfica porque su estilo era inmaduro.

Saboteó sistemáticamente su propio éxito. Sólo fue al cumplir los cuarenta cuando todas las piezas de su vida empezaron a encajar, por fin su talento y su personalidad se habían

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (14 Kb)
Leer 10 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com