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Un ensayo es un género peculiar. Tanto un alumno de nivel medio-superior, pasando por un periodista, hasta un gran literato han usado el ensayo para exponer sus ideas y puntos de vista. No vamos a hacer un análisis profundo acerca del ensayo, la intención es guiarte en aprender escribir uno.

Un ensayo es un escrito sin reglas o normas claras. No tiene una extensión debida y menos indebida. Lo que posee es fuerza e intención, cuando se escribe un ensayo se demuestra capacidad para plantear algo importante, un descubrimiento, una novedad, una idea diferente. El escrito se convierte en algo especial, en él se deja mucho del pensamiento interior. Este tipo de texto es producto del ejercicio de reflexionar, dialogar, expresar una idea personal. Es producto de un análisis, de un acercamiento a constatar, aumentar, diferir, señalar, contradecir aquello que hemos leído, visto, escuchado y sobre todo: estudiado a fondo, con cuidado, con madurez intelectual.

Dentro de las características del ensayo la más importante -sin duda alguna- es el sentido personal del texto. En él, el ensayista plasma opiniones, puntos de vista y/o reflexiones respecto a un tema o tópico en específico. En este sentido, las opiniones, puntos de vista y reflexiones se definen como ideas o razonamientos que, a partir de la argumentación, buscan sustentar una tesis y por tanto persuadir al lector de la validez o rechazo de ésta.

Susana González Reyna afirma en su texto Periodismo de opinión y discurso que el ensayo “se escribe con el fin de crear en el público una reacción emocional” y por tanto no sólo se complace en informar, describir o exponer ideas. Lo verdaderamente relevante es su naturaleza subjetiva, por lo tanto, en él no se busca ni pretende probar una verdad absoluta. Va encaminado a la reflexión y a la formación de criterios, de ahí que José Ortega y Gasset defina al ensayo como “la ciencia sin la prueba explicita“.

Aunque los anteriores esquemas son muy representativos para exponer la estructura básica de un ensayo es recomendable no caer en esquematismos. El ensayista es y siempre será quien disponga de la organización de su texto. Lo que distingue el ensayo de otros escritos es que es un texto que busca la persuasión por lo que emplea un lenguaje claro y sencillo.

Si bien el ensayo es una posición personal con respecto a un tema, ello no exime al autor de brindar argumentos que validen sus afirmaciones. Por el contrario, debido a que es un texto libre de exposición de ideas, se requiere de argumentos que ayuden al lector a comprender la postura del autor. A continuación se enumeran los pasos que se pueden seguir antes de redactar el texto final:

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