80 Aniversario IDEC

Celebración de nuestra herencia: resolución sobre la fe,

identidad y la misión

“El cristianismo no es sólo histórico en sus orígenes sino en su

trayectoria a través de los siglos. De ahí que en cada época el

anuncio de la fe se ha encontrado con la cultura de los pueblos

para transformarlos, rescatándolos y dándoles la dimensión de

plenitud que sólo el Evangelio puede transmitir. La revelación

cristiana es histórica; y por ende cultural. Ningún hombre ha

escuchado la voz de Dios independiente de toda cultura”.1

En ocasión del 80 aniversario de la Iglesia de Dios Evangelio

Completo de Guatemala, presento a todo el Cuerpo Ministerial y

membresía en general, una felicitación efusiva porque hemos

arribado a 80 años de vida cristiana y pentecostal, proclamando

el glorioso Evangelio de Jesucristo. Mientras la noche avanzaba

en un día miércoles 13 de abril de 1932, El Señor Y Cristo dio

apertura a la primera iglesia pentecostal en Guatemala, la cual

penetró en todas las culturas y estratos sociales, fundando iglesias

de manera permanente en todo el país, hasta el día de hoy. El

ímpetu evangelístico, distintivo y fruto natural de una iglesia

pentecostal, le permitió extenderse a lo largo y ancho del país,

traspasando muy pronto las fronteras patrias: desde Guatemala

para Centroamérica, Sur América, México, Norte de África, España

y Asia. Y hace solo siete meses de haber adoptado siete pueblos

en el Estado de Rajastan, al Norte de la India.

1. (Paul Poupard, citado por Alfonzo Ropero, La misión cultural de la Iglesia en

el mundo postmoderno 20 abril 2011)

Enorme satisfacción nos produce los ochenta años de historia

cristiana y pentecostal en Guatemala, inspirándonos un profundo

respeto, admiración y reconocimiento por los pioneros y sus

sucesores, que guiaron la Iglesia hasta nuestros días. Este glorioso

caminar de la iglesia nos desafía a evaluar lo que hemos hecho

por ella y a identificar lo que se ha dejado de hacer.

Insto a cada iglesia local, a que nos unamos a la celebración de

nuestro ochenta aniversario, implementando nuestra misión,

reafirmando nuestra fe y reconociendo nuestra identidad cristiana

y pentecostal.

I. IMPLEMENTACIÓN DE NUESTRA MISIÓN:

POR CUANTO, la iglesia de Dios ha experimentado 80 años de

avivamiento desde el derramamiento del Espíritu Santo en 1932,

en la Ciudad de Totonicapán, Guatemala; y

POR CUANTO, Dios ha bendecido y prosperado abundantemente

a la Iglesia de Dios, tal como lo evidencia su crecimiento nacional

de más de 240,000 miembros, más de 3,400 ministros y más de

3,300 congregaciones: y

POR CUANTO, La Iglesia de Dios ha sido depositaria del Evangelio

transformador a través de la proclamación en el poder y dones del

Espíritu Santo.

RESUÉLVASE, POR LO TANTO, que nosotros reafirmamos nuestra

misión de perpetuar el evangelio completo de Jesucristo (Mateo

28:19, 20), en el Espíritu y poder del Pentecostés (Hechos 2:1-

4,6,13-18), mediante la atención y el énfasis específico en la

centralidad de la Palabra de Dios, la evangelización del mundo, el

discipulado, el desarrollo ministerial, el ministerio laico, la

mayordomía bíblica, el iglecrecimiento, el establecimiento de

iglesias, el enriquecimiento familiar y el liderazgo en el servicio;

y

RESUÉLVASE, ADEMÁS, que implementemos esta misión de

manera expeditiva (diligente, sin obstáculos), utilizando todo recurso

disponible, entendiendo la urgencia del ahora y reconociendo

nuestra dependencia en el poder del Espíritu Santo para alcanzar

efectivamente a nuestra generación para Cristo;2 y

RESUÉLVASE, ADEMÁS, que dependeremos del poder del Espíritu

Santo, de sus dones (carismas) operando sanidades, milagros y

prodigios en la proclamación poderosa y transformadora del

Evangelio de Jesucristo, a un mundo necesitado de un Dios que

ministre a sus necesidades reales.

II. REAFIRMACIÓN DE NUESTRA FE:

POR CUANTO, una de las fortalezas de la Iglesia de Dios ha sido,

y sigue siendo, nuestra insistencia en la autoridad de las Escrituras;

y

POR CUANTO, si nosotros hemos de perpetuar el Pentecostés en

su forma más pura y dinámica, debemos hacer todo lo posible

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