Negocio competitivo

Justo en el momento en que usted se sienta a cenar, suena el teléfono y resulta que se trata de otra compañía de larga distancia que le promete tarifas más bajas si se cambia con ella. Aquí están las malas noticias – la cosa va a empeorar-. La guerra de negocios más competitiva de lo que se tenga memoria aparece en el horizonte y AT&T se alista recortando costos de operación y empleos, desconcentrando equipo y unidades de computación, y gastando miles de millones de dólares en publicidad, nueva tecnología y adquisiciones,

Después de que un juicio a mediados de la década de los ochenta preparó el camino para que MCI, Sprint y otros operadores de larga distancia amenazarán el dominio de AT&T, la compañía perdió 30% de participación en el mercado de larga distancia. A mediados de la década de los noventa, como parte de sus esfuerzos para volver a ganar negocios, AT&T desplegaba cientos de anuncios por televisión, muchos acusaban a su gran rival, MCI, de engañar y molestar a los clientes. La compañía también reforzó sus sistemas de reconocimiento del ambiente externo, computarizando su red de profesionales de inteligencia para que todos en la compañía pudieran estar conscientes de las amenazas de la competencia.

Ahora, la desregulación gubernamental norteamericana genera más inquietudes al liberar de obstáculos el camino para que las compañías operativas regionales de Bell y GTE, la mayor compañía de telefonía local de Estados Unidos, compitan con AT&T en el mercado de larga distancia, al mismo tiempo que AT&T, MCI y Sprint podrán prestar servicios locales de telefonía, así como de larga distancia. Si los reguladores del gobierno aprueban la fusión de British Telecommunications y MCI, AT&T enfrentará batallas más difíciles. La compañía invierte millones de dólares en el desarrollo de redes locales y está adquiriendo otras compañías y conjuntando alianzas estratégicas, como una asociación con Unisource – un grupo de empresas europeas – para ampliar su capacidad de atender nuevos mercados. Con el fin de reforzar todavía más su posición competitiva, AT&T tiene la posibilidad de readquirir alguna de las unidades regionales de Bell o un activo como una compañía de televisión por cable. En estos tiempos impredecibles en que los nuevos competidores salen de sitios desconocidos a causa de la desregulación, la privatización y el rápido cambio tecnológico, los ejecutivos de AT&T saben que no pueden darse el lujo de ser complacientes.

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