A partir la problemática descrita en la actividad de la guía 1

A partir la problemática descrita en la actividad de la guía 1; se desarrollarán un conjunto de argumentos que permiten explicar las causas y los efectos de dicha problemática a partir de la didáctica, la pedagogía y el aprendizaje autorregulado; permitiendo de esta manera establecer algunas conclusiones inherentes de la práctica docente.

En los procesos de aprendizaje de los individuos, es el mismo estudiante el participante activo y mayor factor de influencia en el éxito o fracaso de lo que se desea enseñar. En ese sentido, (klimenko y Alvares, 2008) explican que el proceso de aprendizaje “emerge como un mediatizador de la relación del ser humano con su medio, tanto objetal como social. Al mismo tiempo, el aprendizaje en sí mismo es un acto mediatizado o mediado por una serie de mecanismos como órganos de sentidos, redes conceptuales previas, paradigmas del pensamiento”. En ese sentido, estos último pueden modificar de manera sustancial el resultado esperado de aprendizaje, más allá de las estrategias, la didáctica, la pedagogía y la metodología utilizada para enseñar.

Adicionalmente, estos paradigmas pueden influir en el enfoque de aprendizaje seleccionado por el estudiante para su desarrollo que puede ser, como lo define (Morales, 2016) un enfoque superficial o bien un enfoque profundo; cuya diferencia radica principalmente en la motivación y el interés que tenga el estudiante en adquirir ese nuevo conocimiento.

Es así como el trabajo enfocado en la mitigación de dichos paradigmas de pensamiento puede ayudar a que el estudiante desarrolle de una manera más adecuada, rápida y eficiente su proceso de aprendizaje.

Adicionalmente, existen factores internos y externos que afectan los procesos de aprendizaje de los estudiantes como lo son aspectos biológicos, culturales, sociales, cognitivos y afectivo-emocionales. (Negrette, 2007); razones por las cuales el docente debe tener presente el contexto, el entorno, el medio y las características sociales de los estudiantes a los cuales les está generando el conocimiento, de tal manera que el proceso de aprendizaje se desarrolle de manera exitosa y con los resultados esperados.

En consecuencia, ha tomado fuerza una concepción del aprendizaje como proceso autorregulado donde “el mismo estudiante se convierte en el protagonista, constructor, director y administrador de su proceso de aprendizaje, lo cual está relacionado con el enfoque metacognitivo soportado en las dimensiones cognitivas y afectivo-emocionales del individo” (klimenko y Alvares, 2008).Así, el proceso de aprendizaje no sólo está limitado por la capacidad de aprender del estudiante, sino por su motivación y las emociones que le genera la adquisición de dicho conocimiento.

En conclusión, en las estrategias de enseñanza y pedagogía, se deben considerar los factores afectivo-emocionales de los estudiantes, así como el contexto y las condiciones sociales, culturales, biológicas y cognitivos de los individuos que se encuentran en el proceso de aprendizaje, de tal manera que se puedan establecer las metodologías adecuadas que permitan abordar el conocimiento por parte de los estudiantes a partir de un enfoque de aprendizaje profundo, considerando a este como el actor principal en el desarrollo del proceso.

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