Saberes Ancestrales Y Plantas útiles, La Industria Que Reemplazara Al Petróleo.

¿Por qué el futuro se encuentra en el pasado? El entendimiento de la riqueza nativa ancestral añadido al avance científico moderno de la medicina, pretende generar una mejor sociedad sustentada en términos económicos, ecológicos y ambientales. El conocimiento que por siglos los antepasados han tenido para subsistir saludablemente se encuentra en la sublime relación que han mantenido con la naturaleza. Otra razón es el saber aprovechar la tecnología actual para combinar con estos recursos naturales únicos y obtener una medicina natural exclusiva, adicionalmente así formar una fuerte industria farmacológica basada 100% en principios naturales que permita al Ecuador lograr un crecimiento en su balanza comercial. Así lo sostiene la ecuatoriana Monserrat Ríos, una de las principales gestoras en contribuir con el desarrollo socio ambiental y coautora del libro Plantas útiles del Ecuador – Aplicaciones, Retos y Perspectivas; además la reconocida bióloga ha sido conferencista de varios eventos enfocados en la exploración adecuada de recursos con fines económicos pero manteniendo una conservación del ecosistema como también de los pueblos ancestrales. (Ríos, 2008).1 En este trabajo se exponen las ideas centrales necesarias para saber explotar económicamente y al mismo tiempo responsablemente los recursos naturales del Ecuador y transmitir la conciencia de realizar las acciones adecuadas que vayan de la mano con el sistema nacional de áreas protegidas y su diversidad de plantas que poseen.

El conocimiento tradicional o también conocido como el saber ancestral es un tema muy extenso por su vinculación a las nacionalidades y pueblos aborígenes, en estos se puede encontrar una diversidad de sabidurías, que requieren de una investigación para crear una sociedad de bioconocimiento. También efectuando una estrategia que tiene como fin ofrecer un aprovechamiento ideal de los conocimientos de los pueblos nativos que yacen en la selva amazónica y poseen una gran sabiduría de la implementación benéfica de las plantas como medicina, que por más de diez mil años les ha dejado una enorme experiencia. Como por ejemplo, en el libro Conocimientos Tradicionales y Plantas Útiles del Ecuador, Saberes y Practicas de los autores Rodrigo de la Cruz, Arturo Mora y Montserrat Ríos (2008, p.18).2 dice: “Al relacionar las áreas protegidas con el saber ancestral y las plantas útiles, se demuestra lo imprescindible que es la flora para todos los habitantes de su territorio y se comprueba la intrínseca relación que existe entre un grupo humano y su ambiente, particularmente si se considera el alto número de especies vegetales con uso registradas dentro de este territorio. Este escenario indica que los recursos vegetales se deben evaluar a nivel cultural, psicológico y económico por la importancia que tienen, especialmente para las Nacionalidades y Pueblos Indígenas que con su conocimientos y prácticas tradicionales han manejado todo su entorno bajo parámetros de sostenibilidad”.

Sin embargo, los poblados no contactados en la actualidad generan un conflicto moral entre los que están de acuerdo en explorar y hasta aprovechar la riqueza guardada y entre quienes impulsan el respeto a la privacidad de estas comunidades no contactadas, apoyándose en formas de pensamiento más conservadoras. A pesar de eso se puede afirmar que los pueblos contactados y los sectores que poseen ya un resguardo como área protegida brindan una valiosa información para su correspondiente estudio y aprovechamiento, para generar una fuerte fuente de ingreso económico para el Ecuador.

Este análisis expone que con la velocidad y variedad especializada que la sociedad se mueve en estos días, es necesario

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