AMBIENTE EN VENEZUELA
Enviado por RIVALCA55 • 6 de Diciembre de 2014 • 4.729 Palabras (19 Páginas) • 177 Visitas
La dimensión ambiental an la planificación Territorial Urbana Ana Semeco
A partir de la Conferencia de Estocolmo en 1972, el conocimiento de la problemática ambiental comenzó a trascender hacia la opinión pública. En la actualidad, se acepta el deterioro del ambiente como un problema de todos y, la búsqueda de soluciones a los problemas ambientales es una tarea que debe ser compartida entre los "expertos" y la sociedad. Esta última juega un papel muy importante, no sólo en la búsqueda de soluciones a los problemas, sino también en la aceptación y prevención de los mismos. Entenderlo así es reconocer la existencia de la interacción entre las fuerzas sociales y las naturales, cuyo producto no es más que el espacio que habitamos.
En el espacio urbanizado, esta interacción se da entre la base natural de la ciudad, la población allí asentada y la infraestructura construida, siendo necesario mantener el equilibrio entre estos tres elementos, por cuanto la afectación de uno de ellos repercutiría en los otros, produciéndose los llamados problemas ambientales urbanos, los cuales inciden en la calidad de vida de las personas. Sin embargo, a pesar de todo, con el conocimiento que se tiene sobre esta problemática y la generación de metodologías para la conservación, preservación y administración del ambiente, vemos cómo la degradación y depredación ambiental han continuado. De allí la urgencia de incorporar a toda la sociedad en los programas de educación ambiental de una manera activa, de manera que ésta no sea una simple receptora de información, sino parte fundamental en la implementación de los programas de protección del ambiente. Para ello es necesario la incorporación efectiva de la variable ambiental, tanto en los programas de educación como en las políticas y planes de ordenamiento territorial y urbano.
En el caso de Venezuela, constituyen avances exitosos en la búsqueda de soluciones a los problemas ambientales, el marco legal-administrativo vigente y los programas de concientización que se han emprendido en general, donde se incluyen también los de educación formal. En el campo académico profesional se han hecho intentos por unir esfuerzos para incorporar la variable ambiental en los diseños curriculares de las carreras profesionales, pero sigue siendo todavía una aspiración.
En este sentido, creemos oportuno señalar algunos de los avances antes señalados, para lo cual haremos una revisión somera de los planes de la nación y los planes territoriales y urbanos, así como de la experiencia de los seminarios de ambiente que pertenecen a los cursos de Maestría Planificación Urbana, Mención Política y Acción Local que dicta el Instituto de Urbanismo de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela.
EL AMBIENTE EN LOS PLANES DE LA NACIÓN YEN LA PLANIFICACIÓN TERRITORIAL URBANA
La planificación territorial urbana, como señala Juan Luis De Las Rivas, se enfrenta hoy a dos grandes retos uno, la necesidad de fomentar un mayor desarrollo económico que conlleva la construcción de infraestructura de redes y equipamiento y el otro, el logro de la conservación del ambiente. El primero está vinculado con la productividad económica en general y en particular el del sistema de ciudades; este último va a requerir para las ciudades que lo conforman, la dotación de infraestructuras apropiadas para responder y fundamentar de manera eficiente un crecimiento económico sostenido. El segundo se relaciona con el concepto de sostenibilidad, es decir, responsabilidad con la naturaleza no sólo mediante el control de los impactos negativos derivados de la implantación en el territorio de las actividades productivas y de servicio, sino cuestionando en algunos casos, su conveniencia.
En este contexto adquiere especial relevancia la planificación y control del proceso de urbanización, ya que de la forma como se va transformando la ciudad dependerá el grado de afectación del ambiente. En el caso de la mayoría de los países de América Latina, y particularmente en Venezuela, el acelerado proceso de urbanización que se ha venido produciendo desde la década de los cincuenta, ha propiciado el incremento de los problemas ambientales, como son la contaminación del aire y del agua, la vulnerabilidad de las viviendas, el déficit en el suministro de agua potable, el inadecuado tratamiento de aguas servidas y el ineficiente servicio de recolección y disposición final de los desechos sólidos, lo cual ha incidido en la producción y reproducción de elementos que afectan la calidad de vida de los habitantes de nuestras principales ciudades. Ante esta realidad, la consideración del ambiente en la planificación territorial urbana es un aspecto de vital importancia.
En Venezuela, puede decirse que la gestión ambiental tiene sus inicios a principios del siglo XX, cuando se promulgó la Ley de Bosques en 1910, atendiendo la preocupación por conservar los recursos naturales. Posteriormente, en 1965 se sanciona la Ley Forestal de Suelos y Agua y la Ley de Protección de la Fauna Silvestre en 1970. Desde entonces, el interés por abordar el problema ambiental ha estado presente en las distintas instituciones gubernamentales, aunque en forma aislada. Lorenzo Dávalos, en una revisión a los planes, en 1998, precisa que es a partir del V Plan de la Nación en 1975 cuando se incorporan, por primera vez, y de forma explícita, aspectos para la gestión ambiental como objetivo de política en los planes nacionales de desarrollo. En dichos planes, los aspectos ecológicos estaban asociados a tres objetivos de desarrollo: defensa de la naturaleza y preservación del equilibrio ecológico, logro de un equilibrio armónico y dinámico del hombre y el ambiente, y cabal aprovechamiento de los recursos naturales renovables y no renovables. De allí que se percibiera como un objetivo de política lograr el equilibrio entre el hombre, el ambiente y la ordenación territorial.
Dos elementos fundamentales sustentan estas propuestas del Plan, la Ley Orgánica del Ambiente sancionada en 1976 y la creación del Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (Marnr) en 1977. Con estos instrumentos se buscaba "...dar al ambiente un tratamiento más sistemático e integral". De allí que el objetivo fundamental del Ministerio era "dar coherencia y operatividad a los planes, asegurando una eficaz programación y actuación en política ambiental" (Marnr, 1995), El Ministerio se constituía así como el órgano rector de las políticas de conservación, defensa y mejoramiento del ambiente y de los recursos naturales renovables, cuyo postulado fundamental era en "beneficio de toda la población y de las futuras generaciones". Hoy, este objetivo ha sido ampliado para atender no sólo lo eferente a
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