ADQUISICIÓN DE NUEVOS CONOCIMIENTOS
Enviado por Alejandro Cruz Ocampo • 19 de Abril de 2021 • Documentos de Investigación • 1.663 Palabras (7 Páginas) • 83 Visitas
ADQUISICIÓN DE NUEVOS CONOCIMIENTOS
Lizeth Patricia Ramírez Tribiño
Lizpatri21@gmail.com
3124976114
Reconocer a Colombia como una nación que por décadas ha sufrido por consecuencia de guerras recicladas sería repetitivo y algo trillado, pero, aparte de reconocer este hecho y además interiorizarlo es avanzar un poco, esto por que al interiorizar dichos acontecimientos nos permite ir más allá que recitar lo que por años se nos ha enseñado. Una buena manera de realizar dicha interiorización es mediante la literatura; debido a que las letras de personas que han plasmado hechos relevantes de nuestra historia nos facilitan de algún modo una mejor interpretación de aquellos sucesos.
La literatura es una herramienta que como futuros docentes es indispensable que se tenga en cuenta para la construcción de conocimientos y la mejora de la enseñanza – aprendizaje de maestro y estudiantes. Tomar los hechos históricos que han marcado nuestra nación que han sido plasmados no solo por un escritor sino por una variedad que ellos que en momentos diferentes han visto que es necesario contar desde un punto de vista diferente lo ocurrido nos permite tener un reconocimiento más acertado hacía lo propio.
Es por ello que desde la toma de lectura inicial realizada a La Vorágine (Rivera, 1924) de José Eustasio Rivera publicado en 1924 se va identificando que las guerras en este país ha sido por tierras y más que eso es que para los grandes terratenientes no es nuevo la realización de prácticas como el esclavismo, la tortura y el desplazamiento de tierras a los que fueron sometidos los indígenas de aquellos tiempos, pero también se da una pequeña luz de esperanza por la preocupación que se genero en aquel escritor de profesión abogado que se vio turbado por las barbaries de las que fue testigo.
A medida que el tiempo fue avanzando y al hallarnos ante la vista de unos Cóndores no entierran todos los días (Gardeazabal, 1983), y con él, una muestra un poco clara de la guerra bipartidista que se vivió en el país por los años cuarenta, una mirada desde el pueblo y no desde sus dirigentes políticos. De este modo ir pasando a conocer la historia mediante relatos construidos por memorias realizadas por el pueblo o desde un imaginario que no está muy alejado de la realidad, casos como el de Los Ejércitos (Rosero, 2014) y Vivir sin los otros (Santos, 2011) libros que fueron analizados en clases y que con las diferentes opiniones de nuestros compañeros fuimos tomando posturas sobre la realidad de nuestra guerra reciclada.
A medida que se iba profundizando en cada parte de la historia colombiana cada una con su respectiva importancia y con mucho pesar cada cual, con sus víctimas, (difuntos, huérfanos, desplazados, reclutados etc.) logré denotar que debe surgir en cada uno de los futuros docentes estos que estamos en proceso de formación ya casi culminado la necesidad de dar a conocer todos este tipo de sucesos y lo mas importante que nuestro estudiantado conozca de buena mano la verdadera historia, la que cuenta el pueblo y la que sin duda alguna es cegada por historias baratas proporcionadas por las entidades gubernamentales a cargo.
Tal necesidad se va implementando mas en mi persona recordando lo leído al inicio del seminario de profundización ¿Dónde está la franja amarilla? (Ospina, 1996), Ospina en sus ensayos nos muestra una Colombia que se acerca la realidad actual y a su vez nos demuestra que a pesar de que sus textos fueron realizados hace más de una década la realidad no cambia, todo lo contrario manifiesta de una manera implícita que seguimos como nació dando vueltas en el mismo sitio, se continua con los mismo problemas, las mismas miserias y lo peor de todo que a pesar de que hoy por hoy ya muchos lo reconocemos continuamos en el mismo punto.
Considero que el reconocimiento es solo un pequeño paso de los tantos que se tiene que dar y que más allá de quejarnos de nuestra dura realidad se debe afrontar y que mejor manera de hacerlo que conociendo un poco más de eso que nos antecede y que nos hace ser quienes somos, pero también afrontando la realidad de la que estamos siendo testigos, por ello era necesario tener un ejercicio de apropiación de lo pasado para poder avanzar al presente y con ello llegar a plantear un nuevo y quizá mejor futuro.
Por lo anterior, nos vimos envueltos en un viaje que nos arropo con la verdad cruda y real la del enfrentamiento con aquellos que llamamos en algún momentos enemigos, con aquellos de que un día en medio de nuestra ignorancia celebramos sus muertes y aplaudimos las barbaries que cometieron contra ellos; nos vimos obligados a abrir el corazón (o por lo menos por mi parte fue así) al estar de pie frente a frente con quienes hoy viven en una población hermosa con bello nombre, en casas debidamente organizadas nos adentramos en el corazón de cada uno de ellos aquellos hombres y mujeres que un día fueron llamados guerrilleros de las FARC, frente a ellos expusimos una variedad de obras asignadas debidamente con anterioridad, destruyen los paradigmas de que las personas que formaban parte de estas denominadas filas eran seres humanos sin conocimientos, poco letrados y quizá llenos de analfabetismo. La sorpresa fue dada al darnos cuenta de que ellos conocían perfectamente sobre libros como Entre trochas y fusiles. (Molano, 2017) o de Guadalupe años sin cuenta (candelaria, 1975), Abraham entre bandidos (González, 2017) el gato y la madeja perdida (Montaña, 2014) entre otros libros que nos relatan genocidios, muertes pero sobre todo violencia y más violencia.
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