La Educación Liquida Contra La Educación Solida

LA EDUCACIÓN LÍQUIDA CONTRA LA EDUCACIÓN SOLIDA

La educación en la modernidad… Retos y oportunidades

“Los líquidos, a diferencia de los sólidos, no conservan fácilmente su forma. Los fluidos, por así decirlo, no se fijan al espacio ni se atan al tiempo. En tanto los sólidos tienen una clara dimensión espacial, pero neutralizan el impacto —y disminuyen la significación— del tiempo, los fluidos no conservan una forma durante mucho tiempo y están constantemente dispuestos (y proclives) a cambiarla; por consiguiente, para ellos lo que cuenta es el flujo del tiempo más que el espacio que pueden ocupar… En cierto sentido, los sólidos cancelan el tiempo; para los líquidos, por el contrario, lo que importa es el tiempo… Estas razones justifican que consideremos que la “fluidez” o la “liquidez” son metáforas adecuadas para aprehender la naturaleza de la fase actual —en muchos sentidos nueva— de la historia de la modernidad”.

Zygmunt Bauman

El siglo XXI se caracteriza porque el mundo está en constante cambio, estamos en un proceso de transmutación de la cultura solida a la cultura líquida, lo que impone la necesidad de reinventar la escuela de los nuevos tiempos, en virtud de que las tecnologías digitales se han convertido en omnipresentes en nuestra vida cotidiana, estamos asistiendo a un creciente desarrollo de experiencias pedagógicas, apoyadas en internet: email, videoconferencias, foros, chats, blogs, wikis, redes sociales, etc., advierte el investigador Zygmunt Bauman.

La cultura actual es intangible, variable, intercambiable, interactiva, de consumo inmediato, , en permanente transformación se ha vuelto líquida, se adapta a los tiempos, las necesidades, las condiciones, al momento, como el agua, en contraste con la solidez de la cultura de los dos siglos precedentes sustentada en soportes físicos estables como el papel, la digitalización nos muestra un conocimiento mutable, relativo, las modas efímeras de las ideas, valores y costumbres, de cambio permanente, de permisividad de las diferencias, pero también de incertidumbre en el futuro, asevera en sus conferencias Bauman.

Debemos estar consientes de que vivimos tiempos líquidos, para sobrevivir a esta circunstancia debemos adaptarnos, cambiar nuestros paradigmas, para poder seguir adelante, adentrarnos sin miedo en las aguas de la información que se transmuta permanentemente. La información ya no tiene límites y por ende la educación debe desarrollar nuevos modelos, para formarnos en la democracia, en el análisis, en la selección y con un carácter crítico, reflexivo en la información.

Los maestros y los alumnos debemos vivir juntos esta transformación, sin reticencias, sin miedos. Porque es un cambio que nos abre a nuevas oportunidades, nos da la oportunidad de establecer las bases de una educación adecuada a los nuevos tiempos, que permitirá la integración

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