Preparatoria Regional de Tlajomulco de Zúñiga.

Carla Isabel Camacho Serrano.

El placer.

Identidad y filosofía.

5°B T/V

Preparatoria Regional de Tlajomulco de Zúñiga.

Prefacio.

Parece que tal tema es uno de los objetivos de la vida en cada aspecto de ella. Suena también a un requisito a cumplir para entender lo que es satisfacción.

Empero ¿qué es el placer? Según el diccionario Encarta es: Agradar o dar gusto; y quizá a grandes rasgos eso viene siendo, más no por ello la moralidad perdona lo que consecuentemente provoca en ciertas áreas del humano… así que ¿el placer es correcto?, en primera instancia da a pensar que sí porque es algo que la mayoría se afana en conseguir, y una vez perdida se quiere volver a obtener.

Pues bien, según como ha sido planteado sólo existe como el resultado de algo, una elección tal vez.

Mi hipótesis es: ¿El placer es un bien?

El placer: uno de los sentidos  de la vida.

Habitualmente a los niños se les enseña que el placer es algo bueno, (por supuesto que omitiendo el término, sólo dejando ese resquicio de que si resulta agradable, es bueno). Al transcurso de sus etapas de socialización llega la adolescencia y con ella el picor que produce la transformación biológica que incita el erotismo y en ese punto el adolescente anhela así como se cohíbe del placer (erótico en este sentido), porque desvela con la edad algo que en la puericia no era visible. El adolescente se convierte en adulto, lo que significa que ya carga con el peso de la moral, la ética y además su propia idiosincrasia; el placer ahora opta por inmiscuirse en todas o casi todas las circunstancias del individuo en esta parte de la vida, dígase en profesional, familiar, sentimental, etc. Sin embargo lo que queda claro en muchas culturas es que el placer es digno de censurarse, ya sea sólo a un sector específico o en general.

Probablemente al rozar los 60 años y en adelante, el individuo percibe que el placer ha significado en su existencia: agrado, satisfacción, felicidad, belleza o bondad (en cuanto a la sensación de bienestar refiere).

Las doctrinas filosóficas que estudiaron este fenómeno le dieron su propia explicación para rellenar la interrogante del porqué de la razón de ser del placer; Spinoza Baruch por ejemplo creía que se trataba de algo bueno moralmente hablando y para otros como los hedonistas cirenaicos el propósito del placer es alcanzar la felicidad. En cada cual hay una respuesta para hallarle el sentido a ésta y que a la vez esa respuesta signifique un sentido aplicable o respectivo en la vida y ninguno es propiamente perverso.

Al adquirir el significado principal del placer, el sentido es el de la recompensa.

Un detonante de la felicidad.

Los epicúreos al contrario de los hedonistas no lo ven como el camino directo hacia la felicidad; ellos creen acerca del placer que es uno de los peldaños a escalar, nada más. La preocupación del epicúreo era el averiguar cómo vivir feliz y las cuestiones placenteras son en suma, de lo más importante para conducir al humano a una cierta autorrealización, según ellos.

Claro que el epicureísmo exige una metódica equilibrada, pragmática quizá para saber sobrellevar la vida dentro de su ideal bienestar, pues tengamos en cuenta algo: “el dolor es inevitable, sufrir es opcional”, quiero decir que por supuesto dicha corriente no te ofrece las instrucciones hacia una vida dichosa y sin problemas, sino que sólo profesan consejos para que se deserte de las perturbaciones que atenten contra la felicidad.

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