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TIC Y Sus Implicaciones En La Educación


Enviado por   •  28 de Mayo de 2012  •  2.043 Palabras (9 Páginas)  •  500 Visitas

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En la sociedad contemporánea, cuyo nombre de pila es “sociedad del conocimiento” (aunque se considera que en Venezuela estamos estancados en la “sociedad de la información”), el lugar del profesor (su valor simbólico) ha cambiado. El desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación ha posibilitado el surgimiento de lo que se puede denominar “una formula de desajuste” (Pages, A; 2005), cuyo particular despliegue en la red enfatiza, aunque también cuestiona, determinadas cualidades del docente como función: ¿desde dónde habla el docente cuando utiliza el correo electrónico? Habla desde la escritura (los mensajes) que lee el alumno. La escritura, lo asincrónico como forma novedosa de proximidad; se sumó a la oralidad, lo sincrónico de la presencia.

De ahí que el correo electrónico permite al profesor escribir a sus alumnos, a todos en general (foros virtuales) pero, especialmente, a cada uno en particular (buzón personal). Permite al profesor redactar un texto epistolar como una forma de acercamiento didáctico. Sin embargo, para ello es necesario que el profesor comprometa su supuesto saber. No hay docencia sin compromiso singular, de cada uno: compromiso que, por ejemplo, expresa el profesor cuando dice que sus alumnos “no saben nada”, o cuando dice que su grupo lo “esta siguiendo”. En la queja de sus alumnos anida la queja respecto de su propia práctica.

Dentro de este orden de ideas, en la década de los 90, el desarrollo de los primeros entornos digitales para la formación superior reformuló los supuestos sobre “dar clases”, y cuestionó algunos de los fundamentos tradicionales de la práctica educativa, entre los cuales habría que mencionar la autoridad, quizás también el autoritarismo, docente. La aplicación de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación a la educación se antepuso por encima de todos los procesos de aprendizaje, a partir de modelos centrados en el alumno, supuestamente adaptados al estilo y al ritmo de cada uno en particular y a sus posibilidades de organización independiente (Collis, B; Moonen, J. 2006).

La nueva tendencia produjo la subversión definitiva de los modelos centrados en el profesor, que ya habían sido cuestionados en el pasado desde otros modelos de renovación pedagógica que, desde el nuevo contexto, parecían agotar otros argumentos de continuidad. Surgió el significante “aula virtual” (Tiffin, J; Rajassingham, L. 1997) y la literatura sobre entornos virtuales proclamó, desde el trabajo en la Web pasando por la mediación del profesor y la cooperación entre iguales, que los ideales de autonomía e independencia en el aprendizaje podrían ser llevados a extremos inimaginables (Kirkwood; 2000). Los paradigmas actuales sobre el computador como un instrumento de la mente (Jonassen; 2001) han ido adquiriendo fuerza teórica y práctica desde los supuestos del cognitivismo, sin abandonar el marco de la racionalidad técnica al servicio del rendimiento y de la autorregulación como control.

Sin embargo, parece que hubiéramos perdido algo en el camino, a pesar de los avances en el diseño tecnológico y los nuevos paradigmas instructivos no se han fundamentado el valor simbólico de la función docente en estos contextos. Se habla mucho de e-learning, sin referirse a lo que, pudiéramos tal vez mal llamar e-teaching (Pages, A; 2005).

Naturalmente, podríamos preguntar qué representa el e-teaching respecto del e-learning, si se tratara de algo de orden explicativo, pero, resulta difícil clarificar las preguntas sin disponer de un referente filosófico que las delimite conceptualmente, más allá de la teoría de los modelos mentales o las simulaciones del computador.

Ahora bien, vamos a definir algunos conceptos preliminares que denominaremos, respectivamente, la función inconmensurable del saber y la dialéctica estandarización-particularización.

Enseñar es ocuparse del saber ¿por qué hablar de saber cuando podríamos hablar de conocimiento o de información? Los modelos actuales de “distributed learning” no mencionan el saber porque, como todo el mundo sabe, el saber “no ocupa espacio”, por lo tanto sería contradictorio enfatizar en el saber como forma de conocimiento e información. Si todo está en Internet (todo lo que podemos saber), entonces se agotó el saber. Afortunadamente no es así, pues el saber adolece de la función permanente de lo inconmensurable como modalidad básica del pensamiento. La función del pensamiento se constituye desde la perspectiva de lo “no sabido”, lo que Nicolás de Cusa (1400) denominó la “la docta ignorancia”.

De Cusa plantea el problema de lo incomprensible de lo sabido. Esta sociedad del saber utilizaría, a juicio de Cusa, la comparación como una forma de juzgar la verdad sin considerar que “.....todos los que investigan mediante la comparación con algo presupuesto como cierto, juzgan, proporcionalmente, lo incierto.....” (De Cusa, Ob. Cit.). Sólo se puede saber respecto de lo que no se sabe del todo; a ello corresponde una actitud de querer saber sobre la misma ignorancia. Lo incomprensible sería nuestro modo de aproximación a la verdad: en este contexto, no existe lo obsoleto, porque no se trata de algo que pueda envejecer o ser superado. Se trata de la función intelectual respecto del saber que no se sabe.

El saber estandarizado presupone su particularización. En ese caso ¿qué podríamos decir de la enseñanza en general y de la enseñanza virtual en particular? Para empezar, parecería que el adjetivo “virtual” trata de : a) lo posible; b) referido a lo real. Ambas cosas tendrían relación con pensar, sin embargo, lo que no queda claro, desde un debate que pretenda clarificar las prácticas vigentes en este campo sería, precisamente, si lo que llamamos “conocimiento” en lo virtual se puede pensar o si, en cambio, estamos ante un simple procesamiento de la información y nada más.

Es decir ¿existiría la posibilidad de formar a sujetos pensantes capaces de integrar un punto de insolvencia en el conocimiento empaquetado, en la información, en el dato; sujetos que pudieran vislumbrar la posibilidad de pensar a través de un entorno virtual? Esta sería la pregunta sobre la posibilidad de enseñar en entornos virtuales. Quizás más que una pregunta, se trate de un autentico problema.

Dentro de esta reflexión, y tomando en consideración el informe realizado por la Universidad Metropolitana sobre el Diagnostico de la Educación Superior Virtual en Venezuela (2003), en el país se tiene escasamente ocho (8) años en la incorporación del uso de las Tecnologías de Información y Comunicación (a partir de ahora TIC) en las prácticas docentes universitarias, muchas de las cuales se

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