A Conducta Saludable Frente Al Escenario De La Personalidad Y Las Emociones

La conducta saludable frente al escenario de la personalidad y las emociones

A pesar de los avances realizados, continúan existiendo miles de millones de personas en todo el mundo que carecen de buena salud. No cabe duda que los aspectos biológicos, la personalidad y las emociones son factores que condicionan el cambio del comportamiento, cuando interactúan con los procesos sociales y culturales. Las actitudes son determinantes de la conducta que se definen como la tendencia a evaluar un objeto particular con un cierto grado de favor o rechazo. Los objetos de las actitudes pueden ser tantos elementos del entorno físico o social, personas, conductas o ideas abstractas.

Las conductas de salud son conductas en las que toma parte un individuo, cuando goza de buena salud, con el propósito de prevenir la enfermedad. Estas incluyen un amplio abanico de conductas, desde dejar de fumar, perder peso, hacer ejercicio hasta comer adecuadamente. El concepto de conducta de salud contempla esfuerzos en reducir conductas perjudiciales y poner en práctica las conductas que actúan como inmunógenos conductuales. De tal manera que, las conductas de salud no ocurren en un vacío, ya que para entender las mismas se deben estudiar los ambientes en que se dan. Por lo tanto, estos contextos involucran una serie de factores personales, interpersonales, ambientales que no son semejantes para todas las conductas de salud. Es así que, no es raro observar que en el repertorio de conducta de una persona residan a los mismos tiempos hábitos saludables nocivos.

En ese sentido, las llamadas conductas saludables o de riego se podrían argumentar como aquellas conductas en que las personas que realizan de manera directa o indirectamente, reducen o aumentan la posibilidad de contraer una enfermedad. Las conductas pueden tener como efecto tanto el aumentar los riesgos de contraer una enfermedad o condición flácida o declinar un estado anómalo existente, como el efecto contrario de reducir el peligro de enfermedad o contribuir a la detención de su progreso.

Las conductas de salud que ejecuta una persona asimismo pueden acatar a la apreciación subjetiva de síntomas claros, asumiéndola como una susceptibilidad percibida. Concebimos por ello, las percepciones individuales de la fragilidad personal a enfermedades o accidentes específicos. El entorno y la intensidad de estas percepciones pueden perturbar de modo importante a la hora de acoger o no una conducta concreta. No obstante, cuando una persona medita sobre la posibilidad de un cambio de conducta, no estimará sólo la susceptibilidad y la severidad, también valorará los beneficios y el valor de realizar una conducta de salud concreta.

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