Metal Mecanica

Autor: Víctor Franco Castro

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Los trasplantes, el genoma humano, la química biomolecular, la tecnología genética, la medicina biomecánica y las neurociencias, marcan la senda de algunos de los últimos avances en el campo de la investigación científica de vanguardia. Pero, la ciencia siempre ha tenido un gran interrogante: ¿cómo funciona la mente humana?

A propósito, un editorial de la Revista MUY INTERESANTE, precisa lo siguiente:

“Los historiadores del futuro distinguirán tres grandes revoluciones científicas. La primera fue iniciada por Copérnico con su teoría heliocéntrica; Darwin pilotó la segunda, con su atrevida aseveración de que descendemos de los monos. Hoy estamos en los albores de la tercera revolución, probablemente la definitiva: gracias a las neurociencias, empezamos a intuir que la mente humana tal vez no sea más que una maravillosa biomáquina. La más perfecta de todas.”

Pues, a decir verdad, hemos aprendido más sobre la mente humana en los últimos diez años que en los veinte siglos anteriores. Gracias a las nuevas tecnologías, los neurocientíficos han conseguido mirar dentro de cerebros vivos y estudiar su funcionamiento. Cada día que pasa se encuentran otras sorpresas.

1. ¿QUÉ SABEMOS HOY?

Hoy, se sabe que el cerebro pesa un promedio de 1 380 gramos en el hombre y 1 250 gramos en la mujer. Que contiene unos 30 mil millones de neuronas, cifra cercana al de las estrellas de nuestra galaxia. Que sus casi 100 trillones de interconexiones en serie y en paralelo proporcionan la base física que permite el funcionamiento cerebral. Y que, gracias a los circuitos formados por las células nerviosas o neuronas, es capaz de procesar la información sensorial procedente del mundo exterior y del propio cuerpo, y emitir las respuestas que mueven nuestros músculos, el aprendizaje, la imaginación y la memoria. Precisamente, sobre la relación entre el cerebro, la inteligencia y el aprendizaje se han realizado algunos estudios que podrían provocar toda una revolución en el campo educativo. Desde ya, en nuestro país se han introducido algunas innovaciones experimentadas que en el extranjero han tenido inusitado éxito (EEUU, España, Japón,...).

2. EL DESARROLLO INTELECTUAL Y LA ESTIMULACIÓN OPORTUNA

Considerando que las facultades intelectuales se encuentran ubicadas en el cerebro, resulta interesante analizar uno de los hallazgos más relevantes en este campo. Para nadie es ajeno que reviste especial importancia para el desarrollo intelectual de una persona, la interacción de su dotación genética (herencia) con el ambiente. Pero, la naturaleza de esa interacción tiene un componente esencial: EL TIEMPO. El siguiente gráfico sobre la famosa curva de desarrollo intelectual de Benjamín Bloom nos servirá para ilustrar la explicación posterior.

La progresión de la relación edad versus desarrollo intelectual, tiene una tendencia negativa. A mayor edad, el desarrollo intelectual se torna cada vez más lento. A los cuatro años, un niño posee el 50% de la inteligencia que tendrá cuando sea adulto, mientras que a los ocho años habrá obtenido el 80%. El área sombreada que circunda a la curva principal indica un margen de probabilidad en el que se pueden producir cambios. Cuantos más años vaya acumulando una persona, la probabilidad de que se produzcan cambios en la inteligencia es difícil. ¡Qué horror! ... a partir de los ocho años, sólo tenemos un margen del 20% para ampliar nuestro bagaje intelectual. Sobre estos supuestos, surge una palabrita mágica: ESTIMULACIÓN TEMPRANA: más aún, siendo la dimensión temporal un aspecto clave en este proceso, habría que variar el rótulo convirtiéndola en ESTIMULACIÓN OPORTUNA, tal como propusiéramos

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