Historia Y Evolucion De La Cocina O Estufa
Enviado por zacarias_18 • 25 de Mayo de 2013 • 962 Palabras (4 Páginas) • 1.135 Visitas
HISTORIA Y EVOLUCIÓN DE LA ESTUFA
Historia de la estufa
En 1892, una década después de que Edison diera a conocer la lámpara incandescente, los inventores británicos R. E. Crompton y J. H. Dowsing patentaron la primera estufa eléctrica para uso doméstico.
El nuevo aparato consistía en un alambre de alta resistencia enrollado varias veces alrededor de una placa rectangular de hierro. El alambre, que al conducir la electricidad adquiría un brillo blanco anaranjado, estaba situado en el centro de una pantalla parabólica que concentraba y difundía el calor en un haz.
No tardaron en aparecer modelos perfeccionados de estufas eléctricas, y dos de los más notables fueron el de 1906, debido al inventor Albert Marsh, de Illinois (EE. UU.), cuyo elemento irradiante, de níquel y cromo, podía alcanzar temperaturas al rojo blanco sin fundirse; y la estufa británica de 1912, que sustituyó la pesada placa de hierro en la que se enrollaba el alambre calefactor por un elemento ligero de arcilla refractaria, con lo que se consiguió la primera estufa eléctrica portátil realmente eficaz.
La estufa
De la leña a la estufa de gas, breve historia del fuego en la cocina.
Primero era el espacio, luego el humo, después los olores... Tuvieron que pasar muchos años de desarrollo tecnológico, para que tú pudieras usar la estufa de tu cocina cómodamente.
Tres piedras y unas cuantas ramas secas concibieron una fogata la cual hizo posible cocinar los alimentos. Así nació el fogón, que durante varios siglos predominó en todo el mundo.
Posteriormente, en el S.XVII, se le unieron el adobe y el ladrillo, así nacían las primeras estufas de piedra que consistían en una cámara alimentada con carbón o leña. Éstas realizaban dos funciones primordiales: cocinar y proporcionar calor a las viviendas. Pese a ello, tenían una desventaja: ocupaban un espacio muy grande dentro de la casa y el humo que emitían era muy molesto. Por ello, la búsqueda insaciable de mejorarla continuó en la línea del tiempo.
Benjamín Franklin, en el S.XVIII perfeccionó las estufas cerradas de leña con un modelo de hierro que guardaba más calor con menos combustible. La estufa de Franklin sólo cumplía con la función de calefacción para los hogares; modelos posteriores fueron disminuyendo en cuanto a dimensión, pero aún representaban un peligro inminente por estar hechas de hierro. Todas usaban leña como combustible; sin embargo, ante la escasez debida a la sobreexplotación, su precio ascendió, lo que condujo al uso de otros recursos naturales como el gas.
Durante el S.XIX comenzó la era de las estufas de hierro usadas para cocinar y no sólo como calefacción. Eran máquinas enormes, provistas de tubos de escape conectados a una chimenea con una instalación para calentar agua. El inglés James Sharp patentó la primera estufa de gas propano, la cual no tuvo mucha aceptación debido a que se consideraba a dicho gas un combustible venenoso con potencial explosivo, y
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