A este lado del paraiso

JongHoon se entretuvo leyendo a los lejos los títulos de las revistas femeninas que descansaban en la pequeña mesa de la sala de espera de la maternidad, perdiéndose entre las letras de colores llamativos; Cosmopolitan, Vougue, Nylon, Arena, Dazed, fueron algunos que divisó. Intentó, de esa forma, despejar su mente para bajar el grado de ansiedad en esa mañana. Al despertarse por la mañana su corazón mantuvo un ritmo fuera de lo habitual, su energía era otra y sabía necesitaba tomárselo con calma.

La actividad fue interrumpida con entrada de otra pareja, levantó su cabeza y siguió con su mirada a la novedad. La mujer presentaba un embrazo avanzado, quizá ocho meses, pudo observar como su ombligo sobresalía en su figura convexa. Apartó la mirada con rapidez antes de que se sentaran, preocupándose porque lo reconocieran si indagaban sobre el hombre que mantenía la mirada fija en ellos. Volteó su rostro y dirigió su mirada al vientre apenas abultado de su prometida, en efecto, esbozó una sonrisa.

Ambos estaban sentados juntos, uno al lado del otro, unidos por el entrelazamiento de sus manos, buscando una forma de darse apoyo mutuo permaneciendo en silencio cuando una puerta se abrió y salió una joven mujer.

— Señorita Qian Song. — Llamó con voz áspera. — Puede pasar. — Sentenció una vez que fijó la vista en ellos reconociéndolos, sonrió con amabilidad, se dio media vuelta y entró al consultorio dejando la puerta abierta como invitación.

La primera en levantarse fue Qian, sorprendiendo a JongHoon por la firmeza que tuvo. El se limitó a seguirla, apretando su mano hasta llegar a interior de la habitación próxima, donde había soltado su mano y se ocupó en cerrar la puerta.

...