Quién paga tu café

¿Quién paga tu café?

El largo trayecto al trabajo en transporte público es una experiencia común en la vida de las grandes ciudades de todo el mundo. El camino al trabajo combina lo que es universal con lo individual.

Pero existe un lugar, colmado de paz y abundancia, que puede tentarlos a retrasarse algunos minutos, Starbucks.

Encontraras esta clase de cafeterías tan convenientemente ubicadas en todas las partes del mundo dirigidas al mismo tipo de trabajadores desesperados. Un capuccino grande de Starbucks, de 2.55 dólares, no es nada barato, pero quienes lo consumen ganan el costo de ese café cada diez minutos. A ninguno de nosotros nos interesa perder el tiempo a fin de ahorrar unas monedas, buscando un café más barato a las 8:30 am. Las cafeterías bien ubicadas tienen una demanda enorme.

El café contenido en ese capuccino cuesta unos pocos centavos; la leche, la electricidad y el costo de los vasos de papel, el valor al que llegamos sigue siendo menor al precio de la taza de café. El margen de ganancia del café ronda el 150%.

Alguien está ganando mucho dinero ¿Quién será? ¿Howard Schultz, el dueño de Starbucks?

La ventaja más significativa de Starbucks es su ubicación privilegiada en el camino que separa a los trabajadores de sus destinos, en las esquinas de las calles muy transitadas. Por lo tanto, el buen margen de ganancia que Starbucks obtiene se debe principalmente a su ubicación.

¿Quién controla la ubicación?

El propietario del local puede firmar un acuerdo con cada una de las cadenas de cafeterías o firmar un contrato de exclusividad con una sola. Ninguna cadena estará entusiasmada por pagar mucho dinero por un local que se encuentra junto a otras diez cafeterías. Hay media docena de compañías que compiten entre sí y un solo propietario.

La cantidad de cafeterías potenciales es ilimitada y la cantidad de ubicaciones atractivas es reducida: esto significa que el propietario lleva las de ganar.

“Pocas compañías ganan dinero por el alto costo de mantener puntos de venta minoristas en ubicaciones privilegiadas, donde hay una importante circulación de personas”.

El poder que proviene de la escasez

David Ricardo era un economista entusiasta, que ansiaba comprender qué le había sucedido a la economía británica durante las guerras napoleónicas: el precio del trigo se fue por las nubes y los precios de los arrendamientos de las tierras cultivables hicieron lo mismo.

Imagina una frontera agreste con pocos colonos y una gran cantidad de tierra fértil lista para el cultivo. Un día un aspirante a agricultor llamado Axel llega al pueblo y ofrece pagar un arrendamiento a cambio del derecho a cultivar. Nadie sabe cuánto deberían cobrar. Al no haber escasez los terratenientes que compiten entre sí no podrán cobrar arrendamientos muy altos, cada uno prefiere cobrar arrendamientos bajos a no cobrar nada y cada uno ofrecerá un precio menor que el de sus rivales.

La persona que posee el recurso deseado no siempre tiene tanto poder como creeríamos. El poder de negociación proviene de la escasez: los colonos son pocos y las tierras abundan, los propietarios no tienen poder de negociación.

Si otro aspirante a agricultor llamado Bob llegara y se encontrara con que ya no hay tierra fértil disponible, la alternativa, cultivar en tierras de monte bajo, de menor calidad pero abundantes, no es atractiva. Bob está dispuesto a ofrecer más por una buena tierra fértil. Los propietarios han obtenido verdadero poder de negociación, porque súbitamente los agricultores son relativamente muchos; y las buenas tierras, relativamente escasas.

En el mundo real hay otros elementos que debemos toma en cuenta: leyes relacionadas con el desalojo, contratos a largo plazo e incluso normas culturales, tales como echar a una persona para instalar un nuevo inquilino al día siguiente es algo que simplemente <<no se hace>>.

La escasez relativa y el poder de negociación cambian de manos realmente rápido, y esto tiene un profundo efecto sobre la vida de las personas.

La tierra <<marginal>> tiene una importancia fundamental.

Si siguen llegando nuevos agricultores, en algún momento tendrán que cultivar todo el monte bajo. Cuando llegue Cornelius, un nuevo colono, sólo quedara disponible la pradera y empezaran de nuevo las negociaciones, los arrendamientos se incrementarán rápidamente. El valor del arrendamiento de los mejores terrenos siempre será igual a la diferencia entre el producto de la cosecha en ellos y cualquier otro que se encuentre disponible. Los economistas llaman a estas otras tierras <<tierras marginales>>, debido a que se encuentran en el límite entre ser o no cultivadas.

De las tierras de cultivo a los puestos de café.

Desde el punto de vista del sentido común, el café es caro porque las cafeterías deben pagar alquileres elevados. Hay dos cosas que determinan el costo del alquiler en ubicaciones privilegiadas: la diferencia en productividad entre un local y otro, y la importancia de la productividad.

Las buenas tierras implican costos de arrendamiento elevados, siempre y cuando el cereal que se produce en ellas también sea valioso.

Las ubicaciones privilegiadas para cafeterías impondrán alquileres elevados sólo si sus clientes están dispuestos a pagar precios altos por el café. Es su disposición pagar precios altos por un oportuno café la que determina que el alquiler sea elevado, y no a la inversa.

Modelos portátiles

La economía, en parte, consiste en la <<modelización>>, en articular los principios y patrones básicos que operan detrás de temas aparentemente complejos.

El modelo de Ricardo resulta útil para analizar la relación entre la escasez y el poder de negociación.

Los economistas eligen centrarse en ciertos aspectos, y la escasez es uno de ellos. Al hacer esto se dejan a lado muchas aspectos interesantes también, pero se ganan otras cosas gracias a ese enfoque: una de ellas es la comprensión del <<sistema>>, del sistema económico, que es mucho más abarcador de lo que la gente cree.

Las diversas razones de los altos costos de arrendamiento

¿Te molesta que te estafen? Muchas de las cosas de esta vida son caras. Por supuesto que, en ocasiones, ese costo

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