ACCIÓN CULTURAL Y CONCIENCIACIÓN
Enviado por YoyitaFierro • 26 de Octubre de 2012 • 1.858 Palabras (8 Páginas) • 494 Visitas
UNIDAD:
EL SABER DEL PROFESOR Y SU RELACION CON LA INNOVACION DE LA PRÁCTICA DOCENTE
TEMA: La práctica docente: rescate e innovación
LECTURA: ACCIÓN CULTURAL Y CONCIENCIACIÓN
La condición básica para la concienciación es que su agente sea un sujeto (es decir, un ser consciente), la concienciación, al igual que la educación es un proceso exclusivamente humano. Los hombres están no en solo en el mundo sino con el mundo, junto con otros hombres. Existir es un modo de vida propio del ser que es capaz de transformar, de producir, de decidir, de crear y comunicarse, mientras que el ser que simplemente vive no es capaz de reflexionar acerca de sí mismo y de saberes viviendo en el territorio mismo de la existencia y cuestiona su relación con el mundo. Su territorio existencial es el del trabajo, la historia, la cultura, los valores, el territorio en el cual los hombres experimentan la dialéctica entre el determinismo y la libertad. Si no superaran su adherencia al mundo y emergieran de ella en tanto conciencia constituida en la <admiración> del mundo como objeto, los hombres serian simplemente seres determinados, y sería imposible pensar en términos de su liberación.
La <conciencia de> y la <acción de> la realidad son, por lo tanto constituyentes inseparables del acto transformador mediante el cual los hombres se convierten en seres de relación. Los contactos de los animales son acríticos: no va más allá de la asociación de imágenes sensoriales a través de la experiencia. Son singulares, no plurales, no elaboran metas; existen en el nivel de la inmersión y por lo tanto son atemporales.
La conciencia se constituye en la dialéctica de la objetivación del y acción sobre el mundo. La conciencia nunca es mera reflexión acerca de, si no una reflexión sobre la realidad material, es imposible sin el mundo que la constituye.
Para el objetivismo mecánico, la conciencia es solo una <copia> de la realidad objetiva. Para el solipsismo, el mundo se reduce a una creación caprichosa de la conciencia. En el primer caso la conciencia seria incapaz de trascender el condicionamiento de la realidad; en el segundo, en la medida que <crea> realidad, constituye a una priori de la realidad. El hombre no se compromete con la transformación de la realidad, esto seria imposible en términos objetivos porque, para el objetivismo, la conciencia, la replica o <copia> de la realidad, es el objeto de la realidad, y la realidad se transforma entonces a sí misma.
El conductismo tampoco logra comprender la dialéctica de las relaciones hombre-mundo. El conductismo mecanicista niega a los hombres, porque los concibe como máquinas. Asimismo el conductismo lógico también niega a los hombres, puesto que afirma que la conciencia de los hombres es <solo una abstración>. La concienciación es viable solo porque la conciencia de los hombres, aunque condicionada, puede reconocer que lo está. Esta dimensión <crítica> de la conciencia da cuenta de las metas que los hombres asignan a sus actos de transformación de la realidad y son capaces de establecer metas, solo los hombres son capaces de concebir el resultado de sus acciones aún antes de iniciar la acción propuesta. Son seres que proyectan; concebimos el trabajo de un modo que lo define como exclusivamente humano, carece de reflexión crítica que caracteriza a las tareas de los hombres. Mientras los animales se adaptan al mundo para sobrevivir, los hombres modifican el mundo para ser más. Sin reflexión crítica no existe finalidad alguna, y la finalidad no significa nada al margen de una serie temporal interrumpida de acontecimientos. Para los hombres no existe un <aquí> relativo a un <allí> que no se relacione con un <ahora>, un <antes> y un <después>. A medida que los hombres actúan efectivamente sobre el mundo, transformándolo con su trabajo, su conciencia se ve a su vez condicionada histórica y culturalmente a través de la <inversión de la praxis>. La conciencia de los hombres alcanza niveles en el contexto de la realidad histórico-cultura.
CONDICIONAMIENTO HISTÓRICO Y NIVELES DE CONCIENCIA
Para entender los niveles de conciencia, debemos concebir la realidad histórico-cultural como una superestructura en relación a una infraestructura. La configuración históricoultural que hemos denominado cultura del silencio. Este modo de cultura es una expresión superestructural que condiciona una forma especial de la conciencia. La cultura del silencio <”sobredomina” la infraestructura en que se origina>. Entender la cultura del silencio es sólo posible si la considera una totalidad que en sí misma parte de un conjunto mayor, debemos reconocer la cultura o culturas que determinan la voz de la cultura del silencio.
El hecho es que la cultura del silencio nace de la relación entre el tercer mundo y las metrópolis. <No es el dominador quien construye una cultura y la impone a los dominados. Es el resultado de las relaciones estructurales entre los dominados y los dominadores>. Comprender la cultura del silencio presupone un análisis de la dependencia en tanto fenómeno relacional que origina diferentes formas de ser, de pensamiento y de expresión, aquellas que pertenecen a la cultura del silencio y aquellas de la cultura con <voz>. Debemos evitar dos posiciones, el objetivismo, que lleva al mecanicismo, y el idealismo, que conduce al solipsismo. No debemos idealizar la superestructura, dicotomizándola de la infraestructura, será imposible explicar la estructura social en sí. La estructura social no es una abstracción; existe en la dialéctica entre la superestructura y la infraestructura. Si no logramos comprender la dialéctica, no comprenderemos la dialéctica del cambio y la permanencia como expresión de la estructura social. La acción de la sociedad metropolitana sobre la sociedad dependiente tiene un carácter directivo, mientras que la acción de la sociedad-objeto, ya se trate de una respuesta o de una iniciativa, tiene un carácter dependiente.
Las relaciones entre el dominador y los dominados reflejan el contexto social mas extenso, aun
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