Ingeniero Civil
Enviado por rogervargas • 16 de Mayo de 2012 • 937 Palabras (4 Páginas) • 499 Visitas
La crisis de la deuda para los no economistas
Para el ciudadano de a pie términos como deuda soberana, agencias de rating o los CDS siguen siendo desconocidos pese a su importancia en la crisis económica. Sin embargo, sí que pueden resultar más familiares otras como los problemas de morosidad, la dificultad para encontrar financiación o la reunificación de deudas que guardan mucha similitud con los primeros y nos pueden servir para entender mejor lo que está ocurriendo en el mercado de bonos y en qué consiste la actual crisis de la deuda.
En la actualidad los Gobiernos tiene diferentes formas de acceder al dinero. La primera y más obvia fuente de ingresos son los impuestos, pero no es la única. El Estado también consigue capital a través de las empresas estatales y de las adjudicaciones y de los préstamos que hace a empresas, emprendedores e incluso otros países. A estas hay que añadir la de emitir deuda, algo que se lleva haciendo ‘toda la vida’ pero que en los últimos años se ha disparado y complicado al mismo tiempo.
Las emisiones de deuda del estado son las Letras del Tesoro, obligaciones, bonos… En funcionamiento de estos productos es relativamente sencillo y en cierto sentido se asemeja al de un depósito a plazo -aunque es cierto que existen varias diferencias-. El Estado se compromete a dar una rentabilidad al inversor a cambio de su dinero por un determinado tiempo. ¿Cómo se determina esta rentabilidad? Por la reputación de quien emite la deuda y esta se mide a través de los ratings que elaboran las agencias de calificación de riesgos. Estas disponen de un sistema de puntuación para medir la calidad de la deuda de cada país y, lo que es más importante, su capacidad de pago, ya que un país, como una empresa, también puede quebrar y ser incapaz de pagar su deuda.
Tal y como ocurre con cualquier tipo de inversión, cuanto mayor es el riesgo potencial que debemos asumir, ma-yor es también el beneficio esperamos obtener. Por eso, por ejemplo, la Bolsa ‘promete’ rentabilidades mayores que por ejemplo un depósito. En el primer caso un inversor podría perder todo su dinero, mientras que en el se-gundo el dinero está asegurado, de ahí que para que correr el riesgo merezca la pena los beneficios también de-ben ser importantes.
Con la deuda soberana ocurre algo parecido. Si el riesgo de impago es alto, los intereses que deberá pagar un Estado por emitir deuda -es decir, la remuneración que debe ofrecer a quienes compran su deuda- estarán en concordancia. Por eso mismo, el coste de las emisiones de letras del tesoro del España se ha disparado en las últimas semanas. El rating de las agencias no es el único baremo que utilizan los especuladores para determinar la calidad de la deuda de un país, pero sí uno de los más importantes. Por eso, una rebaja de rating supone una subida casi inmediata del coste de emitir deuda, ya que en teoría supone que la región
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