IMPRESORAS 3D
Enviado por julian20xd • 19 de Abril de 2014 • 2.688 Palabras (11 Páginas) • 327 Visitas
IMPRESORAS 3D
Una impresora 3D es una máquina capaz de realizar "impresiones" de diseños en 3D, creando piezas o maquetas volumétricas a partir de un diseño hecho por ordenador. Surgen con la idea de convertir archivos CAD en prototipos reales. En la actualidad son utilizados para la matricería o la prefabricación de piezas o componentes, en sectores como la arquitectura y el diseño industrial. El sector en el que este tipo de herramientas resulta más común es el de las prótesis médicas, donde resultan ideales dada la facilidad para adaptar cada pieza fabricada a las características exactas de cada paciente.
Los modelos comerciales son actualmente de dos tipos:
● de compactación, en las que una masa de polvo se compacta por estratos.
● de adición, o de inyección de polímeros, en las que el propio material se añade por capas.
Según el método empleado para la compactación del polvo, se pueden clasificar en:
● Impresoras 3D de tinta: utilizan una tinta aglomerante para compactar el polvo. El uso de una tinta permite la impresión en diferentes colores.
● Impresoras 3D láser: un láser transfiere energía al polvo haciendo que se polimerice. Después se sumerge en un líquido que hace que las zonas polimerizadas se solidifiquen.
Una vez impresas todas las capas sólo hay que sacar la pieza. Con ayuda de un aspirador se retira el polvo sobrante, que se reutilizará en futuras impresiones.
Desde baratija de plástico con forma extraña, hasta armas capaces de matar e incluso, prótesis de órganos. Las impresoras 3D son ---o llegarán a ser--- capaces de traer a la realidad prácticamente cualquier cosa que nos imaginemos.
¿Por qué, entonces, hasta los más apasionados proponentes de la impresión en 3D, nos demuestran esta tecnología con ejemplos aburridos? Perillas de lavavajillas. Reguladores de luces. Repuestos para carritos de lavandería.
“Esa es la pregunta del millón de dólares,” dijo Alyssa Reichenthal, quien trabaja en 3D Systems. Pareciera que en este momento, la impresión en 3D se trata más del potencial de la tecnología que de algo práctico.
La tecnología detrás de la impresión 3D se ha usado en la fabricación comercial por décadas, pero aparatos domésticos de compañías como 3D Systems, MakerBot y Affinia han abierto la tecnología a más usuarios en los últimos años.
Y no solo la tecnología para imprimir está acercándose más a los usuarios domésticos. Sino también la que permite crear lo que se va a imprimir.
Muchos servicios de impresión en la nube, como Shapeways, Kraftwurx, iMaterialise o Cubify, ofrecen plantillas que permiten diseñar o personalizar objetos por internet.
Tal vez en poco tiempo alguien descubrirá la idea del millón de dólares que hará que las impresoras 3D sean tan vitales y necesarias que será difícil recordar cuando nos preguntábamos “¿para qué otra cosa puede servir una impresora 3D?”
Esos diseños se imprimen después en máquinas industriales en más colores y materiales de los que se pueden costear en casa, y los envían por correo a domicilio.
Ventajas. La personalización detallada que permite la impresión 3D es uno de sus beneficios. Pero no el único.
No hay mayor frustración que cuando se rompe una pieza de plástico y la cosa a la que pertenece deja de funcionar. La pieza puede ser barata, pero si no la encuentra, no hay nada que hacer.
Con la impresión 3D,e so cambia porque se puede encontrar una amplia colección de diseños para piezas pequeñas, desde elementos básicos hasta lavadoras, disponible en Internet, en bibliotecas de diseño como Thingiverse, cuyo almacén crece cada día. Y las posibilidades que ofrece van desde un gancho para abrigos para su Volvo C30 hasta fichas de reposición para el Scrabble o incluso, adaptadores que unen productos que no fueron hechos para usarse juntos.
Además de la satisfacción de reparar sus propias cosas, también está el ahorro en costos. Los aficionados a los carros antiguos son un grupo exclusivo que ha encontrado verdaderas ventajas en la impresión 3D. Ryan McMaster, mecánico ingeniero en Reno, Nevada, dijo que usó la impresión 3D para ayudar a su madre a restaurar su Mustang Coupé 1966.
“Por todas las piezas de esos autos te cobran un brazo y una pierna,” dijo. “Ahora, sencillamente, haces sus propias piezas”.
Otra de sus aplicaciones sería en la investigación. Mary-Margaret Murphy, estudiante de posgrado en antropología en la Universidad de Montana, está investigando cómo usar la impresión 3D para replicar cráneos de osos pardos (y, al final, también humanos), para que los científicos puedan compartir modelos que de otra forma son artefactos frágiles y raros en cualquier parte del mundo.
Propiedad intelectual. Pero compartir “información” física no siempre quiere decir usurpar el diseño de alguien.
Entre los primeros en adoptarla, hubo diseñadores de joyería, arquitectos y científicos. Sin embargo, es factible que, en este momento, la mejor aplicación posible de la impresión 3D esté en el cerebro de las personas que la están usando.
En una reciente conferencia sobre impresión 3D en Nueva York, había muchísimos maestros e ingenieros. Y los más entusiastas concuerdan en que la tecnología es mucho más que objetos.
“No se trata de la impresión. Se trata de cómo empiezas a ver el mundo,” dijo Justin Levinson, consultor en tecnología en Nueva York, que ha estado usando la impresión 3D por varios años. “Empiezas a pensar: 'puedo resolver mis propios problemas’”.
La idea de la impresión en tercera dimensión, que permite convertir a cualquier consumidor en productor, dejará de ser sólo un concepto para convertirse en una industria de consumo masivo durante los próximos dos años, explicaron emprendedores.
"Actualmente se está preparando una producción masiva de impresoras 3D para que lleguen a México y esperamos que en los próximos dos años ya se puedan comercializar en tiendas departamentales" dijo el director de ingeniería de la comercializadora mexicana de impresoras 3D Insoft, Javier Cruz.
Actualmente Insoft ya comercializa estas impresoras en México a nivel industrial; Cruz dijo que la popularización de estas impresoras produjo un abaratamiento en su costo, lo cual será un factor clave para que la tendencia temporal salte a convertirse en canón masivo.
"Gracias a que ha bajado el costo estas impresoras tienen potencial de ser masivas; hace dos años podías encontrarlas en 30,000 dólares y hoy las puedes encontrar en 3,000 dólares, pero seguirán bajando hasta que cuesten menos de 1,000 o incluso 500 dólares", comentó Cruz, en entrevista
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